Adiós a Susana Díaz.

Adiós a Susana Díaz. EFE

Cultura Versos para entender la política

El patinazo de Susana Díaz en siete poemas

De Benedetti a Jorge Riechmann pasando por Leonard Cohen: en la poesía está la reflexión sobre el fracaso de Díaz, la ayuda infértil de los barones, la traición de los que la avalaron y no la han votado, el futuro del PSOE y la 'verdadera' izquierda. 

22 mayo, 2017 16:28

Escribía Neruda en uno de sus poemas “yo te he nombrado reina. / Hay más altas que tú, más altas. / Hay más puras que tú, más puras. / Hay más bellas que tú, hay más bellas. / Pero tú eres la reina”. A Susana Díaz los barones -”cuervos que quieren imponer su vejez, su idioma”, que dice Miguel Hernández”- le pusieron la corona antes de tiempo, pese a su impopularidad entre las bases, su campaña sin contenido y su programa presentado tres días antes de la votación. Tras su rosario de bravuconadas, los resultados están ahí: fuera de Andalucía, sólo ha ganado en cuatro provincias. Citando a Vallejo: “Hay golpes en la vida tan fuertes… ¡yo no sé!”.

Ahora la emperatriz prematura -con sus “no mientas, cariño”, sus “canío” y su “el PSOE está malito”- ha entendido que el aparato no todo lo puede. De hecho, este apoyo ha confirmado la victoria de Pedro Sánchez, raquítico animal político que de repente se erige como resistencia frente al establishment. ¿Cuál es el futuro de Díaz en el partido? ¿Mantendrá su credibilidad en Andalucía después de este volantazo?

Ya se sabe, según Eduardo Galeano: “Mientras dura la mala racha, lo pierdo todo (…) Yo no sé si será gualicho de alguien que me quiere mal y me piensa peor, o pura casualidad, pero a veces el bajón demora en irse y yo ando de pérdida en pérdida”. Aquí siete poemas para la reflexión del PSOE y, muy especialmente, para Susana Díaz. Sobre las aspiraciones, la traición, la decepción y la construcción de la 'verdadera' izquierda, que, a día de hoy, está visto que no es ninguna. 

1. Número trece, Pablo García Casado. 

Versos del poeta cordobés sobre la angustia cotidiana -que se hace fuerte- y el futuro incierto. El ciudadano medio había asumido que ganaría Díaz. Y sin embargo... 

"te despiertas miras la hora vas a la cocina

bebes agua te quedas sentada escuchando

el motor del frigorífico por el patio interior

-

los hijos de la vecina juegan a destrozarse

los oídos estás sola y te acude una inquietud

propia de domingos con resaca un nerviosismo

-

de condones rotos".

2. El derrotado, Ángel González. 

Un poema sobre el fracaso para una líder andaluza que se ha reconocido “acostumbrada a ganar”.

"Atrás quedaron los escombros:

humeantes pedazos de tu casa,

veranos incendiados, sangre seca

sobre la que se ceba -último buitre-

el viento.

-

Tú emprendes viaje hacia adelante, hacia

el tiempo bien llamado porvenir.

Porque ninguna tierra

posees,

porque ninguna patria

es ni será jamás la tuya,

porque en ningún país

puede arraigar tu corazón deshabitado (...)".

3. Cualquier sistema, Leonard Cohen. 

Un poema hecho para ser recitado por Pedro Sánchez a Susana Díaz y sus barones tal lunes como hoy.

"Cualquier sistema que montéis sin nosotros será derribado.

Ya os avisamos antes, y nada de lo que construisteis ha perdurado

Oídlo mientras os inclináis sobre vuestros planos

Oídlo mientras os arremangáis

Oídlo una vez más

Cualquier sistema que montéis sin nosotros será derribado

Tenéis vuestras drogas

Tenéis vuestras Pirámides, vuestros Pentágonos

Con toda vuestra hierba y vuestras balas ya no podéis cazarnos

Lo único que revelaremos de nosotros es este aviso

Nada de lo que construisteis ha perdurado

Cualquier sistema que montéis sin nosotros será derribado".

4. Mitin de izquierdas, Jorge Riechmann.

Forma parte del poemario El día que dejé de leer El País y habla de la confusión de sentirse -o no- perteneciente a un partido, a una ideología. De recomendada lectura para los puristas de la izquierda. También para los que dudan. 

"Los oradores se sucedían

sobre la tribuna

yo me preguntaba

bajo la tribuna:

yo

¿soy de los nuestros?

e incluso: yo

¿soy de los míos?

muchas horas después

de acabada la reunión me

revolvía en la cama

maldormía entresoñaba

caía regresaba: y estaba razonablemente

seguro:

'yo'

no

es

mío". 

5. Cuídate, España, de tu propia España, César Vallejo.

Un poema para estudiar la escisión política generalizada.

"¡Cuídate, España, de tu propia España!

¡Cuídate de la hoz sin el martillo,

cuídate del martillo sin la hoz!

¡Cuídate de la víctima a pesar suyo,

del verdugo a pesar suyo

y del indiferente a pesar suyo!

¡Cuídate del que, antes de que cante el gallo,

negárate tres veces,

y del que te negó, después, tres veces!

¡Cuídate de las calaveras sin las tibias,

y de las tibias sin las calaveras!

¡Cuídate de los nuevos poderosos!

¡Cuídate del que come tus cadáveres,

del que devora muertos a tus vivos!

¡Cuídate del leal ciento por ciento!

¡Cuídate del cielo más acá del aire

y cuídate del aire más allá del cielo!

¡Cuídate de los que te aman!

¡Cuídate de tus héroes!

¡Cuídate de tus muertos!

¡Cuídate de la República!

¡Cuídate del futuro!…". 

6. A ellos, Mario Benedetti. 

Sobre el hecho de que Díaz consiguiese 1.100 votos menos, que son secretos, que firmas públicas a favor de su candidatura. A esos -falsos- amigos que acabaron yéndose.

"Se me han ido muriendo los amigos

se me han ido cayendo del abrazo

me he quedado sin ellos en el día

pero vuelven en uno que otro sueño

-

Es una nueva forma de estar solo

de preguntar sin nadie que responda

queda el recurso de tomar un trago

sin apelar al brindis de los pobres

(...)

Pero se van figurando los amigos

los buenos/los no tanto/los cabales

me he quedado con las manos vacías

esperando que alguien me convoque

-

Sin embargo todos y cada uno

me han dejado un legado un regalito

un consuelo/un sermón/una chacota

un reproche en capítulos/un premio". 

7. El poema, Juan Ramón Jiménez. 

Con todo, ¿servirá para levantar el partido la victoria de Sánchez, que ya lo hundió una vez? ¿Tiene futuro el PSOE o está destinado a la cornada constante? Quizá no tenga solución y sea mejor dejarlo ser, como decía Jiménez en su poema más breve.

"¡No le toques ya más,

que así es la rosa!".