Arte

Mi museo favorito

18 mayo, 2016 02:00

Desde el universal Museo del Prado al Museo Vasco, del lejano de Damasco al cercano MACBA de Barcelona, en el Día Internacional de los Museos, ocho visitantes habituales de los centros de arte rememoran aquí su museo favorito y nos llevan de la mano por las salas que les reconfortan con el arte.

Las exposiciones se podrán ver de forma gratuita en casi todos los museos y centros españoles. El Reina Sofía ha organizado además una jornada especial de música de la mano de Radio 3 y estrenan una pieza del Certamen Coreográfico de Danza; en los Museo Estatales (Cerralbo, Sorolla, Arqueológico, del Romanticismo…) se celebrarán a lo largo del día conciertos, teatro y microteatro, cuentacuentos, audiovisuales…); habrá visitas guiadas y puertas abiertas en el CAAC de Sevilla, en el Museo Oteiza (Alzuza, Navarra), en los museos municipales de Madrid (el de los Orígenes, de Arte Contemporáneo y de Historia), entre otros muchos. El IVAM en Valencia aprovecha el día festivo para inaugurar la exposición Perdidos en la ciudad... Vamos que excusas no faltarán para acercarse hoy a los museos.

Y es que, bajo el lema 'Museos y paisajes culturales' se celebra hoy el Día Internacional de los Museos. Un mensaje que alude a la conciencia y responsabilidad de los museos con respecto al paisaje del que son parte. Y así, queriendo encontrar ese espacio grabado en nuestra memoria hemos pedido a ocho nombres públicos de la cultura que nos lleven a ese museo favorito que todos tenemos, a ese rincón que respira arte por los cuatro costados. Moderno, antiguo, contemporáneo o arqueológico, el subdirector del Reina Sofía João Fernandes, la poeta Clara Janés, el artista Eugenio Ampudia, el dramaturgo Borja Ortiz de Gondra, la escritora Ángeles Caso, el cineasta Lois Patiño, la galerista Silvia Dauder y el compositor Hèctor Parra, eligen el suyo.

Colección The Menil, Houston (EE.UU.)

Por João Fernandes (subdirector del Museo Reina Sofía)
Mi museo favorito no es mi museo ideal. Este lo intento construir diariamente junto al equipo con el que trabajo en el Museo Reina Sofía. Todos los días nos acercamos un poco más, pero aún estamos muy lejos de conseguirlo. La visita que más he disfrutado, por las obras que allí he tenido oportunidad de ver, por la calidad de los espacios y por el montaje de sus colecciones y exposiciones, ha sido la realizada a la Colección The Menil, en Houston (EE.UU.). Se trata de un campus de 30 hectáreas donde diferentes pabellones dan acceso a una colección excepcional y a muestras de elevadísima calidad artística y científica. La arquitectura de Renzo Piano nos invita a una relación de gran intimidad con las obras de arte, sin interferencias del espectáculo del turismo o de la sociedad de consumo que afectan a tantos otros museos del mundo. Creado por dos mecenas, John y Dominique de Menil, se trata de un museo donde la generosidad es la primera regla de la curiosidad y de la fascinación por la obra de arte que vuelve más rica y consciente nuestra experiencia humana del mundo y de su historia.

El Museo Nacional de Damasco

Por Clara Janés (poeta)
No creo que pueda volver a visitarlo, pero la impresión fue tan potente que aún anida en mí. Este museo recoge muestras de civilizaciones antiguas que difícilmente se pueden ver en museos más próximos. Tal vez menos impactantes que las de los grandes museos, como el Museo Británico, el Louvre, o el de El Cairo, pero en mi mente siempre está presente lo que permite que desarrollemos el pensamiento, es decir, el lenguaje. Hallar los antiguos alfabetos, ugarítico, nabateo, tamudeo, safaitico, jeroglífico, palmireno siríaco... me impactó tanto que me lanzó a la escritura y a hacer postales con ellos. Esto se recogió bellamente editado -en color- en el libro Variables ocultas, y me lanzó a un estudio de lenguaje y escritura en el que aún sigo.

Schaulager, Basilea (Suiza)

Por Eugenio Ampudia (artista)
Es un edificio de cuatro plantas con pantallas para exhibir videos de artistas incrustadas en su fachada, construido por Herzog & de Meuron por encargo de la Fundación Laurenz y que básicamente está concebido como un almacén abierto que ofrece a grandes coleccionistas unas condiciones espaciales y climáticas óptimas para conservar sus obras de arte. Sirve también para dar visibilidad a estas colecciones, pues fomenta las relaciones entre expertos, investigadores y estudiantes en el campo del arte. Tal y como está planteado, se trata de una combinación de museo público (pues permite visitas previa cita), depósito de obras de arte e instituto de investigación sobre arte actual. Se dirige a un público muy especializado, aunque durante las semanas en que Basilea es el centro del mercado del arte internacional organiza exposiciones y proyectos abiertos al público. Me gustan sus exposiciones temporales, su confianza en el futuro y esta funcional y perversa combinación de almacén, centro de investigación y espacio de exhibición tan suizo y a la vez tan mestizo.

