La iglesia de España que posee su propia Capilla Sixtina y que probablemente no conoces

En el Vaticano se encuentra una de las obras de arte más importantes de la historia. Sin embargo, en España tenemos joyas arquitectónicas similares, caso de unos frescos situados en un templo románico poco conocido.

10 abril, 2023 13:33

Noelia Gómez

En la capital de España se encuentra la iglesia de San Antonio de los Alemanes, ubicada en pleno centro de la ciudad y que es conocida como "la Capilla Sixtina de Madrid".

Sin embargo, no es el único ejemplo de estas características que podemos encontrar en España, sino que existe otro templo con frescos realmente impresionantes. Se trata de la Real Colegiata Basílica de San Isidoro de León, uno de los mejores ejemplos del románico en España.

Real Colegiata Basílica de San Isidoro de León

España tiene la fortuna de contar con una enorme variedad de patrimonio artístico y arquitectónico, con espectaculares ejemplos de iglesias góticas (como las catedrales de Burgos y León), renacentistas (la catedral de Jaén) e incluso modernistas (la Sagrada Familia barcelonesa).

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Pero, desde luego, si de algo puede presumir nuestro país es de arte románico. En este caso, la Colegiata Basílica de San Isidoro (o simplemente San Isidoro de León) es un templo cristiano ubicado en la ciudad de León, configurado como uno de los conjuntos arquitectónicos de estilo románico más destacados de España.

Basílica de San Isidoro de León, oficialmente conocida como Real Colegiata Basílica de San Isidoro o, simplemente, San Isidoro de León, León, España iStock

Origen de la Basílica de San Isidoro

En cuanto a la historia de este templo, cabe destacar que este conjunto arquitectónico fue construido y engrandecido durante los siglos XI y XII. Esta primera construcción, de la que se conservan algunos vestigios románicos, fue de la mano de Fernando I y Sancha.

Esto quiere decir que anteriormente a la Basílica de San Isidoro se encontraba un templo que mandó construir Alfonso V dedicado a San Juan Bautista. Posteriormente, este sería reedificado en piedra dentro del estilo románico por parte de Fernando I y Sancha bajo la advocación de San Isidoro en 1063 y posteriormente ampliada por Sancha Raimúndez ya en el siglo XII, tal y como cuenta la propia página web de la Basílica.

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su uso principal era para albergar los restos de San Isidoro, Doctor de las Españas, y los monarcas quisieron que también hubiera un Panteón Real decorado con frescos.

Características arquitectónicas de la Basílica de San Isidoro

Cabe destacar que el Panteón y las dos puertas de su fachada sur, llamadas Puerta del Cordero y Puerta del Perdón, más la Puerta Norte o Capitular, son las primeras manifestaciones del arte románico en los territorios leoneses. Pasado el tiempo se hicieron modificaciones y añadidos de otro estilos, concretamente góticos, renacentistas y barrocos.

Basílica de San Isidoro de León iStock

La iglesia actual presenta planta de cruz latina de tres naves, la central de mayor altura que las laterales. El interior del edificio está compuesto por las siguientes partes: Capilla Mayor; Capilla de la Trinidad o de Santo Marino y Coro. Luego cabe hablar de otras dependencias, que son: El Panteón Real, la Tribuna, el Museo, la Galería, la Biblioteca, el Claustro y la Torre.

En cuanto al exterior del edificio se configura de la siguiente manera: Puerta del Cordero; Timpano del Cordero; Puerta del Perdón; Timpano del Perdón, y Puerta Norte o Capitular.

Panteón Real de los reyes de León

En este lugar recibieron sepultura durante la Edad Media la mayoría de los reyes y reinas del reino de León. No solo destaca por esto, sino por su belleza artística. De hecho, se trata de un espacio rectangular con pórtico, de aproximadamente ocho metros de lado, con dos robustas columnas sobre las que se apoyan siete arcos que dividen el espacio en tres naves.

Panteón Real iStock

Además, de este lugar destaca su decoración pictórica, considerada una de las cumbres del Románico español. En consecuencia, a lo largo de los muros y de las seis bóvedas resultantes, se desarrollan los tres ciclos litúrgicos: Navidad, Pasión y Resurrección.

Concretamente, se aprecian pinturas como las siguientes: La Santa Cena, La Anunciación de los Pastores, La Crucifixión y en Apocalipsis de San Juan. No solo esto, sino que el conjunto se completa con representaciones de los signos del zodíaco y de un calendario agrícola.