Jero García, en La Escuela de Boxeo.

Jero García, en La Escuela de Boxeo.

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Jero García, del ring a luchar contra el bullying: "Sin el boxeo estaría en la cárcel o en el cementerio"

"Estoy convencido de que a través del boxeo puedo transformar positivamente las vidas", cuenta a EL ESPAÑOL.

14 febrero, 2022 03:00

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Boxeador, entrenador, actor y escritor. Jero García (Madrid, 1970) lo es prácticamente todo. El campeón de España se crio en el Carabanchel de los ochenta donde curtió su personalidad. El barrio se guiaba por la ley del más fuerte y ese joven con déficit de atención e hiperactividad no fue menos. Sin embargo, la aparición del boxeo en su vida lo cambió todo.Justo igual que su primer libro, que en plena construcción le permitió descubrir que el bullying contra el que lleva años luchando también había tenido cabida en sus actos.

Jero se dio cuenta rememorando sus hazañas de pequeño que él, como la mayoría, había ejercido el bullying. Un acoso escolar que denomina como una "lacra" y contra el que llevaba tiempo luchando tras haberse formado en exclusión social y prevención de las violencias. A través del boxeo encarriló su vida. Y por medio del deporte supo enterrar esa actitud. Ahora, tanto desde el ring como con su fundación, sigue batallando contra el acoso entre los más jóvenes. 

EL ESPAÑOL habla con el exboxeador sobre esa influencia que tuvo el deporte en ese chaval de barrio humilde cuya vida podía estar condenada a la dificultad. Además, explica cómo peleó por su objetivo en el programa Hermano Mayor o su aprendizaje tras aparecer en el documental de Atresmedia Somos Unicxs: las caras de bullying.

¿Cómo de importante es dar visibilidad al tema del acoso entre los jóvenes?

Creo que es imprescindible ahora mismo poner en el discurso social todo lo que sea prevención de las violencias, con la estadística escalofriante que está habiendo, que uno de cada cuatro niños sufre bullying, creo que es para preocuparnos.

Si el discurso del bullying lo hiciera alguien con una vida más sencilla perdería valor. Que lo hagas tú gana más realidad.

Mi participación en este documental tiene un valor esencial. Soy el único que no ha sufrido bullying, sino que lo ha insuflado. Yo vengo del Carabanchel de los 80 donde o quitabas el bocadillo o te lo quitaban a ti, donde lo que brillaba era la ley del más fuerte.

Si a esto le sumamos un trastorno de déficit de atención, impulsividad e hiperactividad, de 10 papeletas que tenía el concurso de que acabara mal, yo tenía 15. Para regularme emocionalmente utilizaba la agresividad. Desgraciadamente hubo chavales, que ahora me arrepiento, que se tuvieron que llevar alguna colleja o improperio.

Cómo de importante es la entrada del deporte en ese momento

Viene a salvarme la vida. El boxeo, en este caso el deporte, debería vivir tres vidas para agradecerle todo lo que ha hecho conmigo. Si a mí lo que me estaba pasando en esos momentos era un desequilibrio emocional, y que yo lo regulaba con la segregación de dopamina. Estaba confundido con qué puerta abrir porque yo abría la de la agresividad. Pero aparece el deporte en mi vida y es este el que me ayuda a entrar en el ciclo dopamínico y a estabilizarme emocionalmente. Por eso doy mi vida por él.

Puede haber alguien que diga que es exagerado decir que el deporte cambió tu vida.

Yo me dedico a eso. Fíjate la fe que tengo en ello, que primero me transformó a mí y ahora me dedico a transformar a chavales a través del deporte. Yo creo mi fundación para evitar la exclusión social y la prevención de las violencias porque estoy convencido de que a través del boxeo puedo transformar positivamente las vidas. Y creo que ya han pasado unos cuantos de miles por mí. 

Si no fuera por el boxeo, ¿qué sería de Jero?

Pues si el deporte no hubiera aparecido en mi vida habría acabado como muchos de mis amigos: o en la cárcel o en el cementerio.

Es para destacar que sea el boxeo, que desde fuera puede tener la imagen de agresividad y luego es un deporte que va más allá.

Es la paradoja maravillosa que tiene. Siempre digo que la ignorancia es atrevida. La gente no conoce nuestro deporte, y si no lo conoces no puedes enjuiciarlo. Pero como estamos en el país del prejuicio, de la invidia y de la crítica es fácil juzgar a los demás.

Le digo a la gente que se acerque a las escuelas de boxeo, donde no solo tienes recompensas normales que te da el deporte como la física y psicológica, sino la recompensa maravillosa que a mí me salvó la vida que es la conceptual, los valores que te aporta, los principios éticos. Constancia, sacrificio, disciplina, motivación y pertenencia de grupo. Si las unimos, te saco una vinculación con la que ayudo a transformar vidas.

El boxeo, en este caso el deporte, debería vivir tres vidas para agradecerle todo lo que ha hecho conmigo

El boxeo es el único deporte en el que después darte de golpes, te das un abrazo con el rival.

Si hacer el amor lo podemos considerar deporte, yo siempre digo que no hay abrazo más sincero que después de hacer el amor con la mujer que amas y después de un combate de boxeo.

Cómo de importante es que siga fomentando el boxeo. Ahora en España está en pleno auge tras los Juegos Olímpicos.

Ahora mismo la ola es irrefrenable. Sin ayuda y viviendo el reverso tenebroso de los medios como hemos estado muchos años, ahora por ese beneficio que te aporta el boxeo, la masa social está acudiendo en masa a los gimnasios. El boxeo no solo son dos tíos sin camiseta ensangrentados encima de una tarima, es muchísimo más.

