Detalle del retrato que Botticelli hizo de Dante.

Detalle del retrato que Botticelli hizo de Dante. Wikimedia Commons

Café Torino

Dante y su 'Comedia', un viaje fantástico de aventuras y amor por los ultramundos

11 septiembre, 2021 02:50

Lo que yo no sabía, a estas alturas, es que Dante Alighieri (1265-1321) tuviera un monumento en Madrid, en la llamada, para más señas, Puerta de Dante del Retiro, calle Menéndez Pelayo (muy) abajo, en el acceso más al sur del recinto. Allá que me fui, de turista, en vísperas del séptimo centenario de la muerte (el día 13-14) del eximio poeta florentino.

Se pasa la puerta, se suben unas escalerillas y ahí está, en un descansillo o terraza, un mural rectangular en bronce, que dicen que tiene más de cinco metros de ancho y más de dos de alto. No es cualquier cosa, no. En el centro, sobresale la figura en pie del bardo. A nuestra izquierda, se representan muy sinópticamente cuatro ciudades importantes en su ajetreada y peligrosa vida: Florencia, donde nació en una familia noble, se prendó de niño de Beatriz Portinari (su amada platónica), se casó con Gemma di Donati, tuvo a sus cuatro hijos, escribió su Vida nueva (1294), fue miembro del Consejo de Ciento, se complicó la vida como muy activo miembro de los güelfos blancos y por ello fue condenado a la hoguera en 1302, de la que se libró tomando el camino del exilio; Venecia, donde estuvo en misión diplomática el último año de su vida; Rávena, donde murió de una infección broncopulmonar a los 56 años y donde está enterrado, y Siena, tan citada en su magna obra como escenario de las disputas entre güelfos (blancos y negros) y gibelinos.

Su magna obra es, claro, Comedia, según el título de la última traducción de José María Micó, antes universalmente conocida como Divina Comedia. A nuestra derecha -seguimos ante el monumento-, están representadas distintas escenas del gran poema, del viaje de Dante por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso. La escultura no es mi fuerte, pero yo diría que esta parte del monumento es muy potente y vistosa.

El monumento a Dante en Madrid, en la Puerta de Dante del Retiro.

El monumento a Dante en Madrid, en la Puerta de Dante del Retiro. M. H.

Apenas hay información sobre este dantesco mural madrileño, que fue encargado por unos industriales italianos y realizado por el escultor y ceramista Angelo Biancini, nacido en Rávena precisamente, un artista y profesor importante en Italia, especializado en temática religiosa y con obras en los Museos Vaticanos. El mural se colocó en 1969, en tiempos de la alcaldía de Carlos Arias Navarro (¡ejem!), y nunca ha sido inaugurado oficialmente. Andrea Levy, ya sabes, la ocasión la pintan calva.

En España hay otro monumento a Dante, un busto entre dos columnas en el Parque de María Luisa de Sevilla. Y es que Sevilla es nombrada en Comedia, al igual que Lérida, Ceuta, Caleruega (Burgos) y Navarra: "…¡Oh, feliz Navarra, / si con sus montes se parapetase!". Los navarros saben que William Shakespeare citó a Navarra en Trabajos de amor perdidos —"será el asombro del mundo"—, pero no sé si conocen esta alusión de Dante.

Infierno, Purgatorio y Paraíso

"A mitad del camino de la vida, / me hallé perdido en una selva oscura / porque me extravié del buen camino…". Con estas exactas palabras, según la traducción de Micó, empieza el memorable y muy conocido arranque de Comedia en la edición de Acantilado de 2018, que podremos comprar en la recién inaugurada Feria del Libro de Madrid. Salvo error, la traducción más difundida hasta ésta fue la del poeta Ángel Crespo, especialista de quien Acantilado publicó Dante y su obra (1999), muy asequible estudio biográfico y crítico que la misma editorial, de clara vocación dantesca, acaba prolongar publicando Dante, una biografía con mucho pulso narrativo del escritor y medievalista turinés Alessandro Barbero.

Beatriz Portinari retratada por William Dyce.

Beatriz Portinari retratada por William Dyce. Wikimedia Commons

¿Nos acostumbraremos a llamar Comedia a secas a lo que siempre hemos conocido como Divina Comedia? Lo veo difícil, si no imposible. Pero parece que ése fue su título original. Fue el autor de Decamerón, el también florentino Giovanni Boccaccio (1313-1375), autor de la primera biografía de Dante —publicada por Alianza—, quien "divinizó" el título de Comedia desde su rendida admiración por el texto de su contemporáneo y así se quedó a partir de una edición de 1555.

