Amaia Romero interpretando Across the Universe en Operación Triunfo.

Amaia Romero interpretando Across the Universe en Operación Triunfo.

Música El festival de la canción

La única opción para ganar Eurovisión se llama Amaia

EL ESPAÑOL habla con expertos en el Festival: la favorita es Amaia, seguida de Alfred. Eso sí, con canción en castellano y de tónica sentimental, rompiendo con los clichés eurovisivos de voces muy agudas, canciones dance y puestas en escena extravagantes.

23 enero, 2018 01:52

Los concursantes de Operación Triunfo van, poco a poco y a golpe de excelencia, quedándose solos en la Academia. Hoy martes, a las 14.30 h., se repartirán los temas candidatos a ir a Eurovisión, un menú musical fundamental para elegir al joven que representará a España en el festival: todos los expertos coinciden en que la canción es fundamental, pero también lo es el intérprete. ¿Quién es el artista más preparado para ganar, por fin, este concurso; o, al menos, ostentar un puesto digno? “Viendo hacia dónde fueron los resultados el año pasado y el anterior, se ha demostrado que la canción es lo que más se premia. Fíjate que en la última edición la puesta en escena fue de lo más sencillo. Partiendo de esa base, los que mejor cuadran en esa estética ganadora son Amaia y Alfred, tanto separados como juntos”, sostiene Juanma Fernández, de Bluper, experto en Eurovisión.

SHAKE IT OUT - Amaia

“Sí es cierto que Alfred es repetir un poco la fórmula Salvador Sobral. De hecho, él ha cantado en las galas por Salvador. Amaia es perfecta, porque puede salirse de esa dinámica de la comparación con el último ganador. Yo creo que lo que pedimos los seguidores de Eurovisión sería una Amaia en solitario o una Amaia con Alfred, a dúo, aunque en este concurso históricamente ha habido pocos dúos”, sostiene Fernández. “En TVE hay una corriente fuerte que apuesta por ellos, porque vayan los dos”.

Hace dos años, ganó Ucrania con un baladón increíble que hablaba de la Segunda Guerra Mundial, y el año pasado, volvió a demostrarse que los tópicos se han roto: ganó Sobral con una interpretación muy buena, pero sencilla

No compra la visión del jurado, en concreto la de Mónica Naranjo, que apostó abiertamente por Agoney y avaló su candidatura. “Él tiene un tipo de voz para un tipo de música muy concreto que no es lo que se lleva ahora en Eurovisión. Euphoria ganó en 2012, sí, pero el tema que él hizo el otro día, Eloise, es un número de 2004”, explica. “Hace dos años, ganó Ucrania con un baladón increíble que hablaba de la Segunda Guerra Mundial, y el año pasado, volvió a demostrarse que los tópicos se han roto: ganó Sobral con una interpretación muy buena, pero sencilla. Además era un señor que odiaba Eurovisión”, sonríe al teléfono. Recuerda que esta semana, la de ensayo, es importante: “Ellos se dedicarán, durante estos próximos días, a pedirle al público qué canción prefieren que voten. Será con la que se sientan más cómodos”.

Márketing Amaia (para Europa)

Vicente Rico, uno de los responsables de la web Eurovision-Spain, relata a este periódico que “no es tan importante lo buenas que sean las canciones que les den como lo adecuada que sea para cada uno de ellos”. “Amaia es mi clara favorita: tiene una voz espectacular y un personaje muy bien definido. Habrá que intentar, si es la elegida para ir a Eurovisión, que Europa también la conozca. Ella, aparte de ser una cantante excepcional, tiene un personaje al que adoramos por todo lo que vemos en los directos, en el 24 horas, en los vídeos… es importante que se le haga una buena promoción para que Europa entienda por qué la audiencia española se ha enamorado de ella”. Rico cree que podría “dar mucho juego” porque también “toca varios instrumentos” y podría “interpretar de forma muy completa un tema e imprimirle mucho sentimiento”.