Centrándonos en el bullying. ¿Te has encontrado con alguien en la vida a quien tú hicieras bullying para pedirle perdón?

Desgraciadamente no. Y han pasado muchos años de ello. Creo que he pedido perdón públicamente. Soy una persona lo suficientemente pública para que le llegue a todo el mundo. Con el alma en mis manos les pido perdón. La única forma de redimirme sobre eso es hacer lo que estoy haciendo, luchar contra esa lacra infecta que es el acoso escolar.

¿Cuándo cambias el chip y decides dedicarte a esa lucha?

Es algo inconsciente. Muchas veces tú no sabes que estás cometiendo el acoso escolar. Yo me doy cuenta cuando empiezo a escribir mi primer libro, cuando regreso a mi infancia. Me doy cuenta de que he sido el primero en hacerlo. Ahí es donde cambia la mentalidad. Yo me estaba dedicando a la exclusión social y la prevención de las violencias, pero no por el mero hecho de haberlo cometido, sino por haberlo vivido en el gimnasio con la gente. Por eso el golpe fue tan duro.

'Has sido el primero que lo has cometido y no te has dado cuenta'. El bullying hay que verlo desde el punto de vista del agresor, sino nunca lo vamos a poder prevenir. Yo me considero una persona inteligente e impulsivo, cuando regreso a ese pasado cambio el chip. La forma de prevenir las violencias es de otra manera. Hay que ponerse en las zapatillas del acosador.

¿Te gusta más tu lucha contra el bullying o tu faceta de deportista?

El verdadero líder es el que sabe dar objetivo a la gente que tiene alrededor. Pero no hay mejor líder que el que sabe liderarse a sí mismo. No solamente tienes que darles objetivos a los demás, sino tener la capacidad de poder transformarlos. Al principio quise ser campeón del mundo, luego quise hacer campeones del mundo y ahora quiero prevenir la violencia. Ni más ni menos ser feliz.

Me imagino que en ese camino de formar campeones del mundo te habrás encontrado a más de una promesa que ha sufrido bullying. 

Que ha sufrido y que ha insuflado. Me he encontrado de todo. Llevo mucho trabajando muy seriamente con la prevención de las violencias a través del deporte. Por eso entré en el programa. La gente cree que entré por hacerme famoso. Yo llevaba ya 20 años trabajando en la educación social.

Yo al principio decido no ir al programa y es mi mujer la que me convence porque así podía ayudar a más. Cuando salgo de la televisión, no vuelvo. Si he vuelto es para vender mi libro. No me considero un tío de la televisión y no quiero volver, pero si me dan el escaparate para poner el foco en la prevención de las violencias y mi deporte, lo voy a estar.

Hay que ponerse en las zapatillas del acosador

Más de uno te habrá dicho que era mentira -el programa-.

El 90%. Y yo les digo que la pena es que no hubieran estado ahí conmigo. Muchos boxeadores que han estado conmigo podrían contarlo de primera mano. Muchas veces con las violencias no mirar no es no ver, es no querer.

Muchas veces cuando son programas violentos no quieres mirar ni creer que existe. Pero ahora que está de moda la violencia ascendente, tanto a Pedro García Aguado como a mí se nos está tachando de otra manera. Ahora es cuando realmente haría falta un programa de esos. Aunque yo no lo llevara, que yo ya no vuelvo. Una de las cosas que yo achaco al programa es que al final no estábamos dando tips para ayudar a los padres a evitar este tipo de acoso. Debería volver una especie así donde pudiéramos conectar con esos padres, que son los que se tienen que formar para educar a los hijos tanto para que no sean acosados como para no ser acosadores.

Los dos tenéis el punto común de que habéis sido deportistas. En tu momento en activo, ¿te habrías visto capaz de soportar la presión que hay hoy en día? En parte, cuando se fracasa o pierde, es una forma de acoso.

Depende de cada uno, de la educación que le den. Hay un problema de formación. Los primeros que tienen que empoderar con valores y principios éticos son los padres. Y luego los entrenadores, que son unos segundos padres. Pero si esa forma de acoso viene de parte de un padre o un segundo padre que es el entrenador, pues flaco favor hacemos a la psicología del deportista. Hay que tener unos conocimientos básicos sobre coaching. Lo que veo es la falta de formación.

En todos estos años imagino que has tenido muchas experiencias. ¿Cuál te ha marcado de quien se ha subido al ring?

Hay una bastante conocida que es Miriam Gutiérrez. Sufrió el peor acoso que puedes sufrir que es la violencia de género. Hemos conseguido que esa mujer, que ha sido campeona de Europa, campeona del mundo interina, que ha peleado contra las dos mejores boxeadoras de la historia del boxeo femenino, sea un ejemplo para todas las chicas de nuestro país y del mundo.

Cuando hemos estado ahora en una velada de EEUU, lo primero de lo que se habló en rueda de prensa fue de mi fundación y del trabajo que hace Miriam ayudando a otras chicas que han pasado lo que ella. Eso es un legado, eso queda para toda la vida.

Pese al trabajo que se está haciendo, ¿cómo pueden conjugar deporte y sociedad para luchar contra el bullying?

Concienciar y sensibilizar. Hay que ir a los colegios con historias de superación, que toquen el corazón de los niños. Y no hay mejores historias que las de las personas que lo han pasado. En el caso de 'Somos Unicxs', gente como Carlina Marín o Ray Zapata, que han sufrido bullying, o como Jero García que en un momento lo insufló.

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