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Estos son los 10 finalistas del Premio BMW de Pintura 2019

El ganador de esta edición se dará a conocer el próximo 15 de octubre durante la gala de entrega en el Teatro Real

11 octubre, 2019 09:16

El Premio BMW de Pintura ya ha hecho públicos los nombres de los 10 finalistas de la 34.º edición. Tanto el ganador de este año, como el resto de premiados, se darán a conocer el próximo 15 de octubre durante la gala de entrega que se celebrará en el Teatro Real. 

Todos los finalistas, con los que ya ha podido hablar El Cultural, coinciden en la importancia de este premio de pintura, que se ha consolidado como un referente en el panorama nacional. Tanto es así que en esta última convocatoria se han superado los datos de participación de años anteriores: las candidaturas válidas aumentaron un 23 % y las obras admitidas, más de 2.500, han supuesto un 13 % más que las de la pasada edición. Además, la participación en la categoría infantil casi duplicó a la anterior con 76 obras válidas.

El galardón cuenta, como es habitual, con cuatro categorías: Premio BMW de Pintura (con una dotación de 25.000 €), la Beca Mario Antolín de Ayuda a la Investigación Pictórica (8.000 €), Premio a la Innovación (6.000 €) y Premio al Talento más Joven (4.000 €). 

Presentamos a continuación a los diez finalistas con sus obras, todos (artistas y cuadros) presentes en la gala del próximo martes, 15:

Pablo Díaz Marchante. Todos los fantasmas son iguales

Todos los fantasmas son iguales es, como explica el propio artista “una inversión de la naturaleza muerta en la historia de la pintura llevado hacia la idea de reinventar el lenguaje a través del propio lenguaje”. El título lo toma de un verso del poeta chileno Enrique Lihn y con su obra Pablo Díaz (Huelva, 1979) ha querido plantear un discurso con el que reinterpreta el retrato y cómo este se enfrenta a la nueva naturaleza. En sus obras se intuye la reflexión sobre la propia historia de la pintura, un análisis de la imagen en nuestros días desde la fotografía y el acercamiento al cubismo analítico y en general a la obra de Pablo Picasso, aunque quizás "descartando el plano conceptual y en cierto modo desvirtuado únicamente como reflexión estética". Díaz se siente representado en este trabajo que es “una especie de confrontación metafórica del ser humano con su entorno”. 

Julio Sarramián Bernal. Dimensión fractal 12

No es la primera vez que Julio Sarramián (Madrid, 1981) se presenta al Premio BMW de Pintura. Ya lo hizo en 2003, año en el que obtuvo la Beca Mario Antolín de Ayuda a la Investigación Pictórica. En las dos últimas ediciones volvió a presentarse quedando finalista en ambas. Esta vez, con Dimensión fractal 12 el artista ha presentado una obra que “habla sobre la representación del paisaje a través de las nuevas tecnologías e investigaciones científicas”. Su trabajo gira en torno a la naturaleza y lo relaciona con temas científicos como pueden ser los estudios del terreno o la topografía. Sarramián quería “representar una nueva definición del paisaje a través de una mirada científica a la que se incorporan elementos relacionados con la cultura visual actual como imágenes virtuales, deformaciones o mapas de bits”. La lectura de la obra viene determinada por sus múltiples capas superpuestas en las que interactúan conceptos como la dimensionalidad, los fractales, la geometría, los datos, la geografía, la virtualización y la técnica. 

