Simeone, cabizbajo en el banquillo durante el partido ante el Botafogo.

Simeone, cabizbajo en el banquillo durante el partido ante el Botafogo. EFE

Fútbol

El enésimo fracaso de Simeone tampoco tendrá consecuencias en su futuro: un discurso sin autocrítica y poco convincente

La eliminación del Atlético de Madrid en la fase de grupos del Mundial de Clubes echa por tierra la fuerte inversión de 185 millones que hizo el club el pasado verano.

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El Atlético de Madrid ha cerrado la temporada de la forma más amarga posible, cayendo eliminado en la fase de grupos de un renovado Mundial de Clubes para el que tenían muchas ilusiones. La goleada ante el PSG (4-0) marcó el orden en la clasificación de tres equipos con los mismos puntos.

Parece irreal que un equipo que desde la llegada de Simeone al banquillo en 2011 se ha caracterizado por la fortaleza defensiva se quede fuera a las primeras de cambio por los goles encajados. Un fuerte varapalo para un entrenador argentino que no cumple con las expectativas de un club que lleva cuatro años sin celebrar ningún título.

En La Liga quedaron fuera de la pelea en marzo, en Champions fueron eliminados en octavos, mientras que en la Copa del Rey se quedaron a las puertas de la final. El círculo se ha cerrado ahora en Estados Unidos.

Después de la inversión que hizo la dirección deportiva hace justo un año incorporando a Julián Álvarez, Sorloth, Le Normand y Gallagher, el Atlético de Madrid ha terminado la temporada en blanco sin haber cumplido con las expectativas, aunque a tenor del discurso de su entrenador, al menos han vuelto a competir de tú a tú contra los mejores equipos del mundo.

La responsabilidad recae en un Simeone que a pesar de los malos resultados, seguirá en el banquillo rojiblanco la próxima temporada. Si bien es cierto que el Mundial de Clubes no iba a marcar ni mucho menos su futuro, le deja de nuevo muy cuestionado como timón de un barco a la deriva.

Un discurso que no cuaja

El esfuerzo del club en términos económicos fue mayúsculo la temporada pasada con movimientos continuos en las oficinas del Metropolitano como hacía años no se producían, aunque una vez que ha terminado la temporada y hay que sacar conclusiones, sin duda, se puede calificar como un fracaso.

Simeone tiene una plantilla de garantías, quizás la mejor en la historia del Atlético de Madrid en cuanto a calidad, por lo que si el engranaje no funciona, es posible que la culpa sea del entrenador. La filosofía del "partido a partido" originada en la temporada 13-14 caló durante cierto tiempo, pero los años han pasado y el discurso no ha cambiado.

Simeone da instrucciones a sus jugadores durante el partido ante Botafogo.

Simeone da instrucciones a sus jugadores durante el partido ante Botafogo. Reuters

Tras la victoria ante el Botafogo que ha supuesto la eliminación, el argentino se mostró contrariado puesto que "hicimos seis puntos, los mismos que los otros dos rivales y estamos fuera.

Duele porque hicimos mucho esfuerzo para poder llegar en una Liga con Barcelona y Real Madrid y estar cuatro años en Champions haciendo mejores números que uno de ellos. Teníamos más ilusión de lo que hicimos".

Pocas cosas van a cambiar este verano en el seno del club puesto que no es necesario una reestructuración de la plantilla, aunque los fichajes de Álex Baena y Johnny Cardoso están al caer. El objetivo es tener dos jugadores por posición y con garantías de rendir. Ahora falta que Simeone de con la tecla.