Sara Sorribes durante la fase previa de Roland Garros.

Sara Sorribes durante la fase previa de Roland Garros. Corinne Dubreuil FFT

Tenis

El Roland Garros de los primerizos Carballés y Sorribes

Ambos tenistas debutan por primera vez en un Grand Slam tras superar la fase previa en París y conversan en EL ESPAÑOL sobre un momento que nunca olvidarán.

21 mayo, 2016 19:19
París

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Con un bigote postizo, Novak Djokovic levanta los aplausos de la pista Philippe Chatrier. Suena la música a todo trapo y por el albero van pasando distintos jugadores, que con sus trucos divierten a los más pequeños, que abarrotan la grada. Durante el tradicional día de los niños, una fiesta antes de que Roland Garros arranque este domingo oficialmente, Roberto Carballés (Tenerife, España; 1993) y Sara Sorribes (Castellón, España; 1996) se preparan a conciencia para lo que tienen por delante.

Tras pasar la fase previa (tres partidos), los dos españoles tendrán la oportunidad de disputar el cuadro final de un Grand Slam (contra el checo Pavlasek y ante la rusa Pavlyuchenkova). Antes de vivir ese momento inolvidable, los dos jóvenes charlan en EL ESPAÑOL sobre la dimensión de la oportunidad y sus consecuencias.

¿Cuál es la sensación tras pasar por primera vez la previa de un grande?

Roberto Carballés. Jugar el cuadro final de un Grand Slam ha sido un sueño que he tenido durante toda mi vida. Ahora estoy un poco más tranquilo. El último partido de la previa fue muy duro, con mucha tensión. Acabé cansado, pero estoy con muchas ganas para intentar ganar el domingo.

Sara Sorribes. Si me hubiesen dado a elegir, probablemente habría decidido debutar en Roland Garros. Estoy muy contenta de poder jugar mi primer cuadro final de un Grand Slam. Además, ha sido una previa difícil, aunque no he perdido ningún set por el camino. Obviamente, aquí los partidos siempre son más difíciles que en cualquier otro torneo. Estoy muy contenta de cómo he jugado, de la capacidad que he tenido para poder aceptar todos los momentos que he pasado.

Con 23 y 19 años respectivamente, ¿os llega tarde?

R.C. A cada uno le llega en su momento. Estamos viendo cómo cada vez los jugadores duran más en el tenis masculino. La media del top-100 está subiendo hasta los 30 años. El problema es que si la gente de más de 30 no sale, y además tienen más experiencia y se mantienen bien físicamente… Es complicado. Más jóvenes que yo en el top-100 habrá nueve o 10. Tengo ganas de seguir sumando.

S.S. De hecho, creo que me llega muy pronto. Pasar la fase previa de un Grand Slam son palabras mayores. Siempre he ido poco a poco. He tenido que quemar etapas muy bien quemadas, no he ido dando tumbos. He hecho las cosas bien. No esperaba pasar la fase previa. Si me preguntan antes de venir aquí, no me lo habría creído. Estaba fuera de la fase previa cuando vine a París. Casi no me dejaron entrenar. Me pusieron problemas para pasar a entrenar. Tuve que enseñarle la foto a la chica para que me dejase pasar, porque justo acababa de entrar al cuadro de la previa. Por eso, creo que llega en un buen momento, cuando ha tenido que llegar. Nunca me he presionado por eso.

¿Es más duro entrar a un Grand Slam directamente por ránking o superando la previa?

R.C. El objetivo es entrar directamente siempre. Eso te garantiza una seguridad evidente. Si tienes que jugar la fase previa… tampoco se te van a caer los anillos. El nivel es muy parecido y se decide todo por pequeños detalles.

S.S. Entrar directamente por ránking es más complicado. Eso significa que de verdad tienes el nivel. Entrar por ránking quiere decir que lo has hecho bien durante muchas semanas, que has sido regular. Yo no estoy en el top-100 porque no es mi caso. Sí, lo he hecho muy bien aquí estos días, pero si quiero llegar a serlo tengo que conseguir una constancia. Yo estoy la 196 del mundo porque lo merezco.

