Jorge Javier y Lara Álvarez durante un momento de su conexión.

Jorge Javier y Lara Álvarez durante un momento de su conexión. Mediaset

Televisión MINUTOSTV

Supervivientes corta su emisión una hora antes y sin explicación ni despedida: ¡un feo sin precedentes!

Juro que he sido uno de esos panolis que se ha dado cuenta tarde de que lo que estaba viendo eran refritos. Sí, me ha dolido ese desplante. ¿Acaso no me merezco yo, como espectador, un adiós? ¿Una explicación?  

20 marzo, 2020 01:34

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Supervivientes 2020 me ha defraudado. Mejor, corrijo: más que eso, me ha sorprendido y decepcionado. Cuando yo estaba dispuesto a hacer una crónica normal de todo lo que allí acontecía, de repente se produce un apagón, un abrupto adiós, un corte de emisión sin explicación ni despedida. ¿Por qué, Supervivientes? ¿Por qué te has comportado así cuando nunca antes lo habías hecho? ¿Es que no te hemos tratado bien en tantos años? Me hallo dolido. Va, va, suavicemos. Ahora no hablemos de eso; prefiero no contaminar mi blog. Empecemos por el principio. El reality arrancaba sin grandes sorpresas, pese a los estragos del coronavirus en el pelo de Jorge Javier Vázquez (49 años). 

Nada más aparecer en escena él algo chocaba; una anomalía aparecía, imponente. Nadie conocía la naturaleza hasta que un caracolillo le ha caído en la frente: él, de normal siempre engominado, arreglado hasta la obsesión, lucía rebelde con ese defecto. Claro, la 'alarma' ha sido mayúscula y Jorge ha tenido que aclararla públicamente: "Por una cuestión de seguridad, dado el coronavirus, no hay en Telecinco ni maquillaje ni peluquería. Podría haberme peinado yo, peleándome con el pelo, pero para no salir como un cuadro, he pasado".

Esas han sido las palabras del catalán. Ay, cuánto daño está haciendo el coronavirus. Por favor, pido que se me lea con y desde el humor. Me escribe un amigo -del que, por cierto, llevo sin saber meses y meses: gracias a la desgracia, nos unimos- y me dice: "Sabía que había algo raro en Jorge". Pues ahí lo tienes, hermoso. 

Jorge Javier hablando sobre el coronavirus en plató y en Honduras.

Jorge Javier hablando sobre el coronavirus en plató y en Honduras. Mediaset

Y no nos despedimos del Covid-19 hasta que no hable de otra cosa. Jorge Javier ha informado de la situación que está viviendo Honduras con respecto a la pandemia, y ha sido muy claro: "Hay impacto en Honduras, aunque mucho menor que en España. Solo hay 12 casos, con solo 6 casos el Gobierno ha establecido el Estado de Alarma. No hay problemas de desabastecimiento ni de orden público. Están en contacto permanente con nuestro equipo". Un mensaje que todos nos esperábamos y que, habla el pueblo, España se merecía. Manda coj...s que Italia alarme con 6 casos y España se demore tanto. Igual que digo esto declaro que me gusta nuestro Felipe VI (52) y que... y que... ¡No! Este blog no va de eso. 

A ver, refresquemos esto. ¡Me han impactado mucho las lágrimas de Elena, la madre de Adara (27), sobre la nominación de su yerno Hugo! Se llevaban a matar, no se aguantaban por esa mala vida que él le dio a su hija y resulta que ahora llora cuando lo nominan y expulsan (no para España, sino para Playa Desvalida). El mundo se me cae, así, como un telón, la chuleta de pavo se me calcina en la sartén, el móvil no lo escucho... el mundo se silencia, se apaga. ¿De verdad está llorando esa mujer? Sí, de verdad que sí. Y cuando abre la boca, la entiendo: "No quiero que se vaya Hugo porque quiero estar fuera para apoyar a mi hija". Más: "Para mí ha sido mi ganador, a pesar de... Quería que Hugo se quedara porque si le va bien a él, le irá mejor a una personita. Lo siento si he interferido o no he remado a favor de obra...". 

Alguien puede estar en su contra, ¿en serio? A ver, ella, así de frente, puede parecer el demonio; de tan rígida, tan regia, tan autoritaria, tan no poder permitirse un relajo... Pero no, no, no es una Maite Galdeano de la vida: Elena vela por su hija, por su felicidad y bienestar. Solo que, ay, tiende a no pasar ni una y... ¿quién no ha roto un plato en su vida? Ahora, eso sí, no me creo para nada el amor entre Ivana y Hugo Sierra. ¡Seamos sensatos, señores! ¿Quién se cree esto en su sano juicio? 

Ay, yo vivo el amor y creo en él, pero que tampoco me tomen por imbécil. En el fondo, viendo a Elena reaccionar ante el amor de Hugo por Ivana, solo puedo pensar para mí: ¡qué buena madre es, leñe! Lo que han de tragar las madres por los amores de los hijos: ¡sapos y culebras! Bueno, ¡más cosas! La que se ha liado cuando, precisamente Elena, ha sido bendecida con el privilegio del salvoconducto para robar a los mortales. Podía adueñarse de lo que quisiera y eso ha devenido en una guerra sin cuartel.

Ella no tenía intención de robarles todo, solo un poquito, y ha sido la conminación de José Antonio Avilés a que los dejara sin blanca, lo que ha hecho estalla una bomba de la que se han tirado hablando dos horas: la supuesta traición de Ferre, Nyno y Jorge para nominar, al unísono y cual aquelarre, a Barranco. Todo, dentro de la imaginación de Avilés. La parte acusada no reconoce nada y la que acusa se reitera. Un dato sin malicia al aire: Ni me creo a Avilés solo, ni a Fani ni a Rocío Flores... A ninguna a secas, individualmente, pero sí a todas juntas. Son un nido de víboras. Incluso, la propia Estefanía reconoce que se ha acabado la alegría: "Tenemos que reírnos más". Sí, abandonar esa negrura os vendrá bien. Un reality no es siempre ver al enemigo en tu contra. 

Y más cosas... ¡a ver, a ver...ah, no! No hay más cosas. Antes de la una de la madrugada Jorge Javier anunciaba algo insólito: "Hasta aquí la gala". Y hasta ahí. Sin dar explicaciones. 

Dios: José Antonio Avilés

Expulsión: Vicky Larraz

Nominados: Fani, Nyno, Cristian y Ferre 

[Más información: El grito desesperado de Rocío Flores a su madre y el desplante de Ortega Cano a su mujer en Supervivientes]