Image: James Nachtwey: El papel de los poderosos es impedir el trabajo de los periodistas

Image: James Nachtwey: "El papel de los poderosos es impedir el trabajo de los periodistas"

Arte

James Nachtwey: "El papel de los poderosos es impedir el trabajo de los periodistas"

19 octubre, 2016 02:00

James Nachtwey en Oviedo. Foto: Jaime Cedillo

El fotógrafo de guerra norteamericano, galardonado con el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades, fue aclamado por sus colegas en su llegada a Oviedo.

Casi tuvo que ser un viandante quien hiciera la foto. A su llegada al histórico Hotel de la Reconquista, en Oviedo, los fotógrafos de casi un centenar de medios que cubren la semana de los premios Princesa de Asturias se lanzaron a los brazos de James Nachtwey (Nueva York, 1948). El reportero de guerra más aclamado del planeta -"la reencarnación de Robert Capa", como algunos le denominan- despierta la admiración de sus colegas, y estos no dudaron en transmitírselo. Entre el sonido de las gaitas que llegaba desde la izquierda de la puerta principal del Reconquista, la pulcritud de Nachtwey -negro sobre negro en americana y camisa-desató la euforia entre la prensa, que le debe al fotógrafo, al menos, la dignificación de un oficio demasiado vilipendiado en los últimos tiempos.

"Los sujetos políticos tratan de impedir a los periodistas hacer su trabajo", dijo Nachtwey, pero no era un lamento. "Para nosotros esto debe ser un reconocimiento; nuestro poder es cuestionar al Poder y hacerles responsables", reclamó el fotógrafo, que en más de una ocasión se ha pronunciado en contra de las tragedias del mundo, las que él retrata: "Estados Unidos es directamente responsable de las guerras de Irak y Afganistán". James Nachtwey decidió ser reportero de guerra tras comprobar la trascendencia de la fotografía en la guerra de Vietnam. "Me interesaban más las imágenes que de allí llegaban que lo que contaban los gobiernos", afirma. Y así se convirtió en fotógrafo, de forma autodidacta, mientras trabajaba como aprendiz de montador de cine y como conductor de camión. Antes de pisar la tierra de los campos de refugiados y las ciudades arrasadas por los terremotos, Nachtwey había trabajado en el mar en barcos de la marina mercante.

El descarnado retrato de los conflictos bélicos y los desastres humanitarios sirvió para queel fotógrafo fuera encumbrado en lo más alto de las disciplinas comunicativas, pues no se puede contar nada más verdadero que una guerra o una tragedia humana. Por ello, Nachtwey reivindica la autoeducación de la mirada, por mucho que moleste, "para poder solucionar los problemas". Se trata de "afrontar que las imágenes más dolorosas son la verdadera realidad", dice, aunque sólo ocupen "un lugar muy concreto dentro de una matriz de información". Pero esta información es necesaria porque forma parte de un cúmulo de aportaciones: "No hay una sola persona que pueda cambiar el mundo sin la ayuda de los demás". En este sentido, Nachtwey se posiciona a favor del periodismo ciudadano, por más que suplante al fotoperiodismo en ocasiones. "Es un avance muy interesante y muy útil en el modo de divulgar información sobre acontecimientos a los que los periodistas no tenemos acceso". Eso sí, siempre que se mantenga "una perspectiva profesional con respecto a la información", en este caso fotográfica.

Admirador desde muy joven de las pinturas de Goya, Nachtwey vislumbró en la obra del artista español la representación de "una naturaleza verdaderamente bárbara" y, aunque reconoce que el arte nunca le ha servido como plantilla para realizar su trabajo, siempre se cuela en su objetivo ese modo de colocar la mirada. Desde una perspectiva directa y testimonial, cargada de realismo. Ese modo de ser fiel a su profesión es la que exige para sus editores. "Debe haber una confianza entre el periodista o fotógrafo y el agente que lo publica", dice, aunque reconoce no haber tenido demasiados problemas nunca por su carácter independiente, desde sus trabajos en Time Magazine, Black Star o Magnum hasta que fundó su propia agencia: VII Photo.

Ganador en dos ocasiones del WorldPressPhoto (1992 y 1994) y cuatro veces Medalla de Oro Robert Capa, James Nachtwey prefirió zanjar en rueda de prensa una polémica referente a la familia delpresidente sirio, cuando fue preguntado precisamente por el grado de independencia que ha concedido a su profesión. El fotógrafo quiso aclarar que los retratos tomados en 2011 sobre la familia Al Asad para la revista Vogue formaban parte de un encargo que recibió "justo antes de que comenzaran los altercadosen Siria". Por cierto, "no les quepa duda", dijo. "Habrá una nueva oleada de refugiados. ACNUR ya se está preparando".