Su segunda opción es Aitana. “Es una cantante con muchísimo carisma. No tiene una voz prodigiosa ni su directo es perfecto, pero eso lo contrarresta con su encanto personal. Engancha en sus actuaciones y daría una imagen de España muy fresca, moderna y juvenil. Tiene ángel, tiene magnetismo”. Piensa en Alfred, que, aunque es uno de sus favoritos, “creo que estaría muy a la sombra de Salvador Sobral”. “Él es uno de los grandes talentos de la edición y, fuera de la Academia, puede ser un futuro Manuel Carrasco o Pablo López, pero ahora mismo no me encaja tanto en el formato eurovisivo”.

Es ese cliché eurovisivo de las divas: las voces muy agudas, las canciones más poperas o dance, las puestas en escena más extravagantes… no, la calidad prima

Vicente Rico cree que hay que rebelarse contra los tópicos eurovisivos en los que cree que cayó Mónica Naranjo al recomendar a Agoney. “Es ese cliché eurovisivo de las divas: las voces muy agudas, las canciones más poperas o dance, las puestas en escena más extravagantes… no, la calidad prima. Tiene que ir el mejor, no el que caiga en más lugares comunes. Y no entendí por qué si Amaia fue la más valorada por el jurado, se propuso a otro concursante”, subraya.

Amaia, la más preparada

Alejandro Abad es uno de los grandes expertos nacionales en Eurovisión. Él mismo fue en dos ocasiones: una, en 1994, con la canción Ella no es ella -“para mí fue una bonita experiencia pero entendí que mi futuro estaba en la composición y la producción”-, y dos, en 2001, como compositor de Dile que la quiero, la canción con la que David Civera logró el sexto puesto en el concurso, la mejor posición de los últimos 20 años para España. Abad parte de la base de que “ninguno de los chicos de OT está lo bastante preparado para Eurovisión, pero esta decisión siempre se toma de forma ligera, deberíamos cuidarla más”.

“Es el evento musical más importante del mundo y es prioritario que las personas que acudan tengan una experiencia sobre el escenario y una carrera medianamente dilatada. Es una prueba emocional muy fuerte eso de saber que estás ante 200 millones de personas, o más. No creo que en tres meses pueda prepararse a nadie para ir a Eurovisión”, apostilla. 

Amaia es una chica que, dentro de su juventud, sí que tiene cierto recorrido en eventos y concursos, además de una gran formación musical

En cualquier caso, señala, “lo fundamental es la canción y la manifestación que tenga”. De elegir, se queda, sin duda, con Amaia. “Es una chica que, dentro de su juventud, sí que tiene cierto recorrido en eventos y concursos, además de una gran formación musical. Canta bien, afina bien y está capacitada para defendernos. Sin embargo, queda la duda de cómo podría reaccionar ante un evento de estas características”, esboza. “Ya se han probado varios triunfitos en Eurovisión y no han dado buenos resultados. Tengamos en cuenta que Rosa quedó séptima, sí, pero gracias a un gran plan de márketing, no a un gran plan artístico. Ella no iba sola, como yo con David Civera. En este caso, en el de Amaia, habría que reforzar, además del márketing, el plan artístico, emocional”.

El factor emocional

¿Y su número dos? Alfred. “Lo mismo te digo, sólo si va acompañado de una buena canción. Ni Alfred solo ni Amaia sola van a hacerlo bien con una canción mediocre, por muy monos que sean y muy bien que canten y aunque nos caigan genial por televisión. En primer lugar, porque los europeos no conocen tanto como nosotros a Amaia ni a Alfred”. Más recomendaciones: mejor canción en castellano -“para reforzar nuestra identidad cultural y evocar lo que somos”- y siguiendo una línea emocional, con mensaje. Recuerda que también quedó en segundo lugar en Eurojunior con Sergio y su canción Desde el cielo, dedicada a su madre, que había fallecido hacía cuatro meses. “La historia que se cuenta es importante, apelar a la emoción es importante. Desde el cielo era un homenaje a la madre, y fue precioso”.

José María Íñigo, comentarista de Eurovision desde 2011, prefiere no mojarse todavía: “Esperemos a las canciones y a ver cómo les sientan. El intérprete no es tan importante, no es cuestión de imagen. Recordemos que es un Festival de la canción”. Empieza ahora la semana en la que los concursantes que quedan tendrán que vestirse con los temas asignados. Sólo una canción quedará como un guante. La esperamos con los oídos abiertos.