Cine

Stanley Kubrick

Biografía Definitiva

14 marzo, 1999 01:00

La biografía de Stanley Kubrick escrita por John Baxter, referencia obligada para saber quién fue realmente el enigmático y genial cineasta desaparecido, vio la luz en el Reino Unido en 1997. El libro,
del que adelantamos hoy algunas de sus páginas (las que describen cómo fue el rodaje de "El resplandor", 1980), aparecerá en España publicado por T. B. Editores a finales de marzo, una obra en la que Baxter incluirá un epílogo sobre la película póstuma de Kubrick, "Eyes Wide Shut". Baxter explica que el origen del filme se remonta a 1972, cuando Kubrick leyó la novela de Arthur Schnitzler "Traumnovelle" ("Relato soñado"). La historia transcurre en Viena a principios de siglo y cuenta la vida de un doctor y su esposa, para quienes el sexo no tiene límites. Según comentó Kubrick, "el libro contrapone las aventuras reales de un marido con las fantasiosas de su mujer, y se plantea la siguiente cuestión: ¿existe una seria diferencia entre soñar con una aventura sexual y mantenerla en la realidad?". Aunque no inició el rodaje hasta 1996, ya había encargado a Frederick Raphael el guión. El hecho de que Raphael publicase una novela en 1972, "Who were you with last night?", inspirada en "Traumnovelle", hace sospechar que en realidad Kubrick
se habría basado en su novela y no en la de Schnitzler. "Lo cierto -dice Baxter- es que el guión
ha sido fruto del trabajo de ambos, un guión donde se ha cambiado la ambientación (el filme transcurre en el Nueva York de hoy) y la ocupación de la pareja, ambos ahora psiquiatras". También
la interpretación de Tom Cruise y Nicole Kidman ha dado que hablar. Para Baxter, Cruise propuso a Kubrick actuar a cambio de que éste le enseñara la profesión de cineasta. Y en verdad
que debió aprender de la obsesiva meticulosidad de Kubrick, quien le hizo repetir 50 veces una toma en la que sólo cruzaba una puerta. El tono sexual de la película provocó además que Kubrick
"alquilase los servicios de actores y actrices pornos para que guiasen a Cruise y Kidman", asegura Baxter. A ello hay que unir que éste ha sido el rodaje más largo del cine (17 meses) porque
la mitad del reparto inicial abandonó el proyecto, circunstancia que provocó rodar de nuevo varias escenas, lo que elevó la producción a 60 millones de dólares. El terror que Kubrick tenía a
volar hizo que el rodaje tuviera lugar a una distancia que no superaba la hora de viaje desde su residencia a las afueras de Londres, lugar donde vivió casi recluido desde que abandonó Hollywood
a principios de los 60. La obra póstuma de Kubrick, que se estrena en EE.UU. en julio, sigue siendo un misterio para todos, a excepción de cuatro personas: la pareja protagonista y dos
ejecutivos de la Warner, estudio con el que Kubrick realizó "Eyes Wide Shut", sin duda,
una de las películas más esperadas de la historia. María BORDONABA

