Montaje de Sergio Ramos y uno de sus caballos con un cuerno de unicornio.

Montaje de Sergio Ramos y uno de sus caballos con un cuerno de unicornio.

Cultura Mitología

Siete cosas que no sabes sobre los unicornios (y Sergio Ramos tampoco)

La criatura mitológica tendrá un papel destacado en la boda del capitán del Real Madrid y Pilar Rubio, ¿pero de dónde viene la leyenda?

14 junio, 2019 17:33

"Boda Unicornios". Ese es el nombre de la cuenta bancaria que Sergio Ramos y Pilar Rubio han puesto a disposición de todos los invitados a su enlace matrimonial, el gran evento social del año, que se celebra este sábado en Sevilla. Un dibujo de esta criatura fantástica, además, lucirá en tinta invisible en las muñecas de todos los testigos del matrimonio entre el capitán del Real Madrid y la presentadora como curioso mecanismo de seguridad para que no se cuele nadie inesperado.

Sin embargo, las referencias a los unicornios no terminan ahí. Ramos y Rubio repartirán pequeñas botellas del "mejor aceite del mundo" a sus invitados, en cuya etiqueta aparecerá un unicornio rojo y tres estrellas, que presumiblemente hacen referencia a sus tres hijos, Sergio Jr (4), Marco (3) y Alejandro (1). Pero más allá de los arcoiris, la literatura infantil y esta boda, ¿qué es lo que se sabe de estos animales mitológicos?

1. Primeras referencias

Enmarcar el origen de una criatura mitológica como los unicornios, evidentemente resulta difícil. Según algunas fuentes, las primeras menciones a estos animales aparecen en textos datados en torno al año 400 a.C. La más conocida son los apuntes del médico griego del rey persa Artajerjes II, Ktesias, sobre la India, quien habla de una criatura cuyo "cuerpo es blanco; la cabeza, de color rojo y los ojos, de azul oscuro. De la frente le sale un cuerno de una longitud aproximada de un pie y medio que, reducido a polvo y disuelto en una bebida, resulta un seguro remedio incluso contra el veneno más fuerte".

Más tarde, en el siglo I, el escritor romano Plinio el Viejo ofrece una nueva definición en su obra Historia Natural: "El unicornio es el animal más fiero, y se dice que es imposible atrapar a uno con vida. Tiene el cuerpo de un caballo, la cabeza de un ciervo, las patas de un elefante, la cola de un jabalí y un cuerno negro de tres pies de largo en medio de su frente. Su grito es un bramido profundo".

2. Menciones en la Biblia

La figura del unicornio también aparece referida en diversos pasajes de la Biblia, al menos según algunas traducciones: a veces es citado como el "oryx", una especie de antílope cuyas astas se vendían como cuernos de unicornio en la Edad Media; o como el "auroch", una suerte de ganado gigante que se extinguió en el siglo XVII.

En los números 24:8, por ejemplo, se dice, según una traducción: "Dios lo saca de Egipto; es para él como los cuernos del unicornio. Devorará a las naciones que son sus adversarios, y desmenuzará sus huesos, y los traspasará con sus saetas". Se interpretaba alegóricamente como un animal fuerte y feroz que solo se podía capturar con la ayuda de una doncella virgen, a cuyo regazo saltaría para ser amamantado (y amansado).

'La dama y el unicornio'.

'La dama y el unicornio'. Museo de Cluny

De esta forma, algunos escritores medievales compararon al unicornio con Cristo, quien, metafóricamente, levantó un cuerno para salvar a la humanidad y habitó en el vientre de la Virgen María. La mayoría de traducciones, no obstante, se han inclinado por las palabras "rinoceronte" o "búfalo". Nada de unicornios.

3. ¿Enemigo de los elefantes?

En el siglo VII, Isidoro de Sevilla, arzobispo de la ciudad hispalense, se refirió al unicornio como una criatura "muy fuerte y [que] perfora todo lo que ataca". Hasta ahí no hay grandes diferencias con el resto de textos, pero el religioso español quiso hacer hincapié en el hipotético gran enemigo de este animal fantástico: "Lucha con los elefantes y los mata hiriéndolos en el vientre". Pero no fue el único en abrazar esta leyenda, otros autores también mencionaron el supuesto carácter purificador de su cuerno, que arrebataría el veneno de las aguas para que otros animales pudiesen beber.

4. Cuernos para copas

También en la Edad Media se registró una filia especial por las copas supuestamente hechas de cuerno de unicornio, un bien muy cotizado en el seno de la realeza, quienes creían que eso les inmunizaba ante la posibilidad de que algún enemigo vertiese en su bebida unas gotitas de veneno.

Un tapiz sobre un unicornio muerto

Un tapiz sobre un unicornio muerto Metropolitan Museum de Nueva York

5. Origen del mito

Ahora bien, ¿qué explicación se puede encontrar sobre el origen de estas criaturas fantásticas? Varias son las teorías para explicarlo: la primera habla del avistamiento de antílopes con un único cuerno, bien sea por nacimiento o por haberlo perdido durante algún enfrentamiento con otro animal.

Más creíble es la versión que apunta al rinoceronte indio. Recordemos lo que decía Plinio el Viejo: el unicornio tiene "los pies de un elefante", "la cola de un jabalí" y "un cuerno negro de tres pies de largo". Sin duda esta descripción encajaría mucho mejor con el rinoceronte que con una rama de los caballos, como tradicionalmente esta criatura ha sido representada.

6. Representaciones artísticas

Más allá de la leyenda, lo cierto es que el mundo del unicornio ha inspirado multitud de obras de arte, como los tapices La dama y el unicornio, La caza del unicornio, o Muerte del unicornio y traslado al castillo, todos de finales del siglo XV. También en los bestiarios de la Edad Media se incluyeron referencias iconográficas a estas criaturas, como la que se puede ver aquí debajo.

Bestiario de Rochester.

Bestiario de Rochester. British Library

7. ¿Hallazgos?

A finales de 2012, Corea del Norte aseguró que uno de sus equipos de arqueólogos había encontrado los restos y la guarida de un supuesto unicornio. Suena a chiste, pero la agencia de noticias del país asiático se hizo eco del descubrimiento de "la guarida del unicornio del Rey Tongmyong". La historia norcoreana dice que este monarca cabalgaba a lomos de uno de estos animales. Los arqueólogos, sin embargo, nunca llegaron a publicar ninguna imagen ni prueba del que sería sin duda alguna el descubrimiento del siglo.