Siempre pasa lo mismo. Cuando quedan dos o tres semanas antes de empezar Roland Garros, me alucina la gente que desacredita a Rafa para ser claro favorito en París. Con todo lo que ha demostrado, después de todo lo que ha pasado, que haya personas de dentro del mundo del tenis que hagan eso… me parece muy fuerte, sinceramente. Para opinar sobre alguien que ha ganado tanto es importante vivirlo desde el interior y saber cómo está. Por eso, al final se demuestra algo evidente: cuando hablamos de Roland Garros, Nadal siempre es el máximo candidato.

Normalmente, en los torneos se lleva una evolución. Sabemos que Rafa terminará jugando mucho mejor que al comienzo. Por situaciones de partido, por ritmo y por muchas más cosas. Si va ganando, llegará a su máximo nivel. Y esto lo demuestran las 14 finales que ha jugado, sin perder ninguna.

Nadal, con los recogepelotas tras la final de Roland Garros.

Nadal, con los recogepelotas tras la final de Roland Garros. Benoit Tessier REUTERS

Me asombra la cantidad de opciones que tiene para jugar en cuanto a variantes, cada año más, cada vez más. Ahora hace un tenis diferente, pero más completo y agresivo. Por ejemplo, un detalle técnico: no podemos plantear los partidos muy largos, pero él entra más en la pista con sus golpes, tanto con la derecha como con el revés. 

Por supuesto, la pista marca la diferencia. Las alturas, las velocidades… la convicción es mucho mayor en la Philippe Chatrier que en otros torneos, es una relación única en el mundo del deporte la que tiene Nadal con la central de París. 

Cuando le ves jugar, y está bien, me pongo un poco en la piel del otro entrenador. ¿Qué le diría a mi jugador para intentar plantear un partido ante Rafa? Y realmente eso es muy complicado. Cuando llega a Roland Garros, con independencia del rival, hay que ir afinando poco a poco. Y sabes que al final siempre dependerá de él, como ha sido este año de nuevo.

*** Francis Roig fue tenista profesional y es entrenador de Rafael Nadal desde 2005.