Image: En casa con Laurie Simmons

Image: En casa con Laurie Simmons

Exposiciones

En casa con Laurie Simmons

30 junio, 2005 02:00

The Long House (TV Room), 2004

Distrito Cu4tro. Bárbara de Braganza, 2. Madrid. Hasta el 23 de julio. De 12.500 a 18.000 e

Laurie Simmons presenta su primera individual en una galería española con dos grupos de trabajo, ambos recientes, titulados The long room y The Instant decorator. La fotógrafa norteamericana (Nueva York, 1949) jugó un papel importante a mediados y finales de los setenta en el contexto de las transformaciones de la imagen desde la perspectiva feminista, aquella bandera enarbolada, entre otras, por Cindy Sherman, Sherry Levine o Barbara Kruger, en una época en la que, como afirma la propia Simmons, "se tenía mucho más claro hacia donde no se quería avanzar que hacia donde se quería ir". En 1976, Simmons realiza uno de sus primeros grandes proyectos, recientemente documentado en el libro In and around the House, fotografías de interiores de casas de muñecas que mucho tienen que ver, tanto en lo formal como en lo conceptual, con las imágenes que hoy presenta.

Es precisamente 1976 la fecha de publicación del libro de Frances Joslin Gold The instant decorator, un manual de diseño de interiores que tuvo gran éxito en los hogares norteamericanos. En el manual se podían diseñar los espacios interiores mediante papeles y tejidos con forma de mobiliario que se disponían aquí y allá en la sala de estar. Esto es lo que ha hecho Laurie Simmons en la serie homónima: fotografíar esos collages en un ejercicio de construcción de imágenes en el sentido más literal, una práctica combinatoria en la que se ofertan multitud de opciones para crear un hogar cálido y confortable. Pero a Simmons no le interesa eso. La artista quiebra perspectivas y distorsiona escalas para crear escenarios que nada tienen de plácidos por muy ostentosos que parezcan. Hay en esta fotografías de collages una atmósfera precubista, con lo bidimensional (los objetos que se disponen) y lo tridimensional (representación del espacio) en palmario conflicto.

Pero el cuerpo central de la exposición lo forma un conjunto de fotografías pertenecientes a la serie The long room. Ambas series están construídas sobre los mismos cimientos pero The long room alcanza niveles decidamente más dramáticos. Si en la primera la atmósfera es luminosa y lo inquietante no deja de ser algo intuído, en ésta lo turbador se convierte en elemento central de la imagen. Las figuras femeninas son aquí también añadidos, y Simmons no hace por integrarlas en la imagen sino que prefiere subrayar su situación descontextualizada. De este modo, descarta cualquier opción narrativa pues, como en la serie de las muñecas, no necesita darle carácter y sentimientos a la figura humana. Simmons ha admitido en numerosas ocasiones el poco interés que le suscita la fotografía realista, el salir a la calle, cámara en ristre, en busca de un motivo, pues para ella el verdadero interés radica en calibrar mediante la fotografía la naturaleza psicológica del mundo. Así, los interiores que aquí propone tienen mucho de escenario ficticio, ciertamente onírico, no ya sólo por la distorsión de escalas y perspectivas sino también por el violentísimo contraste entre las luces y las sombras -tan presentes-, los contornos siempre difusos y las formas huidizas.