Dante —ese hombre serio, encapuchado, aguileño y vestido de rojo, como lo retrató su paisano Sandro Botticelli más de un siglo después— escribió Comedia entre 1307 y 1317, siempre en el exilio y entre líos políticos, huidas y misiones complejas en distintas ciudades alejadas de Florencia —y de Beatriz, casada en 1287 y muerta tres años después—, bajo la protección de ilustres amigos y partidarios. La escribió por partes —con interrupciones— y en el orden del relato (Infierno, Purgatorio, Paraíso), y también llegó a difundirse por partes con gran éxito en copias manuscritas —más de ochocientas tienen fecha— antes de su primera impresión en 1474. Todo esto lo cuenta Micó en su edición de Acantilado.

Detalle de una escena de 'Divina comedia' según Dalí.

Detalle de una escena de 'Divina comedia' según Dalí.

Y es que, a día hoy, esta bella edición es la más recomendable para los interesados: es, por supuesto, bilingüe (con el texto original en cada página debajo de su correspondiente en español); cada uno de sus cien cantos va acompañado de un breve epígrafe introductorio que resume lo narrado a continuación, esclarece sus claves y sentido y ayuda magníficamente a comprender y a seguir el hilo de los acontecimientos; lleva al final una cronología que sintetiza en casi veinte páginas la vida de Dante con suficiente detalle; ofrece una estupenda infografía (El universo dantesco) que dibuja y muestra visualmente los lugares del recorrido por el Infierno, el Purgatorio y el Paraíso, señalizando sus respectivos enclaves y nombrando las características de sus ocupantes y, por último, y además de sendos textos introductorios sobre la obra y la traducción —que suprime la rima en consonante—, se cierra con un formidable índice onomástico en el que se relacionan alfabéticamente los más de mil personajes y lugares históricos o de ficción mencionados, describiendo brevemente su identidad e indicando en qué parte, canto y verso concretos son citados.

"Lo que allí es perfecto"

El poeta confiesa que sus palabras van a ser "torpes" para describir esa luz "eterna" y "suprema" que, al fin, contempla en el Paraíso, que la lengua es "corta y débil" para explicar que "…el bien, que es objeto del deseo, / se encierra todo en ella, y fuera de ella / es incompleto lo que allí es perfecto".

Lo que empezó "a mitad del camino de la vida", en una "selva oscura" —y también "salvaje, áspera y ardua", como nuestra existencia— termina para Dante, tras ser testigo de muchos sufrimientos y penalidades, ante esa luz del Paraíso que lo transforma y le hace decir sus últimas palabras: "…mas ya mi voluntad y mi deseo / giraban con la fuerza del amor / que mueve el sol y las demás estrellas". Fin.

'La barca de Dante', de Eugène Delacroix.

'La barca de Dante', de Eugène Delacroix. Wikimedia Commons

Comedia contiene centenares de referencias históricas, políticas, científicas, literarias, artísticas, teológicas, religiosas y mitológicas. Pocas veces se ha escrito una obra de ficción tan completa y abarcadora. Dante, por supuesto, salda cuentas personales, transmite sus filias y fobias, ofrece su punto de vista junto al vuelco de su inmensa cultura y de su sublime sensibilidad poética, materializada en más de 14.000 versos endecasílabos, agrupados en tercetos y distribuidos en 100 cantos desarrollados en tres partes idénticas de 33, excepto el Infierno que tiene 34.

Creadora de imágenes potentísimas que excitaron la imaginación de artistas como William Blake, Eugène Delacroix, Gustavo Doré, Augusto Rodin, Salvador Dalí y tantos otros, Comedia, qué diablos, es también, mediante el relato fantástico de un viaje azaroso y arriesgado, una historia de aventuras y una historia de amor hacia el encuentro con la felicidad, el espíritu, Dios y lo mejor de uno mismo. Las aventuras las vive Dante al encontrar a Virgilio, su "maestro", y ser guiado por el autor de Eneida, que camina delante, en su común recorrido (no sin tensiones) por los horrores de los círculos, recintos, bolsas y zonas del Infierno y por las cornisas y rellanos del Purgatorio donde se toparán con toda clase de pecadores, célebres o anónimos, padeciendo sus correspondientes, atroces y llameantes castigos. Y, tras encontrar a su amada Beatriz en el Purgatorio —Virgilio no está autorizado a seguirles por ser pagano—, Dante reverdecerá su siempre añorado amor por ella y con ella por los nueve cielos del Paraíso.

Porque, fallecida a los veintitrés años, fue Beatriz, según se revela ya en el II Canto, quien, con los ojos "relucientes por las lágrimas", salió a buscar a Virgilio al Limbo y le pidió —"pues si lo ayudas me darás consuelo"— que saliera al encuentro de su "amigo fiel" para conducirlo con ella al Paraíso: "Amor me trajo, amor hablar me hace".

El escritor y periodista Martín Caparrós este martes en la sede de la editorial Penguin Random House en Madrid.

Martín Caparrós: "Culpar de lo que pasa ahora en 'Ñamérica' a 1521 es insostenible"

Anterior
Antonio Muñoz Molina.

Muñoz Molina: "Menos mal que el himno de España no tiene letra: la música desata pasiones"

Siguiente