"E l resplandor" era la novela más larga y ambiciosa de Stephen King hasta entonces. Se desarrollaba en un hotel de vacaciones aislado por la nieve en Colorado, el Overlook, y narraba en detalle el deterioro mental y moral del vigilante, Jack Torrance, bajo la malvada influencia del edificio. Torrance, un aburrido ex profesor con ambiciones literarias pero con un pasado de alcoholismo y de violencia doméstica, ha aceptado el trabajo esperando poder superar un bloqueo y acabar su novela. Cuando él, su esposa Wendy y su hijo Danny están solos, sin embargo, los espíritus que invaden el hotel empiezan a afectarle igual que habían hecho con el anterior vigilante, que había matado a su familia con un hacha.
La creación más imaginativa de King era el jardín cuyas criaturas, hechas de arbustos recortados, vuelven a la vida cuando el hotel queda aislado por la nieve. Wendy y Danny son salvados por el chef del hotel, Hallorann, que lucha contra la nieve para rescatarlos, habiendo reconocido en Danny la misma capacidad telepática y premonitoria que él posee, y que su abuela llamaba "resplandor". El hotel y su jardín arden, y con ellos Torrance, mientras Hallorann se lleva a Wendy y a Danny bajo su protección con la idea de desarrollar la habilidad del niño.
Kubrick accedió a hacer El resplandor para la Warner. [...] El contrato de King con la productora estipulaba que escribiría el primer borrador de El resplandor, pero había pocas esperanzas de que Kubrick y él se pusieran de acuerdo en el enfoque de la historia. Para King el hotel estaba sencillamente encantado y el interés de la historia se basaba en el rescate de los personajes inocentes de sus fantasmas. Su guión, el primero que escribía, subrayaba la decencia fundamental de Torrance y culpaba al hotel y a sus bestias arbustivas de sus actos. Como en el libro, Danny, de seis años, era el personaje principal. Kubrick veía el libro bajo una luz completamente diferente. Era la historia de Jack Torrance, y todo lo demás, especialmente el elemento sobrenatural, era secundario. Según algunos críticos, Kubrick se veía reflejado a sí mismo en Torrance y la historia del hombre que se encierra con su familia en un remoto retiro campestre era autobiográfica, pero su auténtica inspiración fue la historia de Stephen Crane "El hotel azul", que recordaba la adaptación de James Agee de 1948 durante la época en que ambos trabajaban en la serie de televisión Omnibus. La historia de Crane -semejante a una fábula- habla de tres hombres atrapados en un pueblo de Nebraska por la ventisca y cuya partida de cartas en un hotel extrañamente pintado degenera en una lucha a puñetazos y luego en asesinato cuando un paranoico y aparentemente estúpido jugador, "El sueco", incita a uno de los otros a matarle diciendo que le están haciendo trampas. Le están haciendo trampas en realidad, pero Crane sugiere que, al suscitar el tema, la víctima contribuye a su propio asesinato.
"Ese tipo se estaba buscando problemas", dice uno de los personajes al final.
"Como todos los hombres con problemas -dice otro, siguiendo la línea de pensamiento-, y le ayudamos a encontrarlos y le metimos dentro".
"‘El hotel azul’ -dice Kubrick- sugirió el desvarío psicológico" de El resplandor. Veía a Torrance como a un hombre semejante a El Sueco, en busca de su propia destrucción, que se rinde a los horrores imaginarios del hotel para librarse de su problemática familia y, finalmente, para destruirse a sí mismo. El declinar de Jack hacia la paranoia y la manía homicida era una ilustración de la creencia maniquea de Kubrick en el Mal como una fuerza que puede ser personificada, la entidad que Michael Herr llamaba "La sombra". Si había un mal en el Overlook, estaba en el interior de Torrance, no en un telepático niño de seis años ni en unos arbustos ambulantes que, además, iban a ser muy caros de fabricar.
Entre las novelas que Kubrick había leído estaba "The Shadow Knows" ("La sombra sabe"), una novela de la escritora americana Diane Johnson cuyo personaje principal, una mujer recién divorciada presa de la de-sesperación, es amenazada por unos ladrones -quizá imaginarios- y llamadas de teléfono anónimas que amenazan su vida. La novela de Johnson había sido publicada en 1974, pero hasta 1977 no recibió la autora, que estaba casada con un cardiólogo y dividía su tiempo entre Europa y los Estados Unidos, una llamada de la oficina londinense de la Warner Brothers preguntándole conspiradoramente: "¿Dónde estará usted mañana a las 11 de la noche?" Kubrick la llamó la noche siguiente al London Hilton y una serie de noches más, siempre tarde. Al principio sugirió que estaba interesado por comprar los derechos cinematográficos de "The Shadow Knows", pero Johnson y él pronto estuvieron de acuerdo en que la estructura en primera persona hacía difícil la adaptación."Todo horror es subjetivo -dice Johnson-, lo que hace difícil filmarlo".