Roberto Carballés en el último Mutua Madrid Open.

Roberto Carballés en el último Mutua Madrid Open. Juanjo Martín EFE

¿Cuáles son los problemas superados en esta fase previa?

R.C. La pelota me sorprendió de entrada al llegar aquí. En años anteriores, la pelota botaba e iba rápida y la de esta temporada no bota casi nada. Además, los primeros días estaba lloviendo y la tierra se puso muy lenta. Me tocó jugar contra Daniel Nguyen y con esas condiciones fue durísimo. Después, ante Pedja Krstin también tuve momentos de apretar mucho. En la última ronda me enfrenté a Marius Copil, que saca muy fuerte y te hace jugar incómodo cuando sacas tú. Iba 0-3 en el tercer set e iba todo muy igualado. Al final, conseguí darle la vuelta.

S.S. En primera ronda jugué con Tamira Paszek, que no es veterana, pero llevaba un tiempo parada. Era cabeza de serie y fue un partido en el que tuve mucho cuidado. En segunda ronda, me enfrenté a Stephanie Foretz, con toda la grada en contra porque ella es local. Además, se las sabía todas. Fue un poco dramático. Y ayer jugué con Ivana Jorovic, una junior de un año menos que yo. Tenía mucha tensión. ¿Por qué? Porque pensaba que si hacía las cosas medianamente bien tenía bastantes opciones.

R.C. Quizás, yo habría sentido esa tensión en caso de ir ganando en el tercer set. Fue diferente porque me tocó remontar. Notas un poco de presión al final, pero sobre todo el bajón del final cuando se te baja todo el estrés.

¿Qué consecuencias tiene jugar el cuadro de un grande?

R.C. Confirma que voy por el buen camino. Ya pasé la previa en el Mutua Madrid Open y todo esto me ayuda. Además, económicamente me da un empujón bastante bueno, pero el calendario seguirá más o menos igual, salvo que gane muchos partidos. Lo fundamental es que me da mucha confianza para seguir.

S.S. Mire si me cambia poco, que mi padre ha venido a la previa y se ha ido. Y no se ha ido porque tuviese que trabajar, se ha marchado porque mi hermano estaba solo. Imagínese… Me da confianza y tranquilidad de estar haciendo las cosas bien. Sé que si hago esto tengo opciones de continuar mejorando.

¿Y el debut de este domingo?

S.S. Estoy bastante tranquila. Igual antes de saltar a pista me llegan los nervios, pero no tengo ningún tipo de presión. Sólo me voy a centrar en hacer lo que sé. Eso es lo que me ha dado resultado hasta ahora. Cuando voy más allá, cuando hago cosas que creo que sé hacer, pero que ni de broma… ahí tenemos un problema.

R.C. Estoy contento. Si me hubiese tocado Djokovic o Murray es un partido bonito, porque además juegas en la central, pero tendría muy pocas opciones de ganar. El rival que me ha tocado tiene un ránking similar al mío, así que estará todo igualado. La victoria será para el que mejor aproveche las oportunidades que aparezcan.

S.S. He jugado con ella en Charleston y le gané. Es un partido que me gusta. Tiene un tenis bastante directo y a mí me gusta bastante jugar a la contra ante ese tipo de rival. No tengo nada que perder, en todo caso ella. Voy a disfrutar de la experiencia.

¿Una definición que se adapte con fidelidad?

R.C. Mi punto fuerte siempre ha sido la solidez, el juego desde el fondo de la pista. No juego a tiros, como otros jugadores que dependen del saque. Soy un tenista constante, típico de tierra batida, y bastante sólido desde todos los lados.

S.S. Yo soy una luchadora. Tengo todos los golpes más o menos iguales. Soy de la escuela española. Quizás, defiendo mejor que ataco, pero eso va relacionado con lo último. Y sobre todo, tengo mucho margen de mejora en todo. Y cuando digo en todo es absolutamente en todo.