Los jugadores del PSG celebran el gol de Kvaratskhelia ante el Flamengo.

Los jugadores del PSG celebran el gol de Kvaratskhelia ante el Flamengo. Reuters

Fútbol PSG 1-1 FLAMENGO

El PSG gana la primera Copa Intercontinental de su historia en la tanda de penaltis ante un combativo Flamengo

Safonov se vistió de héroe en el partido después de parar hasta cuatro penas máximas y dar así la victoria al vigente campeón de Europa.

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No hay quien frene al PSG de Luis Enrique. Después de haber ganado la primera Champions de su historia, Qatar ha sido testigo de la victoria ante el Flamengo en la final de la Copa Intercontinental [Narración y estadísticas del partido].

Un triunfo que se cerró en la tanda de penaltis y que tuvo como héroe inesperado a Matvéi Safónov. El portero ruso del conjunto parisino detuvo hasta cuatro lanzamientos en la tanda de penaltis.

Sin exhibir la maquinaria arrolladora que conquistó Europa la pasada temporada, el PSG recurrió a sus automatismos, a la resistencia y a la fortuna propia de los campeones para doblegar al Flamengo de Filipe. El conjunto parisino sufrió hasta el límite.

Esta vez no ganó por pura inercia, como en tantas ocasiones, sino porque parece tocado por una varita y porque sabe exprimir los recursos de una plantilla que permitió a Luis Enrique prescindir de inicio de su Balón de Oro y del The Best.

Sí compareció el trío de centrocampistas que ha impulsado el crecimiento del equipo: Vitinha, João Neves y Fabián.

El español creyó abrir pronto el marcador con un disparo lejano a portería vacía tras una salida fallida de Rossi, pero el VAR dictaminó que el balón había salido previamente. La imagen que sustentó la decisión rozó la ciencia ficción. No quedó otra que aceptarla.

El peligro del PSG siguió fluyendo por la banda derecha. Pese a la lesión de Kang In-Lee, la inteligencia táctica de Doué resultó decisiva. Una incursión suya acabó en un centro al segundo palo que Kvaratskhelia convirtió en gol, favorecido de nuevo por un despeje tan innecesario como blando de Rossi.

Pero este Flamengo, capaz ya de remontar al Chelsea en un Mundial, es un equipo con carácter y una afición irrepetible, preparado para lo imprevisible.

Así llegó el penalti que De Arrascaeta provocó ante Marquinhos cuando el partido parecía tener un único dueño. El uruguayo estuvo astuto y Jorginho transformó el regalo para igualar el marcador.

Las urgencias se apoderaron del PSG. Luis Enrique movió el banquillo con la entrada de Barcola primero y Dembélé después. Filipe Luís respondió oxigenando a los suyos con un triple cambio, entre ellos Saúl. El encuentro se volcó en una sola dirección.

El asedio parisino cercó el área brasileña y el desenlace pudo llegar en el añadido, cuando Marquinhos despejó sobre la bocina lo que parecía un remate definitivo en la portería contraria. El instinto defensivo emergió en el momento más inoportuno.

Un acoso y derribo

La prórroga mantuvo el guion, aunque con un Flamengo competitivo y admirable. João Neves avisó en un par de ocasiones y Ndjantou, recién ingresado, probó fortuna desde lejos.

Dembélé apareció cuando lo hacen los grandes, pero sus dos disparos se marcharon altos. Nuno Mendes insistió hasta el último aliento. El partido desembocó en los penaltis. Luis Enrique no los deseaba. A Filipe Luís no le inquietaban.

En la tanda decisiva, Safonov se erigió en héroe al detener cuatro lanzamientos, incluido el de Saúl, mientras Dembélé también erró el suyo. Fue suficiente para volver a encumbrar al PSG. Es su año. Es su momento. Y es el de Luis Enrique, rey del mundo.