Johnson estaba dando un curso sobre novela gótica en Berkeley. Cuando Kubrick se enteró, hablaron más a fondo. ¿Qué pensaba ella del "Frankenstein" de Mary Shelley? ¿Y de Dickens? "Eran conversaciones literarias -dice Johnson-. Hablaba como un escritor. Yo disfrutaba con ellas". Después de varias de esas conversaciones, Kubrick y Christiane se aventuraron hasta el West End para cenar con Johnson y su marido en el Hilton. Sólo entonces admitió él que estaba pensando en hacer El resplandor.
Kubrick no le enseñó el guión de King, pero a Johnson no le quedó ninguna duda de que no quería usarlo, ni trabajar con King, y aunque había empezado a escribir él uno, tampoco se lo enseñó. Después de sus primeras conversaciones, Johnson se marchó a California para dar el resto de su curso, pero quedaba acordado que volvería a Londres unos meses más tarde y empezaría a trabajar en lo que ya, con la incorporación de Jack Nicholson como Torrance, se había convertido en una producción de 13 millones de dólares.
El Jack Nicholson de 1978 era un hombre diferente al relativamente desconocido al que Kubrick había ofrecido "Napoleón". De temperamento tenebroso, amargado y desilusionado, el actor se sentía frente a un abismo personal y vocacional. Había llegado a lo más alto profesionalmente al conseguir un Oscar por Alguien voló sobre el nido del cuco, pero seguía siendo más conocido por sus fiestas y su defensa de las drogas, de las que era un usuario entusiasta; fumaba marihuana todos los días, decía, desde hacía quince años, sin que le hubiese afectado negativamente. Su amigo íntimo era Roman Polanski, el director de Chinatown, que a menudo era invitado en la casa de Mullholland Drive que Nicholson compartía con Anjelica Huston. En 1977 Huston se fue, pero la pareja siguió relacionándose y ella pasaba bastante tiempo en la casa.
Cuando Nicholson llegó a Lon-dres poco después para empezar a trabajar en El resplandor había pocos actores mejor dotados mentalmente para interpretar a Jack Torrance. El escándalo Polanski [acusado de violar a una menor], el fracaso de Camino del sur [película dirigida por Nicholson], que fue recibida con escaso entusiasmo, su ruptura con Huston y recientes revelaciones sobre su infancia -había sido criado creyendo que su abuela era su madre, y su madre, su hermana mayor- se combinaban con el uso de drogas para provocar un estado mental en el que el humor maníaco alternaba con la depresión y la paranoia. "Nicholson estaba mucho más loco al principio de su actuación que el personaje del libro -dice Diane Johnson- y mucho peor de lo que Kubrick había previsto, creo. Es lo que Nicholson aportó Nicholson estaba muy colgado por entonces".
Mientras Diane Johnson estaba en California, los buscadores de Kubrick habían descubierto el Overlook; era el hotel Timberline Lodge, en las pendientes del nevado Mount Hood. Proporcionaba los exteriores, mientras que los decorados interiores art-déco fueron copiados del Ahwanee Lodge, en el valle de Yosemite. (La hijastra de Kubrick, Katherina, figura en los títulos de crédito como localizadora.) Doug Milsome, ayudante de Alcott que iba a convertirse en el cámara habitual de Kubrick, igual que Alcott había ocupado el lugar de Geoffrey Unsworth, dirigió a un segundo equipo que filmó mucho metraje del hotel, así como las largas tomas de paisaje con que comienza la película. También rodó escenas del coche de Hallorann y el Snowcat luchando contra la ventisca para llegar al hotel.

Kubrick nunca abandonó Gran Bretaña durante el rodaje. Convenció a los estudios Elstree de que derribasen la Escena de Calle, un decorado con 10 años de antigöedad que había aparecido en innumerables películas. En su lugar se alzó la fachada del Overlook y la entrada al laberinto que había enfrente. El diseñador de producción Roy Walker construyó los interiores, una intrincada sucesión de anchos pasillos y grandes salas por las que Kubrick se divirtió paseando la cámara tanto como lo había hecho en las trincheras de Senderos de gloria y en el decorado centrífugo de 2001.
El decorado principal era la gran sala Colorado Lounge, de 30 metros de largo, con una gran escalera en un extremo y cinco ventanas de suelo a techo de tres metros de ancho cada una que daban, en teoría, al terreno nevado. Cualquier interior filmado durante una tormenta de nieve exigía que un ejército de ayudantes fuera lanzando nieve de porexpán, grandes cantidades fueron a parar, arrastradas por la brisa, a la calle Mayor de Bore-hamwood. El resplandor acabó ocupando cada centímetro cuadrado del estudio y su necesidad de equipamiento acabó con las existencias de las compañías de alquiler de Londres. Por encima de todo, provocaba el intenso interés, no sólo de la Prensa mundial, sino de cada uno de los miembros de la creciente masa de seguidores entusiastas de Stephen King en todo el mundo.

