Image: La crítica mirada de Sanja Ivekovic

Image: La crítica mirada de Sanja Ivekovic

Arte

La crítica mirada de Sanja Ivekovic

El MoMA inaugura la primera retrospectiva en Estados Unidos de una de las grandes artistas europeas

18 diciembre, 2011 01:00

Sweet Violence. 1974. Video

El MoMA de Nueva York muestra por primera vez en Estados Unidos la obra de una de las grandes artistas europeas, la croata Sanja Ivekovic, autora de un poderoso trabajo sobre el poder, el control, el género y la memoria.

Sanja Ivekovic nació en Zagreb, hoy Croacia, en 1949. Es algo menor que Marina Abramovic, serbia de Belgrado, que tuvo también su retrospectiva en el MoMA el pasado año, y, juntas, fueron las primeras mujeres procedentes de Europa del Este en abrirse camino en el escenario internacional del arte contemporáneo, absorbiendo los lenguajes de la época, la performance en el caso de la serbia, y los mass-media en el de la croata. La de Ivekovic, que lleva por título Sweet Violence, nombre de uno de sus vídeos más celebrados, lleva la firma de la comisaria de fotografía de la casa Roxana Marcoci, que también organizó la exposición de Haris Epaminonda de la que hablamos en Elcultural.es no hace mucho. Más de 100 trabajos conforman la exposición de una artista cuya obra pudimos ver en España en la Fundación Tàpies de Barcelona en 2008, con el comisariado de Katrin Rohmberg y Natasa Ilic.

Ivekovic empezó su actividad artística a principios de los años setenta, cuando todo era ya cuestionable. Ivekovic vio en las estructuras del poder un motivo a analizar desde la estrategia de la subversión. Próxima a la "Nueva práctica artística", activa en la Yugoslavia posterior al 68, la artista pronto se enroló en una dialéctica que exploraba lo que de político existía en lo privado. Esta reflexión se realizaba, las más de las veces, desde una óptica feminista. Los medios de comunicación en su país durante la década de los setenta, la inserción de lo privado en el espacio público, la ideología de la representación o el rol de la mujer en el contexto socialista son algunos de los asuntos que abordó de inmediato a través de intervenciones, performances, instalaciones o vídeos.

En 2001, Ivekovic realizó una de sus piezas más relevantes, Lady Rosa of Luxemburgo, una réplica del monumento conmemorativo de la guerra que se encuentra en la Plaza de la Constitución de la ciudad de Luxemburgo y que dedicó a la política alemana asesinada en 1919. Ivekovic retiró la Nike original y la reemplazó por una mujer embarazada. En el pedestal inscribió, además, una serie de leyendas en inglés, francés y alemán que rezaban: La Résistance, la Justice, la Liberté, L'independece-Kitsch, Kultur, capital Kunsti-Whore, Bitch, madonna, Virgin.La intención de la artista en este proyecto fue subrayar la enorme importancia del papel jugado por las mujeres en la resistencia a los Nazis durante la Segunda Guerra Mundial, un papel sistemáticamente silenciado durante décadas. La pieza está instalada en el atrio de la planta 2 de edificio de la cale 52, donde habitualmente está expuesto el enorme obelisco de Barnett Newman, en lo que constituye un guiño del que pueden sacarse interesantes lecturas sobre la dialéctica hombre/mujer, este/oeste, centro/periferia...

Lady Rosa of Luxemburgo

Sweet Violence toma su nombre de un vídeo homónimo realizado en 1974 que es una de sus primeras incursiones en el campo de la imagen en movimiento. Se trata de una reflexión crítica sobre la cultura mediática en la Yugoslavia del momento bajo la doctrina de la "La tercera vía" adoptada bajo el mandato de Tito, esto es, mezclar dos discursos políticos, el socialismo y la ideología del libre mercado y venderlo mediante un certero ejercicio propagandístico. Ivekovic resuelve su investigación pegando cinta adhesiva negra sobre la pantalla del televisor que simulaban los barrotes de una cárcel y grabando la emisión del programa de propaganda económica de la TV de Zagreb. La idea era meter un palo en la rueda de la "dulce mentira" que pretendía propagar la autoridad en la conciencia colectiva yugoslava.

El collage y el fotomontaje fueron otras de las estrategias utilizadas por Ivekovic, siguiendo a figuras importantes décadas anteriores como Hannah Höch o John Heartfield. La serie Double Life, realizada entre 1975 y 1976, está compuesta por 64 dípticos de los que en el MoMA podrán verse cinco. En una de sus mitades hay fotografías recortadas de la artista en diferentes momentos entre 1953 y 1976. En la otra, imágenes de mujeres en posturas similares a las de Ivekovic que han sido tomadas de las revistas de la época. La artista enfrenta así imágenes privadas y públicas y subraya el hecho de que las imágenes propias están tomadas con anterioridad a las de las revistas para insistir en que no es ella quien trata de mimetizar los gestos y actitudes de las mujeres sino que a partir de estas imágenes explora la deriva de su propia vida mediante roles que funcionan retroactivamente.

Con esta exposición, que se podrá ver hasta el 26 de marzo, el Museo de Arte Moderno de Nueva York quiere legitimar el trabajo de una de las mujeres artistas más incisivas de las últimas décadas, alguien que ha investigado como pocos las relaciones entre el arte y el cambio social. La de Ivekovic es una obra clave para entender, además, las evoluciones político-sociales tras la caída del muro de Berlín y es la referencia para el importante número de artistas procedentes de esas mismas latitudes que hoy triunfan en el concierto internacional.