Mateo López. N+1

Galería Travesía Cuatro. San Mateo, 16. Madrid. De 13.575 a 108.600 euros. Hasta el 15 de noviembre

Rodilla izquierda, giro, cabeza, plié. Una bailarina acaricia las telas que cuelgan de las varillas de madera en la galería Travesía Cuatro, las rodea con su cuerpo, las mide con sus extremidades, se arrastra bajo las estructuras, y se enrolla mientras cuela su brazo en uno de los agujeros. El director de escena es el artista Mateo López (Bogotá, 1978) que ha dejado impresas en su instalación N+1 unas sugerentes instrucciones, palabras aisladas que aluden a partes del cuerpo, pasos de baile y onomatopeyas. Los colores y las formas que vemos en los tejidos son un homenaje a los movimientos modernos, sobre todo a la Bauhaus, con quien este trabajo entronca tanto formal como conceptualmente, en la ruptura de fronteras entre disciplinas que tanto abanderó la escuela alemana, el aire festivo y la combinación de distintos medios. Pero esta primera parada no es sólo un escenario-partitura sino que tiene entidad propia. Continúa en la siguiente sala con dibujos hechos con rotring, lápiz y compás, en los que replica las mismas formas y gama cromática. Toda la obra de Mateo López parte del dibujo aunque, dice, es incapaz de pintar del natural y siempre trabaja haciendo listas. El programa Rolex Mentor and Protégé, junto a William Kentridge, le sacó del estudio y le llevó a experimentar con la escultura, el vídeo y los espacios tridimensionales, en los que ha profundizado en sus últimos proyectos en el MAM de Bogotá y en el Drawing Center de Nueva York con estancias, casi maquetas 1:1, entre las que también se deslizaban performers. La pieza de Madrid la activaron el día de la inauguración y se repetirá de nuevo el 26 de octubre. Resuelve con acierto una problemática inherente a las artes vivas: ¿cómo representar plásticamente una performance? ¿Qué queda una vez que ha tenido lugar?

Jimena Kato: 'St' (2019), en la Twin Gallery

Jimena Kato. MMMM.

Twin Gallery San Hermenegildo, 28. Madrid. De 600 a 7.500 euros. Hasta el 26 de octubre

Hay también dibujo en el espacio y movimiento en las esculturas de Jimena Kato (Lima, 1979). En su obra subyace siempre una fragilidad, un equilibrio que en cualquier momento podría quebrarse. Pone el material al límite en una acción que exige de elasticidad. El tiempo se congela cuando el cemento desborda una red de nailon, un globo o una burbuja se inflan hasta su inevitable final y una cinta de goma se estira al máximo. Si hasta hace poco utilizaba materiales cotidianos que trabajaba a menudo con formas curvas, en el último año ha experimentado con la cerámica. Varias de estas piezas pueden verse ahora en esta exposición de la Twin Gallery, esmaltes como los de Ococ, donde da forma a varias argollas que componen una cadena que llama la atención sobre un objeto industrial convertido aquí en artesanal. Y en Meme 01 combina este esmaltado con cerámica en frío, haciendo un guiño a una de las técnicas artísticas más ancestrales. Las formas sinuosas nos guían entre las piezas de la primera exposición de Jimena Kato en la galería, una colaboración que celebramos de esta artista que ya dejó de ser emergente hace tiempo. El proyecto continuará más adelante con un par vídeos protagonizados por dos bailarines retirados. Movimiento en pausa, de nuevo.

@LuisaEspino4