Nadal, durante su primer entrenamiento en Madrid.

Nadal, durante su primer entrenamiento en Madrid. Fernando Villar Efe

Tenis COPA DAVIS

Nadal, ante un doble reto: la adaptación a la altura de Madrid y el nuevo formato de la Davis

El español tiene dos días para aclimatarse a los 667 metros sobre el nivel del mar de la capital de España antes de debutar ante Rusia.

17 noviembre, 2019 23:47

A las seis y media del domingo, Rafael Nadal inició una carrera contrarreloj de dos días para adaptarse a las condiciones de la Caja Mágica, complicadas para su juego porque los 667 metros de altitud que tiene Madrid sobre el nivel del mar aumentan el descontrol y rebajan el ritmo, dos beneficios claros para el tenis de ataque. El número uno del mundo, que regresó de Londres el sábado a mediodía tras quedar eliminado en la fase de grupos de la Copa de Maestros, pese a ganar dos de los tres partidos que disputó (la victoria de Alexander Zverev sobre Daniil Medvedev le cerró el pase a las semifinales), se tomó un día de descanso antes de volver a pisar la pista para afrontar el último desafío de su 2019, que es bien grande: adaptar su tenis a las condiciones de la capital de España para tener opciones de aspirar a todo en la nueva Copa Davis, que del 18 al 24 de noviembre enfrenta a 18 equipos en un novedoso formato impulsado por el futbolista Gerard Piqué para renovar de arriba a abajo la competición.

"En su caso", explicó a este periódico Francis Roig, el entrenador que acompaña a Nadal en Madrid, "es un tema de coger una buena posición de golpeo cuando le viene la pelota. En altura es más complicado medir la distancia con la bola porque la tienes a dos metros y de repente está encima", prosiguió el técnico catalán. "La sensación de no tener fallo es muy importante para Rafa porque esto le permite luego ser más agresivo. A él le gusta tener el control del punto, saber qué puede pasar, pero aquí es complicado porque todo ocurre muy rápido", añadió. "Siempre preferimos jugar a nivel del mar, pero Nadal tiene más aptitudes para competir en altura ahora que hace unos años, le perjudica menos", avisó Roig. "Por ejemplo, está sacando muy bien, y eso le puede beneficiar mucho".

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Este Nadal, claro, no es el mismo Nadal que ganó su primer Masters 1000 en Madrid a Ivan Ljubicic remontándole dos sets en la Casa de Campo, la antigua sede del Mutua Madrid Open. Este tenista es otro distinto que ha conseguido llevar su juego hasta lo que demanda la era actual: potencia, fuerza, velocidad, y sobre todo agresividad. Desde la mejora constante, que ha marcado toda su carrera, el español ha evolucionado su saque (la gran mejora de 2019, una de las claves para conquistar el último Abierto de los Estados Unidos) y eso le ha llevado a aumentar su presencia en la red (sube mucho más a volear guiado por la inercia de sus servicios). Si esas dos facetas de su tenis han sido las últimas en cargarse de veneno, a la derecha lleva años retorciéndole el colmillo, como también ocurre con el revés.

A Nadal, sin embargo, no solo le preocupa aclimatarse en un tiempo récord a la altitud de Madrid, también le inquieta el desafío de desentrañar los secretos de la nueva Davis. "Es una competición nueva y hay que entendería de la manera adecuada, tenemos que saber que cada partido es vital", adelantó el campeón de 19 grandes, que el domingo se entrenó durante dos horas con Roberto Bautista en el Estadio Manolo Santana. "Nos ha tocado un grupo complicado y no jugamos en nuestra superficie favorita, pero estamos muy concienciados para llegar lo mejor posible", añadió el tenista mallorquín. "Ojalá que todos estemos en buena forma, podamos competir como queremos y las cosas nos salgan bien".

Cuando Nadal habla de entender la competición se refiere al cambio radical de la Davis, que estrena en Madrid la apuesta personal de Piqué y el Grupo Kosmos, su empresa: 18 equipos distribuidos en seis grupos, una fase de liguilla inicial precedida de los cuartos, las semifinales y la final y eliminatorias con partidos al mejor de tres sets (dos individuales y un dobles), todo concentrado en una semana para intentar atraer a los mejores tenistas del mundo (no juegan cinco de los ocho mejores), que habían perdido el interés por la Ensaladera.

Por eso, Nadal pide estar alerta para descifrar antes que los otros los misterios de una competición que pasará a exigir concentración en cada punto porque el margen de error se ha recudido sensiblemente. De entrada, España debuta el martes contra Rusia (sin Medvedev, que el sábado anunció su baja) y volverá a jugar el miércoles con Croacia buscando el pase a los cuartos. Si el número uno se adapta, y está bien para jugar todo (sigue con problemas en su mano izquierda), España es candidata a todo y más.