Image: Los Rolling por Scorsese

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Cine

Los Rolling por Scorsese

Llega a las pantallas 'Shine a Light'

3 abril, 2008 02:00

De Izda. a dcha., Keith Richards, Mick Jagger y Martin Scorsese

El 4 de abril llega a las pantallas Shine a Light, grabación de un concierto de los Rolling Stones que Martin Scorsese realizó en 2006. Su estreno coincide con el de Joe Strummer: vida y muerte de un cantante, documental que reconstruye la peripecia del carismático líder de The Clash. Ambas confirman el buen momento de los documentales sobre rock, un género en alza.

La objetividad no es más que integridad personal". Esta frase la firma David Maysles y su propósito no era otro, cuando fue pronunciada allá por los años sesenta, que instaurar una nueva manera de hacer cine y, de paso, provocar una bonita migraña. Ahí es nada. Hablamos de una sentencia pronunciada por uno de los hermanos Maysles (el otro es Albert); hablamos de los directores, mano a mano, de Gimme Shelter, el documental-rock que marca un punto de llegada en la historia del cine; hablamos de la cinta que hizo que la leyenda de los Rolling Stones llegase a los oídos del mismo diablo, pero, sobre todo, hablamos de una forma de hacer cine y entender el cine íntimamente ligada al rock and roll. Y esta forma consiste en comportarse como "una mosca en la pared" (la expresión es suya) en medio de la realidad. La idea era no dejar que nada interfieriera entre la cámara y el objeto filmado. Se quería inventar el cine directo ("direct cinema"), el cine sin interferencias.

Y en este programa de acción, el rock and roll, como algo más que un simple estilo de música, como la auténtica e "íntegra" forma de vivir, fue un aliado. "¿Qué es la objetividad?", preguntó un periodista con ínfulas a Maysles. Y él respondió: "integridad personal" o, si se prefiere, "rock and roll". El estilo de vida del rock y el nuevo estilo de cine casaban. Una boda que sigue. Aunque ahora más cerca del matrimonio de conveniencia que del amor verdadero.

Buscando la "verdad"
La cartelera ha hecho que coincidan Shine a light y Joe Strummer: vida y muerte de un cantante. La primera, de Martin Scorsese, es el producto de la grabación de un par de conciertos que tuvieron lugar en otoño de 2006 en el teatro Beacon de Nueva York. Este edificio vetusto (fue fundado en 1926) da cobijo a una descarga controlada de adrenalina. Ya nadie es joven, nadie es vicioso (no hay edad). "No es una película sobre la música de los setenta. El filme trata sobre cómo tocan sobre un escenario los Rolling Stones de aquí y ahora". Palabra de director. La segunda es el tercer paseo por el punk de su cronista oficial: Julien Temple. Tras The great great rock 'n' roll swindle ("el gran timo del r 'n' roll") y The filth and the fury, ambas dedicadas a cantar "la mugre y la furia" alrededor de los Sex Pistols, ahora toca The Clash de la mano de su líder, el grandísimo Strummer. La primera es un concierto filmado, la segunda un documental introspectivo-generacional.

Ambas entroncan con la tradición que nació con Don't Look Back, filme que D.A. Pennebaker rodó en 1967 siguiendo la gira de Bob Dylan por Inglaterra. En ella, el talento impertinente del bardo se mostraba desnudo: "Todos pensamos que sabemos cosas pero no sabemos nada", le soltaba Dylan a un periodista asustado. El cantante era cómplice del cámara (basta recordar la performance de Subterranean homesick) y la verdad, como ejercicio cinematográfico, estaba indisolublemente asociada a la integridad, otra vez, a machamartillo del cantante. El propio Pennebaker insistiría con Monterey Pop Festival (1968) y, de paso, inventaría el subgénero, dentro del "rockcumentary", del concierto o gran festival. Scorsese realizaría, mucho antes de Shine a ligth, el primer concierto filmado como un largometraje de ficción: todo estaba planificado en El último vals (1978), despedida de The Band que congregó a la plana mayor del rock . Y, por fin, la citada Gimme Shelter daba un paso más y metía un documental dentro de un documental: los Maysles graban a los Rolling Stones mientras éstos (borrachos como cubas) ven lo registrado en el conciento de Altamont de diciembre de 1969, donde los ángeles del Infierno acaban con la vida de Meredith Hunter y con una época. Paradoja: la muestra más radical de integridad acaba con la integridad, el rock 'n' roll acaba con el rock 'n' roll.

Desde estos primeros pasos, la vocación de verdad se ha convertido en género. Por eso Gimme Shelter era punto de llegada. Quizá ya no quede nada. Lo que demuestran los Maysles es que la verdad puede ser muy compleja, y que una cámara no puede ser neutral. Pero lo que sí ha permanecido es la forma de unir documental y rock. La lista es larga. En Year of the horse Jim Jarmusch intenta colarse en la cabeza de Neil Young; I'm trying to break your heart de Sam Jones, registra el agónico proceso de grabación del disco de Wilco; Let it be hurga en las heridas de unos Beatles a punto de desaparecer; Stop Making Sense, de Jonathan Demme, filma un concierto de Talking Heads; The kids are alright hace transparente la vida de los Who, y This is spinal tap, el último clásico, ironiza con todas las películas sobre rock 'n' roll producidas para ofrecer una inteligente parodia.

En este panorama, Shine a light y Joe Strummer... quizá no alcancen la integridad que buscaba Maysles, pero sí que cumplen con los patrones que tiempo atrás la hicieron posible. Ambas, sin embargo, son conscientes de que, perdida la integridad, queda su apariencia; perdida la verdad, queda la necesidad de recuperarla. This is rock 'n' roll... O lo que queda de él.

Julien Temple

"El punk es más necesario que nunca"

Para los aficionados al rock, el nombre de Julien Temple es una leyenda. Creador de los primeros vídeos de David Bowie, The Rolling Stones, Sade o Janet Jackson, además de sus películas sobre los Sex Pistols o el festival de Glastonbury, Temple finalmente ha cumplido su tributo con The Clash Joe Strummer: vida y muerte de un cantante. "Conocí a Joe en los 70 y rodé alguno de sus conciertos -explica Temple-. No he vuelto a utilizar ese material hasta el filme. Entonces estaba muy implicado con Sex Pistols. En los 90 volví a encontrarme con Joe y desarrollamos una gran amistad. Me sorprendió cómo se había convertido en un hombre fascinante. Había leído muchísimo y tenía un ángulo sorprendente sobre los temas. Tras su muerte, supe en seguida que tenía que ofrecerle un homenaje". Según Temple: "Siempre he utilizado el gancho de la música para hablar del marco general. En este caso, el punk cambió la cultura y convirtió a Londres en una ciudad muy diferente, fue un avance de la sociedad multicultural de ahora. El punk supuso una patada al sistema y una reafirmación de la capacidad individual para cambiar las cosas. Hoy vivimos en un mundo tan estúpido que es más necesario que nunca". Pionero del cine sobre música, Temple dice que "lo que me gusta del género es la abstracción de los sonidos en oposición a la realidad concreta que reflejas. Lo que me interesa es el efecto que tiene la música sobre la gente. Tampoco le digo a la gente qué conclusión tiene que sacar, como hacen en esos documentales horribles de la tele. Les presento una realidad y les pido que reflexionen por ellos mismos". J. S.