Cuando Diane Johnson volvió a Londres a finales de 1977 se negó prudentemente a trabajar, como quería Kubrick, en Abbots Mead y a vivir allí al lado, un acuerdo que dejaba a los escritores a expensas de ser llamados a cualquier hora. En lugar de ello permaneció en Londres y era conducida a la casa todos los días. Aparte de eso la colaboración fue estrecha. "Realmente lo escribimos juntos -dice Johnson-. Nos sentábamos y hablábamos de una escena; luego yo me iba y escribía los diálogos. Sobre la marcha hablábamos de teorías sobre el horror y cosas así. Tenía realmente la sensación de que él estaba haciendo todo aquello por sí mismo por primera vez. Sacamos libros de la biblioteca; gente como Freud. Libros acerca de lo que da miedo, y por qué nos da miedo tal libro, etcétera. "Psicoanálisis de los cuentos de hadas", de Bruno Bettelheim, sobre la importancia de los cuentos, fue una fuente de información muy útil. También lo fueron "Cumbres borrascosas" y "Jane Eire", y las historias de Edgar Allan Poe.
"El odio familiar parecía bastante importante. Decidimos que en el caso de El resplandor era un elemento esencial. Yo tenía la fuer- te impresión de que a Kubrick le atraía el asunto por aquello de la relación padre-hijo. él nunca lo dijo con tantas palabras, pero ése es mi diagnóstico sobre su atracción por el tema". El propio Jack Nicholson estaba desorientado por la publicación de los detalles de su desgraciada infancia y aplaudió con entusiasmo dicha idea. "Si contemplas sociológicamente los últimos diez años -dijo en una entrevista cuando se estrenó la película-, descubres que el elemento más volátil de nuestra cultura es la presión que hay en el interior de la unidad familiar".
Kubrick describió más tarde El resplandor como "la historia de una familia que se vuelve loca toda junta silenciosamente". En principio pretendía que la tensión entre Jack y Danny fuese el elemento más potente de la película y que la locura de Jack se desencadenase por la frustración de no poder tratar con su mujer y su hijo telepático. El primer copión contenía al principio una larga escena, en la que Wendy explica la complicada relación a una pediatra (Anne Jackson). Unos meses antes de llegar al Overlook, Jack, que vuelve borracho a casa, ataca a Danny y le disloca el hombro accidentalmente, insiste Wendy. Echa la culpa del incidente a la relación imaginaria de Danny con un compañero de juegos llamado Tony que "vive en su boca" y habla a través de su dedo índice derecho.
Johnson y Kubrick trabajaron sistemáticamente en un esquema para la película, empezando con un tratamiento en el que cada escena tenía un breve resumen de una frase: "Jack y su familia llegan al hotel". Cada una de ellas se ampliaba para incluir una motivación: "Llenos de esperanza, Jack y su familia llegan a su nuevo trabajo en el hotel".

Después de eso, Johnson tenía el terreno libre, caso sin precedentes en lo que a Kubrick se refería. Explotó su libertad para crear algunos de los momentos más perturbadores de la película. Más fascinado que nunca por las nuevas tecnologías, Kubrick era poseedor de una de las primeras máquinas de escribir eléctricas que incluía memoria de ordenador. Johnson incorporó su rítmico tecleo como motivo que culmina con el descubrimiento por parte de Wendy, que está leyendo a escondidas el manuscrito de Jack, de que su novela consiste sólo en una frase repetida página tras página, tanto en la exposición como en el diálogo. Kubrick utilizó la máquina de escribir computerizada para hacer las 500 páginas del manuscrito que llena la caja que hay en la mesa de Jack. Por muy profundamente que rebuscase Wendy, siempre encontraba una página perfectamente mecanografiada que consistía en las palabras "Mucho trabajo y poco juego hacen de Jack un aburrido".

John BAXTER