El Barcelona consuma el esperpento ante el Amberes y pone a Xavi en el disparadero

El Barça se la volvió a pegar. Esta vez fue en Champions League, esta vez ante el Amberes, el colista de su grupo que no había ganado ni un solo partido en la competición europea, y en esta ocasión firmando una actuación que rozó lo esperpéntico. [Así vivimos la derrota del Barça ante el Amberes]

Los culés pasarán a octavos como primeros de grupo y evitarán a un 'coco' en los cruces, pero después de lo sucedido en Bélgica queda claro que este Barça no es "un equipo en construcción" como dice Xavi, sino más bien un boceto de lo que pretende ser más de dos años después de la llegada del técnico al banquillo.

Ha tenido ya tiempo más que de sobra para imprimir su sello en el equipo, pero el Barcelona sigue siendo una caricatura en algunos momentos de la temporada y partidos como este le dan la razón a los que ya miran hacia la banda. Xavi Hernández queda tocado y quién sabe si esta imagen y racha hubieran sido con otro nombre en el banquillo, no se hubieran tomado ya decisiones. 

La derrota, además, duele doblemente al Barcelona porque este choque casi intrascendente en lo deportivo tenía un premio de tres millones de euros. Una cifra que no van a oler las maltrechas arcas del club, que ya han tenido que tirar de varias palancas en los últimos tiempos para hacer unos fichajes que no terminan de ser determinantes.

Pesadilla desde el arranque

Este Barça no está ahora mismo ni como para hacer florituras, ni como para permitirse el lujo de dejar a sus grandes estrellas en el banquillo o en casa. Quizás por eso se cabreó Joan Laporta cuando se enteró de que Xavi Hernández iba a dejar en la ciudad condal a gente como Lewandowski, Gündogan o Araujo. 

Y en cierto modo el partido le dio la razón al presidente, que quería los tres millones de euros con los que premia la UEFA por cada victoria en Champions. La imagen que dejó el conjunto culé rozó el esperpento, superado por las circunstancias y por un equipo que hasta la fecha no sabía lo que era conseguir una victoria en la máxima competición continental, así que la figura de Xavi Hernández queda más en entredicho que nunca. Como la de Oriol Romeu, con dos fallos garrafales.

Los jugadores del Amberes celebran el primer gol ante el Barça. REUTERS

La tortura se escenificó en una de las primeras jugadas del partido. En su obsesión por sacar el balón jugado desde atrás, Iñaki Peña comprometió de una forma inaceptable a Oriol Romeu, que de espaldas y presionado, cedió un pase que fue directamente a los pies de un rival dentro del área. Vermeelen, sorprendido y encantado, agradeció el regalo y fusiló la portería para hacer el primer tanto. 

Si ya el Barça llegaba con muchas dudas, el pánico se disparó ante la oportunidad de hacer el ridículo en casa del Amberes, la 'Cenicienta' del grupo. Se hizo con el mando del partido a través de la posesión, pero no fue algo que preocupara excesivamente al Amberes porque los catalanes jugaron planos y sin verticalidad, así que ni siquiera se aproximaron al área rival.

Ferran Torres pelea por un balón. REUTERS

Mientras los minutos pasaban, los belgas se fueron cargando de moral y los de Xavi Hernández desquiciándose cada vez más, un escenario soñado para los locales. Eso sí, este tipo de equipos siempre tienen pólvora arriba y hasta en el peor de sus partidos pueden hacer gol sin esperarlo, algo que sucedió con el tanto de Ferran Torres. 

A falta de 10 minutos para el descanso, Lamal filtró un gran pase desde el costado derecho para el ex del Valencia, que se internó en el área y definió con la pierna derecha para hacer el empate. Primer y único tiro entre los tres palos de los culés en toda la primera parte. 

Se consuma el desastre

El paso por los vestuarios tampoco sirvió para cambiarle la cara al Barça. De hecho lo que llegó al poco de la reanudación fue el segundo gol del Amberes, aunque el tanto fue anulado por fuera de juego. La acción, no obstante, retrató de nuevo al lateral de la cantera Héctor Fort, desbordado en todo momento. 

Los culés parecieron reaccionar con un disparo de Lamine Yamal al larguero, pero tan sólo fue un espejismo. El Barcelona no estaba para grandes alardes y todo se pudo torcer todavía un poco más con una expulsión de Sergi Roberto por roja directa que unos segundos después el colegiado anuló tras revisar la acción en el VAR.

Se consumó igualmente el naufragio de los catalanes en Bélgica poco después con el segundo gol del Amberes. Oriol Romeu se durmió de una manera lamentable e inaceptable para cualquier jugador de élite, perdió el esférico en la frontal de su área y esta vez fue Janssen el que agradeció el regalo con un zurdazo para hacer el segundo. Terrorífico el nivel de Romeu en este encuentro.

El resto del partido fue un quiero y no puedo constante del Barcelona. Los de Van Bommel supieron jugar con el resultado, con las circunstancias y con la desesperación de un rival totalmente sin alma.

El final todavía tenía reservado un último giro malévolo. Marc Guiu empató con un gol de cabeza ya en el tiempo añadido e hizo por un momento creer en el milagro culé, pero acto seguido y con el Barça volcado Ilenikhena definió a la contra. La derrota fue algo imposible de evitar para un Barça que pide a gritos el parón navideño.