Imagen exterior del Santiago Bernabéu con promoción del partido de la NFL

Imagen exterior del Santiago Bernabéu con promoción del partido de la NFL Reuters

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72 horas de metamorfosis: cómo el Bernabéu se ha transformado de templo del fútbol a campo de la NFL

A falta de detalles, el coliseo del Real Madrid ya está listo para acoger este domingo a los Miami Dolphins y a los Washington Commanders.

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El Santiago Bernabéu ha vivido muchas noches históricas, pero ninguna había exigido una transformación tan radical como la llevada a cabo esta semana.

El templo del fútbol europeo debía convertirse en un campo de batalla del gran deporte americano, la NFL, y el domingo, Miami Dolphins y Washington Commanders escribirán un nuevo capítulo en la historia del estadio.

La metamorfosis no es cosmética. Es estructural, técnica y simbólica. Implica reconfigurar dimensiones, adaptar vestuarios, instalar estructuras temporales y pintar un campo que nada tiene que ver con el rectángulo verde al que están acostumbrados los aficionados madridistas.

El primer obstáculo era geométrico. Un campo de fútbol reglamentario mide 105 metros de largo por 68 de ancho. Un campo de la NFL requiere 109,7 metros de longitud pero solo 48,8 de ancho. El Bernabéu gana metros en lo largo, pero es demasiado estrecho en los laterales.

La solución adoptada por el Real Madrid ha sido ingeniosa: retirar temporalmente varias filas de asientos en los fondos norte y sur, instalando —en verano— estructuras retráctiles que permiten ganar espacio lateral sin comprometer la capacidad futura del estadio.

Estas butacas se replegan hacia atrás, liberando los metros necesarios para que el campo cumpla con las especificaciones NFL. Una vez finalizado el evento, las gradas volverán a su posición original.

Sobre el terreno de juego, los trabajadores han pintado todas las líneas características del fútbol americano: las marcas de yardas cada cinco metros, las zonas de anotación o endzones en ambos extremos, y las líneas laterales que delimitan el campo.

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Los postes amarillos de los field goals ya están instalados, transformando visualmente el estadio de forma dramática. Donde antes había porterías de fútbol, ahora se alzan estructuras verticales de casi nueve metros de altura.

El césped natural del Bernabéu, protegido habitualmente mediante placas especiales para evitar daños por calor o tránsito excesivo, enfrentará su prueba más dura. Jugadores que superan los 100 kilos recorrerán cada centímetro del terreno durante más de tres horas de contacto físico intenso.

El club madrileño tiene preparado un plan de contingencia: césped mixto de altísima calidad cultivándose en Plasencia como respaldo, listo para ser instalado si el daño resulta irreparable.

Vestuarios y banquillos multiplicados

En fútbol europeo, cada equipo viaja con aproximadamente 25 a 30 personas. En la NFL, ese número se multiplica exponencialmente.

Cada franquicia trae 53 jugadores en roster activo, más entrenadores coordinadores (ofensivos, defensivos, de equipos especiales), personal médico, fisioterapeutas, nutricionistas, analistas de video, utileros y directivos. El total siempre ronda las 100 personas por equipo.

Los vestuarios del Bernabéu han sido completamente remodelados para acoger esta multitud. El vestidor visitante ha ampliado sus duchas y zonas de descanso, pero eso no ha sido suficiente.

El Real Madrid ha habilitado salas adicionales en otras áreas del estadio para albergar al personal técnico y médico que no entra en los vestuarios principales.

Los banquillos también han sufrido una expansión radical. Mientras que en un partido de fútbol apenas se ocupan 20 plazas por equipo, en la NFL se necesita espacio para 45 personas entre jugadores suplentes, entrenadores y personal técnico.

Los banquillos se han extendido considerablemente a lo largo de las bandas, y los coordinadores técnicos tendrán cabinas reservadas en los pisos superiores del estadio para analizar tácticas desde las alturas, similar al modelo que alguna vez ha empleado Luis Enrique con el París Saint-Germain.

Las zonas de prensa también han cambiado. A diferencia del fútbol donde todos los periodistas comparten la zona mixta, en la NFL cada equipo tiene su propia sala de prensa separada. El Bernabéu ha habilitado dos espacios completamente independientes en los bajos del estadio para que Dolphins y Commanders puedan atender a los medios sin compartir espacio físico.