Museo Vasco de Bilbao

Pequeños museos vascos

Por Borja Ortiz de Gondra (dramaturgo)
El último año ha sido para mí un tiempo de viaje a la semilla, de reencontrarme con mis raíces vascas y volver sobre el conflictivo pasado familiar que arrastro para escribir una obra de teatro que pronto verá la luz. A fin de documentarme, he visitado una serie de pequeños museos vascos que se han convertido en mi "otra casa": el Museo Vasco y el Museo Arqueológico de Bilbao, el Museo de Las Encartaciones, el Museo Euskal Herria de Gernika o el Caserío Museo Igartubeiti de Ezkio. En todos ellos he encontrado algo que valoro cada día más en un museo: gente apasionada por su trabajo, que conoce al dedillo la colección y resuelve tus consultas transmitiéndote su amor por lo que conservan. Son museos que no tienen una arquitectura apabullante de arquitectos estrella, ni largas colas ante exposiciones multitudinarias, ni grandes tiendas de recuerdos, pero precisamente por eso permiten la visita sosegada para empaparse de lo que encierran y cumplen mejor la función esencial del museo de transmitir conocimiento. En ellos he podido revivir con sosiego, en las dos lenguas, cómo era una familia vasca a lo largo del siglo XX. A todos ellos, eskerrik asko guztiei!

El Museo del Prado

Por Ángeles Caso (escritora e historiadora del Arte)
No es fácil elegir un único museo de todos los que conozco en el mundo. He pateado tantos, grandes pinacotecas, museos arqueológicos, pequeños y maravillosos museos de provincias, y en todos ellos he sentido placer y emoción. Pero quizá, por encima de todos, elegiría el Prado, el primero que visité en la infancia, el que mejor conozco y el que sigue siendo para mí uno de mis lugares favoritos de reencuentro conmigo misma y con una parte de lo mejor que ha hecho la humanidad.

ARoS - Aarhus (Dinamarca)

Por Lois Patiño (cineasta)
Llegué al ARoS de casualidad, mientras viajaba de Galicia a Islandia en furgoneta, tras descubrir entre los tejados de Aarhus el Rainbow Panorama de Olafur Eliasson: una estructura circular por la que, mientras caminas, vas tiñendo de color la ciudad. Pero la gran experiencia sensorial del museo está escondida en la parte baja, donde guardan pequeñas instalaciones de artistas que trabajan con la luz y el audiovisual: Pipilotti Rist, Mariko Mori, Tony Oursler, con una cabeza que se ahoga infinitamente en el agua de una pecera enorme... Pero para mí la joya de la corona es el Milkrun III de James Turrell. La obra de Turrell no se ve, no tiene forma, se experimenta. Y en este museo experimenté por primera vez una obra suya, donde el infinito se apodera del espacio, y la luz deja de ser una acción por contacto, aunque te envuelva, para mostrarse suspendida en el tiempo: una luz distante y próxima a la vez.

MACBA de Barcelona

MACBA, Barcelona

Por Silvia Dauder (directora de la galería ProjectSD, Barcelona)
Es difícil decir cuál es mi museo favorito. Es como cuando te preguntan tu disco o tu libro favorito. Hay muchos y para muchos momentos distintos. Y si no nos limitamos a museos sino a centros de arte u otras entidades donde hemos visto buenas exposiciones y buen arte, entonces la elección es aún más difícil. No puedo evitar hablar del MACBA, el museo de arte contemporáneo de mi ciudad, prioritario en mi lista, por lo esencial que ha sido en mi crecimiento y aprendizaje como profesional desde mediados de los 90. Favorito por abrirme la mirada a muchos artistas contemporáneos desconocidos para mí en su momento y a una forma de hacer exposiciones rigurosa y valiente. Por supuesto el Prado, por todas las joyas del arte que alberga. Entre ellas el Perro semihundido de Goya, obra por la cual tengo una debilidad muy especial. El Dia Beacon por su excepcional colección de los años 60-70 y la concepción de cómo estas obras se presentan. La Fundación Beyeler por la exquisitez de su arquitectura, la impecable iluminación y evidentemente una colección extraordinaria.

sala de Las meninas en el Museo del Prado

Salas dedicadas a El Greco y a Velázquez en el Museo del Prado

Por Hèctor Parra (compositor)
Siempre que visito Madrid intento reservarme un momento para visitar las salas del Museo del Prado dedicadas a El Greco y a Velázquez. En ningún otro museo del mundo se pueden contrastar, a pocos metros de distancia, dos de los universos artísticos más extraordinariamente pictóricos que existen: por una parte, experimentamos la ritmadamente tensa e hiperdimensional polifonía de El Greco -una inmensa exaltación de los ritmos infinitos y casi fractales de la vida misma, ardiendo de color a través de pinceladas cargadas de energía creadora-. Y después de esta experiencia casi violenta, entramos a continuación en los mundos-espejo de luz tamizada de Las meninas y Las hilanderas. Especialmente gratificante resulta sumergirse en la misteriosa experiencia espaciotemporal que propone Velázquez en Las hilanderas. Partiendo de la agitación del vacío, como decía Tàpies, de la plasticidad musical de las pinceladas y la cálida paleta de rojos anaranjados y verdes, se crea en nosotros una nueva experiencia del tiempo. En ella conectamos nuestro momento presente con el tiempo atávico de la contienda mitológica entre Aracne y Palas Atenea, justo antes de la monstruosa metamorfosis en araña a la que la diosa condena a la infortunada y orgullosa plebeya. Contienda que nos refleja especularmente nuestros propios abismos interiores o los de nuestra propia época.