Un año ha pasado desde que la soprano Angélica de la Riva conversara con EL ESPAÑOL sobre el bautizo de su hija Sofía; 12 meses desde que todo cambió para ella y para el mundo y 365 días para una artista que vuelve a los escenarios más ilusionada que nunca.

La ilusión por haber disfrutado este difícil año con su hija viene acompañado de una gran preocupación por el futuro de la ópera y las consecuencias humanas de la pandemia. De la Riva lleva más de un año sin cantar en público en España. La última vez fue el 7 de marzo, en un evento impulsado por THRibune, ONG de la cual es presidenta la abogada Cruz Sánchez de Lara, y cuyo fin era buscar financiación para ayudar a las niñas menores de edad en situación de extrema necesidad. 

Tras aquel concierto, el mundo se detuvo. Ahora, la artista cubano-brasileña se prepara para ser, junto a Laura Ortiz, Francisco Díaz-Carrillo y Pedro Llarena, una de las cuatro solistas de la Orquesta y el Coro Filarmonía de Madrid. El encuentro se celebra este sábado 20 de marzo a las 19:30 y, como era de esperar, late el compromiso de la música con los más desfavorecidos. La Filarmonía de Madrid rinde homenaje a las víctimas de la Covid-19 interpretando el Requiem de Mozart

Angélica de la Riva.

Todos los músicos y cantantes comprenden la magnitud de un evento que debió celebrarse en abril del año pasado. Han perdido mucho laboral y personalmente. Y la soprano ha sido una más en esta triste batalla contra el coronavirus. Angélica de la Riva perdió a su madre hace tres meses y este concierto será la mejor forma de homenajear a quienes también han tenido que decir adiós a un ser querido.

"Uno cuando canta, para mantener la técnica bien, solo puede emocionarse hasta cierto punto", comenta la artista en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL. Para no perder la línea vocal, asegura que deberá meditar más que nunca. Pese a haberse despedido de su madre en un hermoso e íntimo concierto privado en su funeral, el recuerdo y el anhelo siguen dentro. La música siembra la añoranza. "Cuando alguien se marcha el dolor que genera es tremendo, y deja un hueco enorme", añade a este periódico.

Futuro de la ópera

Por su profesionalidad como artista y gracias al apoyo que le supone su marido Marcos de Quinto y su hija Sofía, afronta este regreso a los escenarios españoles con gran orgullo. Como ya es tradición en la Temporada de Filarmonía de Madrid, con la llegada de la Semana Santa, el Maestro Pascual Osa dedica siempre uno de sus conciertos a una misa para difuntos. Este año, la elegida será el Requiem de Mozart, una de las más conocidas por todos, dedicada a las víctimas del coronavirus e interpretada siguiendo todos los protocolos para garantizar a los asistentes una cultura segura.

Y es que la emblemática obra del compositor austríaco ha tenido que reformularse para dar cabida a todas las medidas que garantizan la seguridad de los artistas y de los asistentes. De la Riva agradece el apoyo de la cultura y considera que "el público está tan hambriento de escuchar música en vivo". "La gente se ha dado cuenta de que puede vivir sin viajar, pero no sin la música", agrega.

Sin embargo, sueña por fin con esa nueva normalidad tan deseada. Tal y como señala, se muestra esperanzadora y confía plenamente en las vacunas y en la ciencia. Aunque el proceso sea lento y tarde en volver todo a lo que una vez fue, la cantante tiene claro que la ópera sobrevivirá. "Hemos sobrevivido a muchas otras crisis y saldremos adelante", apunta. Este sábado será el punto de partida para un nuevo ciclo en su carrera.

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