Image: Carlos Marzal

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El Cultural

Carlos Marzal: "El toreo sin la literatura casi no existiría"

Acaba de publicar una compilación de textos sobre tauromaquia titulada 'Sentimiento del toreo'

15 mayo, 2010 02:00

Hace ya 30 años que el poeta Carlos Marzal fundó la revista Quites, en la que pintura, literatura y toros convergían como fuerzas complementarias que se impulsaban las unas a las otras. En la década (y un poquito más) que se estuvo publicando acogió textos de grandes figuras de la pluma: Bergamín, Caballero Bonald, Brines, Félix Grande... Pero también de grandes figuras del toreo: Ignacio Sánchez Mejías, Antonio Bienvenida, Luis Francisco Esplá, Rafael de Paula... En fin, la comunión perfecta entre la Fiesta y las letras plasmada negro sobre blanco. Ahora Tusquets rescata aquel sedimento de la cultura taurina y le ha dado lustre con nuevos artículos (de Vargas Llosa, de Sabina...). El resultado es el libro Sentimiento del toreo, que en palabras del propio Marzal constituye “una orgullosa celebración, en el mundo del arte, de un arte que constituye todo un mundo”.

Pregunta.- ¿Cuándo sintió por primera vez el chispazo de la tauromaquia?
Respuesta.- La verdad que mi afición nace en mi propia casa, porque mi padre era crítico taurino de Radio Alerta en Valencia. Íbamos siempre juntos a los toros. Luego, ya con 18 o 19 años, varios amigos queríamos publicar una revista literaria, pero la idea no cuajó. Para hacer este tipo de revista no recibíamos ningún tipo de ayuda, en cambio si la hacíamos de toros sí nos daban un subvención. Así que creamos Quites, un revista que aunaba pintura, literatura y toros. Pero este último pie nunca fue forzado, porque todos nosotros éramos muy taurinos también.

P.- En la conversación entre Esplá y Barceló, este último se manifiesta como un visionario del toreo, incluso llega a iluminar al diestro...
R.- Bueno, la iluminación es mutua. Ambos se enriquecen, y lo que aprenden lo aplican en su arte. Barceló es un artista con una mirada distinta, que establece una relación muy particular entre la materia y su pintura. Esplá, por su parte, es uno de los toreros más lúcidos, de los que más y mejor han estudiado al toro, al que concibe como materia que hay que moldear sobre el albero.

P.- Antonio Lucas enuncia su terna de la memoria: Rafael de Paula, Joselito y José Tomás. ¿Cuál sería la suya?
R.- Es muy difícil seleccionar a tres toreros sólo. A mí, la verdad, el que más me ha emocionado, el que más me ha estremecido ha sido Rafael de Paula. Durante años le seguí mucho, junto a Benítez Reyes, por Sevilla, Jérez, el Puerto de Santa María... Aunque la mejor faena que he visto en mi vida fue la que le hizo aquí en Valencia Ortega Cano a un toro de los Guateles. Mató recibiendo y le cortó las dos orejas y el rabo. Me encanta también José Tomás y Joselito y la cabeza lidiadora de Esplá...

P.- ¿Cuáles son las amenazas internas del toreo?
R.- La amenaza fundamental es el propio toro, sin su bravura no hay espectáculo posible. Los cruces genéticos en busca de toros pastueños, hechos a la medida de determinados toreros han hecho mucho daño. Pero es muy difícil determinar las causas últimas. Es un tema, en cualquier caso, del que se viene hablando desde hace décadas. También el adocenamiento de los toreros cuando no hay rivalidad entre ellos. Si no hay un figura que trasciende a su propio nombre, la Fiesta decae. Siempre ha sido así. Las épocas en la que no destacaba el carisma del algún torero, el toreo perdía pujanza. Ahora lo salva José Tomás.

P.- ¿Qué le deben los toros a la literatura?
R.- La deuda es enorme. Los toros sin la literatura no serían lo que son. Casi no serían, porque necesitan de la exageración, de la fábula, del relato. Lo que ocurre en plaza lo ven unos pocos miles de privilegiados, pero hay faenas míticas de las que todo el mundo habla como si las hubiera visto. Hay muy pocos ámbitos de la experiencia humana que tengan una pintura y una literatura tan importantes.

P.- ¿Y qué toreros, con inquietudes para la escritura, le han hecho disfrutar más de la literatura?
R.- En este libro tiene mucha gracia el texto del Gallo, y las observaciones de Sánchez Mejías están muy bien. Pero lo más interesante, el texto que está llamado a convertirse en un clásico es la charla entre Esplá y Barceló.

P.- ¿Comparte con Brines que la Santísima Trinidad del toreo (parar, templar y mandar) no es tal, porque el temple, en realidad, abarca todo lo demás?
R.- Es un matiz interesante el que aporta Brines, muy hondo, pero en tauromaquia casi todo es discutible, porque hablamos muchos con nuestra experiencia acumulada desde la barrera. Es algo que habría que preguntárselo a los propios toreros. De todas maneras, el argumento de Brines no tiene porque romper esa Santísima Trinidad, sino que le da otra vuelta de tuerca.