Alcaraz celebra un punto en su duelo ante Rublev.

Alcaraz celebra un punto en su duelo ante Rublev. Reuters Reuters

Tenis

Carlos Alcaraz se cuela en las semifinales del Masters 1000 de Cincinnati tras derrotar a Andrey Rublev en tres sets

El murciano sufrió más de lo esperado (6-3, 4-6, 7-5) por el gran nivel del ruso, pero un break en el momento decisivo certificó su pase a las semifinales.

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Carlos Alcaraz sigue con paso firme en su camino hacia la final del Masters 1000 de Cincinnati. El murciano ya está en semifinales tras derrotar con sufrimiento al ruso Andrey Rublev en tres sets (6-3, 4-6, 7-5).

El murciano jugó a buen nivel y fue muy superior en el primer set ante una versión errática de Rublev, pero el ruso se recompuso y rayó a un nivel estelar para empatar el duelo.

En el parcial decisivo, el número 9 del mundo mantuvo su fortaleza y estuvo a punto de forzar el tie-break, pero Alcaraz sacó la varita mágica en el momento decisivo para romper el servicio de su rival y llevarse el duelo.

En las semis esperan el estadounidense Ben Shelton o el alemán Zverev (se medirán esta madrugada), mientras en la otra parte del cuadro, Sinner y el francés Terence Atmane ya están clasificados.

El calor volvió a ser protagonista en Cincinnati, donde una vez más un partido se vio interrumpido por problemas en las gradas. Un aficionado tuvo que ser atendido y salió del recinto acompañado por los médicos.

Dos horas y 17 minutos duró el encuentro, más de lo esperado (y de lo deseado) bajo el sol de Ohio. Paradójicamente, Rublev jugó muy bien, pero perdió; mientras Alcaraz ganó con apuros pese a estar a gran nivel.

Andrey Rublev devuelve un resto complicado.

Andrey Rublev devuelve un resto complicado. Reuters Reuters

El primer set invitaba a una victoria plácida y por la vía rápida. Alcaraz rompió dos veces el servicio de su rival, muy errático, y se llevó la manga con un 6-3 que apuntaba a paseo.

El murciano, muy fino desde el saque en todo el choque, acabó con 11 aces (los mismos que el ruso). Su rival acumuló 13 errores no forzados en ese primer parcial y eso lastró su competitividad.

Frustrado, se quejaba al juez de silla por la brevedad de las pausas entre cada juego. No le daba tiempo a serenarse en esos 30 segundos y parecía acelerado.

El segundo parcial cambió completamente el panorama y Rublev logró relajarse, encontrar su juego y hacerse fuerte psicológicamente.

Carlos Alcaraz se lamenta tras un punto de Rublev.

Carlos Alcaraz se lamenta tras un punto de Rublev. Reuters Reuters

El moscovita comenzó a sacar como los ángeles y firmó hasta tres juegos en blanco. También rompió el servicio de Alcaraz con 3-3 iguales y puso la directa para empatar el partido.

El murciano abusó en ocasiones de algunas dejadas más estéticas que efectivas y el ruso no estaba para juegos.

Llegaba la manga decisiva y quedaba la duda de si Rublev iba a poder mantener el nivel. Lo hizo. Alcaraz jugó un gran tenis y no se le puede achacar que esta vez fuese irregular.

El nivel era altísimo, con una alternancia de juegos que se resolvían rápido con otros que se estiraban. Dejadas, globos, grandes saques y algunos rallies de altura justificaban el mejor partido del torneo hasta la fecha.

Ninguno de los dos logró romper a su rival hasta que, con 4-3, Alcaraz logró ponerse con ventaja y sacar para ganar el partido con el 5-3 a favor.

Sin embargo, el resistente Rublev respondió con un contrabreak (5-4) que amenazaba con estirar el partido hasta el tie-break. El ruso afianzó el 5-5, Alcaraz hizo lo propio desde el saque (6-5) y quedaba un juego para evitar el desempate.

Ahí apareció la magia del número 2 del mundo. Alcaraz forzó el 40 iguales, se puso en ventaja y los aficionados esperaban un punto que resolviese el duelo con espectacularidad.

No llegó. La crueldad y la mala suerte no hicieron justicia al gran partido de Rublev, que cayó sobre la bocina con una doble falta que pagaba el billete de Alcaraz hacia las semifinales.