Alejandro Botubol. Trinidad: La Santa

"Hay veces que me imagino a Morandi entrando en mi estudio, componiendo sus botellas o chismes de porcelana con la luz de la tarde, y esos momentos de charla de taller con él me transportan a otros tiempos", comenta el artista. Su obra titulada Trinidad: "La Santa", además de ser inédita, “representa en esencia la mística y la simbología de la imaginería barroca española”. Para crearla se valió de objetos cotidianos y domésticos como cintas de embalar o cintas de carrocero que encontró en su espacio de trabajo. Este mismo año Alejandro Botubol (Madrid, 1979) ha tenido una exposición individual en el Centro de Arte de Alcobendas inspirada en el bodegón. “Trato de hacer una pintura sencilla pero a la vez contundente. Ahora sí, quiero que mis tapes sean otra cosa y eso ocurre cuando cambio la escala del objeto”, comenta. Así, “las tres grandes cintas de embalar se pintan con el aura divina de una talla religiosa del XVII. Aparecen centradas y con cierta ingravidez sobre un fondo de horizontales azules que nos transporta a una atmósfera densa y mediterránea. Estas tapes están levitando sobre el mar”, explica a El Cultural.

Álex Marco Montalvo. Imagen de archivo

Esta obra de Álex Marco (Valencia, 1986) creada en 2019 “se ubica en un momento de inflexión entre la figuración y la abstracción”, sostiene el artista. La imagen del lienzo se disuelve en una atmósfera que trasciende a través del close-up y las distancias espaciales se dilatan alrededor del encuadre creando una nueva sensación de ambigüedad respecto a lo que estamos viendo. El espectador, cuenta, no sabrá muy bien qué está viendo y el juego de claroscuros influye e introduce al sujeto pintado en un ambiente más espacial y casi de ciencia ficción. Los elementos, ojo y nariz, pierden el sentido figurativo a través del formato a gran escala ganando a su vez una condición de pintura abstracta. “Mi trayectoria se define por la flexibilidad y ahora que estoy trabajando más la rama abstracta creo que esa ambigüedad le aporta fuerza”, apunta Marco. 

Paco Díaz Salas. Roma 2

Roma 2 pertenece a una serie titulada Roma y, quizá, esta sea “la más monumental” de sus trabajos, comenta Paco Díaz (Madrid, 1965). Después de haber estado varios años involucrado en series en torno a los cementerios, con las que empezó a jugar con la abstracción. “Necesitaba pintar cuadros con una gama cromática muy estrecha, emplear blancos, negros y grises, yuxtaponiendo palas monocromas a otras pintadas de forma minuciosa”, dice. Ahora el artista se plantea seguir ese camino. Las Cárceles de Piranesi, que pudo ver en la exposición del Museo Nacional de Arte Romano de Mérida hace poco más de un año, llamaron su atención: “a partir de ruinas antiguas se construyen decorados que de alguna manera se pueden leer como un retrato del alma. Ese fue el detonante que provocó que al mirar las esculturas romanas, en los pliegues de sus togas y vestimentas pudiese adivinar todo un mundo concentrado en unos cuantos centímetros de mármol”, comenta.

Keke Vilabelda Montalt. Cracking Layers

En 2012 Keke Vilabelda (Valencia, 1986) también obtuvo la Beca Mario Antolín que otorga el Premio BMW de Pintura. En esta edición, la obra presentada reflexiona acerca de la estética del error y el accidente en Cracking Layers, una obra que “tiene muchas capas matéricas y de significado”. Además de formar parte de una nueva serie en la que Vilabelda está trabajando en la actualidad (gracias a la Beca Casa de Velazquez), en esta pieza existe una “investigación acerca de los materiales” y a través de la hibridación del cemento y el yeso, con pintura y técnicas fotográficas, "revela la naturaleza heterogénea del entorno urbano y la belleza de su obsolescencia". Esta pintura es consecuencia de llevar el soporte a la calle para transferir un fragmento, donde la realidad queda impresa. Huellas de huellas. A través del rozamiento y el desgaste se muestran diversas capas y estratos. Se establece así un diálogo entre la ciudad y la pintura, desde un juego de citas que se sobreponen.