La invasión visual

La transformación más evidente es visual. Tres banderas ondean simultáneamente en lo alto del estadio: España, Estados Unidos y la NFL. Este gesto simbólico convierte al Bernabéu de un templo nacional en un escenario verdaderamente global.

La fachada exterior se ha transformado en un lienzo publicitario de la NFL. Carteles gigantes con los logos de Miami Dolphins y Washington Commanders cubren las paredes, acompañados de lemas promocionales como "Change the game".

Cartel promocional de la NFL en los aledaños del Santiago Bernabéu

Cartel promocional de la NFL en los aledaños del Santiago Bernabéu NFL

Es una invasión controlada de la identidad madridista por la identidad estadounidense, temporal pero impactante.

En el interior, la tienda oficial del Bernabéu ha sido completamente rediseñada. Desde este viernes, los visitantes encuentran un espacio compartido entre mercancía del Real Madrid y productos de los 32 equipos de la NFL, además de colecciones conmemorativas exclusivas del NFL Madrid Game.

Es un gesto comercial que refleja la nueva identidad multideporte del estadio.

El club también aprovechó el evento para estrenar su nueva identidad corporativa: en lugar de 'Santiago Bernabéu', ahora es simplemente 'Bernabéu'. Este cambio refuerza la idea de que el estadio ya no es únicamente un templo del pasado, sino un espacio de presente y futuro para eventos globales de cualquier naturaleza.

La tecnología que ya estaba lista

A diferencia de otros estadios que necesitarían meses de adaptación, el Bernabéu fue diseñado desde su remodelación integral para ser un espacio multifuncional. La inversión de 1.347 millones de euros incluyó desde el principio infraestructura tecnológica preparada para este tipo de eventos.

El sistema hipogeo de retracción permite retirar y proteger el césped para alternar entre diferentes formatos deportivos. La cubierta retráctil de doce cerchas puede abrirse o cerrarse en apenas quince minutos, adaptándose a las necesidades climáticas de cada evento.

La pantalla envolvente de 360 grados permite seguir la acción desde cualquier ángulo del estadio, mientras que el sistema de proyección de video mapping en la fachada pronto transformará la iluminación exterior según el evento.

Además, más de 6.400 focos LED de última generación garantizan una iluminación perfecta para la retransmisión televisiva, crucial en un deporte donde cada jugada se analiza al milímetro desde múltiples cámaras.

El Tour se convierte en museo de la NFL

Durante estos días, el estadio sigue operando para miles de turistas diarios. Pero el Tour Bernabéu ha incorporado un museo temporal de la NFL dentro de su recorrido habitual. Los visitantes pueden ver el trofeo Vince Lombardi, una colección de 60 anillos de Super Bowl y los 32 cascos oficiales de todas las franquicias de la liga, junto con camisetas y balones firmados por jugadores de Dolphins y Commanders.

Es educación y espectáculo simultáneamente, preparando al público español para entender un deporte que todavía resulta extraño para muchos.

En la plaza de Cibeles, símbolo de las celebraciones madridistas, tres cascos gigantes de la NFL han sido instalados como punto de encuentro para aficionados. La liga americana no solo ocupa el estadio, también coloniza el espacio público de la ciudad.

Lo más extraordinario no son los cambios individuales, sino la velocidad de ejecución. Cada detalle debía estar perfecto: líneas pintadas con precisión milimétrica, vestuarios adaptados, banderas izadas, carteles colocados, sistemas de sonido calibrados.

Imagen promocional del partido de la NFL en el Santiago Bernabéu

Imagen promocional del partido de la NFL en el Santiago Bernabéu Reuters

Esta metamorfosis es la última prueba de fuego del Bernabéu como máquina de transformación. No solo fue diseñado para albergar fútbol de élite, sino para convertirse en un lienzo adaptable para eventos globales de cualquier naturaleza.

En 72 horas, el templo del fútbol europeo ha demostrado que también puede ser coliseo del fútbol americano.

Cuando termine el partido del domingo y los equipos abandonen Madrid, el Bernabéu volverá a sus dimensiones futbolísticas originales. Pero algo habrá cambiado para siempre: habrá hospedado un partido de la NFL, habrá sido un escenario verdaderamente global, habrá demostrado su versatilidad sin límites.

La metamorfosis es temporal, pero la transformación conceptual es definitiva.