Abromaitis celebra una de sus canastas.

Abromaitis celebra una de sus canastas. FIBA

Baloncesto

El Iberostar Tenerife se mete en la primera final europea de su historia y suma y sigue

Prolonga su mejor temporada de siempre con la clasificación, en casa, para el partido más soñado. Abromaitis y Doornekamp lideraron el triunfo ante el Venezia italiano en semifinales (67-58).

28 abril, 2017 23:51

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El Iberostar Tenerife se impuso en la segunda semifinal de la Champions League de la FIBA ante el Umana Reyer Venezia por 67-58 y se verá las caras el domingo en la final contra el Banvit turco. El equipo tinerfeño jugó como lo viene haciendo esta temporada, trabajando muy bien en defensa y aprovechando en ataque la más mínima oportunidad para intentar anotar.

Mención especial para el ala-pívot Tim Abromaitis, quien fue un jugador determinante en lo que sería el inicio del despegue en el marcador. Luego le acompañó Aaron Doornekamp, muy acertado también. Tras un primer cuarto dominado por los italianos (13-18), a partir del segundo el Iberostar Tenerife empezó a hacerse con el control.

Un triple de Abromaitis puso el 21-21 (min.12) y el mismo jugador dio a su equipo la primera ventaja en el marcador un minuto más tarde (23-21). El Venezia, que empezó bien el choque, se atascó en ataque, sobre todo porque Ejim no lograba entrar en juego y Ortner era muy bien sujetado por los aurinegros.

Su técnico, Walter de Raffaelle, intentó cortar esta buena racha local a base de cambios defensivos, primero con individual y luego con una zona impar, pero poco éxito le dio. Pero si el partido se mantenía con un marcador muy igualado, salió Aaron Doornekamp para cambiar la dinámica. No en vano, dos triples suyos casi consecutivos supusieron las primeras ventajas importantes (36-32). Un minuto más tarde, el cuadro lagunero alcanzaría la máxima renta hasta el momento (40-34).

El inicio del tercer cuarto era clave, pero el equipo de Txus Vidorreta supo aguantar bien la presión italiana. Logró un parcial de 10-0 y 50-34 en el marcador, y ya el cuadro español tuvo controlado el partido, pero siempre con el respeto normal de un choque de este tipo.

Lo cierto es que el equipo insular jugó con cabeza y buscó el error visitante, porque llegar con ventaja al término del tercer cuarto era vital y lo consiguió (56-42). El último cuarto fue un querer y no poder de los italianos ante un Iberostar Tenerife que, aunque cometió errores importantes en ataque, lo supo solucionar con su buena defensa para acabar ganando el choque.