Bernardino Sánchez Bayo. In God we Trust

En las pinturas de Bernardino Sánchez Bayo (Granada, 1978) se pueden encontrar constantemente referencias a la muerte, al miedo e incluso a lo siniestro a través de la falta de luz. El artista añade que el título de la pieza “viene de la inscripción de las monedas de Estados Unidos, que de algún modo es su lema” y, por otro lado, la imagen en sí, cree, es definitoria. En las composiciones y temáticas con las que trabaja, destaca el uso del color con un sentido tenebrista, los claroscuros contrastados y las imágenes con referencias religiosas.

An Wei Lu Li. Odalisque II

Durante el Imperio Otomano una odalisca era una esclava, una aprendiz de concubina. An Wei Lu Li (Madrid, 1990) toma las dos acepciones: por una lado, la de mujer esclava en el harén de un sultán y que está al servicio de las otras mujeres del harén; por otro, mujer que se ofrece a los hombres mostrando sensualidad, para traer esta figura a la actualidad. Con Odalisque II pretende “reinterpretar los cánones de belleza actuales”, y se inspira "en las venus paleolíticas, en sus formas redondas y exuberantes en las cuales se evidencia la representación de la mujer, a quien se veneraba como a una divinidad debido a que se le atribuía el rol de la creación". Estas diosas de la fertilidad hacen referencia al instinto primitivo del ser humano de la búsqueda de la eternidad. En este trabajo se contraponen dos elementos: la mujer y el universo etéreo e infinito contenido en su cuerpo contra su materia y lo propiamente físico de esta.

Javier Palacios Rodríguez. Magic Damn

La obra Magic Damn forma parte del proyecto Magic Dolmen, en el que Javier Palacios (Cádiz, 1985) profundiza en el concepto de lo espiritual para relacionar elementos en principio opuestos como materia y espíritu, interioridad y exterioridad. Con este trabajo el artista, beneficiario el pasado año de la Beca Mario Antolín, comenzó a “investigar las construcciones megalíticas”. Magic Damn es, para él, “la deconstrucción de varios megalitos que se encuentran en la Península Ibérica. Para obtener la obra final trabajé con archivos encontrados en internet, que posteriormente alteré digitalmente hasta conseguir la imagen que usé como referente en el proceso pictórico”, explica a El Cultural. De modo que se puede entender como la "deconstrucción contemporánea del concepto dolmen como elemento básico de nuestra civilización relacionado con lo espiritual". El imaginario de la serie mantiene esta indagación a través de esos monumentos primigenios construidos en piedra donde, como ocurriera en el círculo crómlech, lo que no está es tal vez lo que más importa; un monolito que, desde lejos, anuncia un lugar en el que, paradójicamente, no hay nada. 

Diego Vallejo Pierna. Sin título IV positivo

Sin título positivo es la imagen pictórica en positivo de una escena forestal. Diego Vallejo Pierna (Salamanca, 1986) trabaja a partir de imágenes que clasifica en positivo y en negativo. La pintura surge desde ahí, como una forma de indagación en los tradicionales procesos de obtención de la imagen fotográfica y consiste en una reinterpretación de los mismos procesos. "Trato de alejarme de los habituales procesos pictóricos, del volumen y las texturas, para interiorizar, centrarme más en la idea de reproducción fotográfica, sin huella manifiesta, aunque repleta de una multiplicidad oculta tras la aparente frialdad que crean la retícula y el material", explica. A nivel iconográfico el proceso genera para él "una suerte de bucle, que, ante la rotunda dicotomía de positivos y negativos abre, paradójicamente, una sutil gama de grises". Las imágenes son paisajes naturales, ramas y hojas atravesadas por la luz. Como aquella que comenzó la pintura cuando irrumpió la fotografía, para cuestionar su papel como registro de lo real.

Alba Lorenzo Ferreira. La amistad

Entre las 76 pinturas válidas que han participado en el concurso el jurado ha destacado la de la joven Alba Lorenzo Ferreira (León, 2010), de nueve años de edad, que ha sido la galardonada en la categoría Premio al Talento más Joven por su obra La amistad, que creada este mismo año, representa la amistad entre diferentes. La dotación es de 4.000 euros.

@scamarzana