La Scala de Milán, la ciudad donde se econtraron Stendhal y Lord Byron en el siglo XIX

Son viajes ideales, viajes soñados, pero esta vez desde la ficción. Porque viajar es también un placer cuando se hace desde las páginas de un libro, la imagen sugerente de un cuadro, una fotografía, desde la butaca de un cine. Y así, nos vamos al Nueva York de Paul Auster, al Sáhara de El paciente inglés, al Cape Cod de Edward Hopper...

Quizás el sitio que me ha perseguido mentalmente con más fuerza en los últimos años es Milán. No es un sitio al que me gustaría viajar, es un sitio en el que me gustaría vivir (y morir). Sólo he estado allí un par de veces muy breves, una sola noche cada vez, y siempre en agosto, lo que no es nada recomendable porque la ciudad está completamente vacía y el calor es insoportable.



Lamentablemente, no pude vivir allí nada de aquello con lo que soñaba y cuyo origen es bastante simple: la biografía de Stendhal. Él me inculcó el amor por esta ciudad y por sus gentes porque allí vivió sus días más felices, allí conoció a Lord Byron y allí suceden algunas escenas memorables de La Cartuja de Parma (1839). Estas sugestiones lejanas se mezclan hoy con otras, en especial la riqueza, la educación y el buen gusto de sus clases privilegiadas, gentes acaso igual de espontáneas, candorosas y apasionadas como las que conoció Stendhal; y, cómo no, con la belleza actual de sus mujeres, cuya "nobleza tierna" aún procede de Leonardo da Vinci.

Albert Serra (Gerona, 1975) es director y productor de cine. Licenciado en Filología Hispánica en Barcelona, se ha convertido en una de las nuevas sensaciones del cine de autor y experimental. Su temática gira en torno a la historia, la religión y los mitos, siempre desde un punto de vista muy personal y radicalmente heterodoxo. Su primer largometraje, Honor de cavallería (2006), es una original adaptación de El Quijote que fue muy aplaudido en el Festival de Cannes y elegido por la revista Cahiers du Cinema entre las 10 mejores películas del año. Con El cant dels ocells (2008), inspirada en la Biblia, consiguió el Premio Gaudí a la mejor película, mientras que Historia de mi muerte (2013) fue merecedora del Leopardo de Oro en el Festival de Locarno, el galardón más prestigioso que ha conseguido hasta el momento. La mort de Luis XIV es su última película, presentada esta misma semana en Locarno.