Si hay algo que define a la perfección a la selección alemana, eso es el riesgo. Arriesgan una barbaridad. Corren de arriba abajo como locos, incluso lanzando en un momento de partido en el que equipos como España, que domina los tempos, pararía el ritmo. Cuando les entra la pelotita, muy bien. Cuando no, tienen muchos problemas. Si nuestra selección está acertada en defensa, ellos se las van a ver y a desear para meter un gol, porque no les será fácil mantener su ritmo de juego durante todo el encuentro.

Cualquier balón que pierda Alemania o que pare nuestro portero podrá motivar que los extremos españoles puedan meter goles de contraataque y superar a la defensa germana. Tenemos que tomar decisiones acertadas en ataque, porque ellos dispondrán un 6:0 muy abajo y con gente muy grande. Hay que intentar abrir espacios para poder ir al uno contra uno, sobre todo contra sus centrales, que tienen más problemas de movilidad. Si consiguen confianza en esa posición, sufriremos.

No tenemos un gran lanzamiento exterior. Eso sí: cuando ellos se cierren y vayan como locos, intensos, a hacer las ayudas, podemos tener facilidad para que lleguen muchos balones a los extremos o para penetraciones entre uno y dos jugadores. Serán la clave del encuentro.

En el caso de que estemos atascados delante, será importante jugar el dos contra dos con Julen Aguinagalde. Si los árbitros no permiten los agarrones y las entradas dentro del área de los defensores alemanes, sacaremos exclusiones y goles de penalti muy importantes.

Este domingo hay que confiar mucho en nuestros extremos. La primera línea dará continuidad al juego, pero hay que esperar acierto por parte de ellos y de los pivotes si el juego está atascado. También resultará vital el centro de la defensa a la hora de parar a los lanzadores alemanes y nuestra portería.

Entre los jugadores alemanes más importantes, se encuentran sus porteros. Que Andreas Wolff o Carsten Lichtlein no estén acertados es fundamental para que tengan posibilidades de éxito. Como van muy fuertes en defensa, a veces les dan mucha responsabilidad.

Eso provoca que concedan lanzamientos claros de seis metros. Su centro de la defensa lo componen Erik Schmidt y Hendrik Pekeler, que tienen problemas, pero que pueden encontrar huecos si están acertados. Será básico que nuestros jugadores encuentren los espacios para pararles.

Cualquier integrante de la primera línea alemana tiene lanzamiento y puede ser efectivo, pero, a falta de Weinhold y Dissinger (lesionados), los laterales Steffen Fäth y Fabian Wiede les dan mucha movilidad y lanzamientos. Cogen mucha responsabilidad si el partido se enquista.

También hay que tener en cuenta a sus dos extremos, Tobias Reichmann y Rune Dahmke. Son muy efectivos y rápidos, por lo que será mucho mejor para nosotros si no reciben balones. Suelen secundar los contraataques y arriesgan mucho siempre, por lo que hay que tener un buen repliegue defensivo.

El otro lateral derecho al que suelen utilizar, Kai Häfner, tiene mucho tiro. Alemania puede jugar con dos zurdos en algunos momentos, lo que a veces es algo difícil. No obstante, los Hispanos normalmente analizan y preparan muy bien los partidos. Saben muy bien qué hacer en cada momento, los diferentes tipos de defensa y jugadas…

Eso siempre es un punto de ventaja sobre cualquier rival. No se deja nada al azar y no se trabaja exclusivamente el físico, que no siempre es la parte más decisiva del juego. Por eso, España es tan fiable y difícil de batir si está enchufada. Incluso estando regular, no se deja vencer precisamente por eso.

Es una final en la que puede pasar de todo, pero creo que nuestra selección está un peldaño por encima. Controla muy bien los tiempos de juego y los partidos y tiene mucha experiencia. Precisamente, ese aspecto se puede volver en contra de Alemania. Nosotros no jugamos como Noruega, y está claro que, al competir con mucha más cabeza, es mucho más difícil meternos un gol rápido y que haya muchos tantos.

Un lance del juego del España-Alemania de la primera fase del Europeo.

Un lance del juego del España-Alemania de la primera fase del Europeo. Maciej Kulczynski EFE

España empezó justita contra Croacia, pero enseguida se enchufó en el partido. Atacó el 5:1 contra Duvnjak de una manera espectacular y, al tener que cambiar ellos a un 6:0, estuvieron mucho peor. Ahí se empezó a gestar todo. Cuando el ataque español empezó a coger confianza, sobre todo con un gran Raúl Entrerríos al inicio del partido, vino el ajuste en la defensa. Viran Morros y Gedeón Guardiola cambiaron de posiciones y estuvieron muy acertados, controlando mucho el primero los unos contra uno.

Se empezaron a robar balones y a meter goles al contraataque, que es lo que a la postre nos sirvió para poder dominar el encuentro y estar cómodos. Es verdad que, durante un momento de la segunda parte, tuvimos ciertos problemas y Croacia se llegó a poner a uno-dos goles. Sin embargo, creo que el equipo español dio la impresión de tener controlada la situación en todo momento. Fue un conjunto muy serio, con poso de campeón.

A veces, cuando no estás tan fino, es difícil dar la sensación de que vas a ganar igualmente, pero España lo logró. Eso ya te señala la grandeza de este equipo. Saber cubrir la “baja” de Joan Cañellas, que no estuvo acertado, y que apareciese un jugador como Antonio García dice mucho de los Hispanos.

Tenemos un banquillo en el que todos los jugadores destacan. Cuando no son dos paradas del portero, es un gol de Jorge Maqueda que desatasca el ataque, una jugada de Antonio, un robo de Víctor Tomás que acaba en un tanto a la contra, dos goles de penalti de Valero Rivera…

Esta selección no necesita una estrella. Todo el mundo está por la labor de ayudar al compañero, y eso es una master class de gestión del grupo para todo el país, además de un ejemplo de valores. Es lo que queremos inculcar en el deporte escolar, en los niños, y también incluso en la empresa.

Muchas veces se nos llena la boca hablando de Rafa Nadal, Pau Gasol y compañía, pero realmente lo que han hecho los Hispanos como grupo, por encima de cualquier individualidad, es algo muy grande y digno de alabar.

A todos nos llena de orgullo, sobre todo a los que hemos tenido la suerte de poder participar de estos años de gloria del balonmano español. Esperemos que la final contra Alemania sea la que todos soñamos, que consigamos el oro europeo por primera vez y que, en definitiva, España haga historia.

*Albert Rocas ha sido dos veces campeón del mundo, medallista de bronce olímpico, subcampeón europeo y bronce mundial y continental con la selección española de balonmano.