Joaquín Torres en el tanatorio de su padre, Juan Torres Piñón.

Joaquín Torres en el tanatorio de su padre, Juan Torres Piñón. Gtres

Famosos ÚLTIMO ADIÓS

Joaquín Torres, el gran ausente en el funeral en memoria de su padre: "Emocionalmente estoy muy tocado"

EL ESPAÑOL ha podido conocer el motivo por el que el arquitecto no acudió al acto organizado en homenaje a su progenitor, este jueves, 4 de diciembre.

Más información: Joaquín Torres, destrozado y arropado por su exmarido, Raúl Prieto, llega al tanatorio para despedir a su padre

Publicada

Son momentos complicados para Joaquín Torres (55 años). Seis meses después de su separación de Raúl Prieto (49), el arquitecto ha tenido que enfrentarse a la muerte de su padre, Juan Torres Piñón, a los 89 años.

Fue el propio Joaquín quien comunicó la noticia a través de sus redes sociales: "Acaba de fallecer mi padre, Juan Torres Piñón. Descansa en paz, papá".

El pasado 24 de noviembre se celebró en Madrid el último adiós al padre del arquitecto, donde Joaquín se despidió de él por última vez.

Diez días después, la familia de Torres ha organizado una misa funeral en su memoria. Sin embargo, en esta ocasión, el gran ausente ha sido el propio arquitecto. EL ESPAÑOL ha podido hablar con él para conocer el motivo de su ausencia.

La misa tuvo lugar este jueves, 4 de diciembre, en la Parroquia San Francisco de Borja en Madrid. Allí han acudido el hermano del arquitecto, Andrés, así como otros familiares y amigos. Entre ellos, José María Álvarez del Manzano (88) y Silvia Gómez-Cuétara (59).

José María Álvarez del Manzano y Silvia Gómez-Cuétara en la misa funeral en memoria de Juan Torres Piñón.

José María Álvarez del Manzano y Silvia Gómez-Cuétara en la misa funeral en memoria de Juan Torres Piñón. Gtres

Joaquín Torres, sin embargo, no estuvo presente en este homenaje a Torres Piñón. "No acudí al funeral de mi padre porque emocionalmente estoy muy tocado", ha confesado en conversación con este medio.

Y añade: "Yo ya me despedí de él horas antes de fallecer". El arquitecto se encuentra profundamente afectado por la pérdida de su padre y pide que descanse en paz, según ha expresado a EL ESPAÑOL.

En sus palabras se percibe el difícil momento que atraviesa. Joaquín Torres cerrará 2025 dejando atrás un año marcado por dos golpes personales: la ruptura con quien fue su gran amor y la muerte de su padre, un pilar fundamental en su vida.

Juan Torres Piñón deja una trayectoria marcada por su relevancia en el ámbito empresarial y cultural de España. Fue fundador de la constructora ACS junto a Florentino Pérez (78), presidió Metro de Madrid y llegó a ser propietario de una de las colecciones de arte más valiosas del país.

Además, formó parte del patronato de instituciones de prestigio como el Museo Reina Sofía y el Guggenheim, consolidando su papel como mecenas y referente en el mundo del arte.

Joaquín Torres en el entierro de su padre, Juan Torres Piñón.

Joaquín Torres en el entierro de su padre, Juan Torres Piñón. Gtres

Durante el tanatorio celebrado hace casi dos semanas, Joaquín se mostró profundamente sobrecogido por la pérdida, reflejo del significado que su padre tenía en su vida y de los duros meses que ha atravesado recientemente.

El duro momento de Joaquín

Esta noticia llega no solo en un momento complicado de su vida, sino también después de haber sufrido un grave accidente de tráfico en 2023 que lo obligó a pasar por quirófano en varias ocasiones y que estuvo a punto de costarle la vida.

Sus secuelas físicas y emocionales lo llevaron a una depresión de la que aún se está recuperando.

A todo ello se suma su ruptura con Raúl Prieto, el que fuera director de Sálvame en Telecinco y con quien mantenía una relación desde hacía 13 años.

El pasado mes de agosto, el arquitecto confesaba a EL ESPAÑOL que su relación estaba rota: "Me ha dejado. (…) Él dejó la relación hace poco más de tres meses"

Esta acumulación de golpes personales, unida ahora a la pérdida de su padre, ha convertido 2025 en uno de los años más difíciles de su vida. A partir de ahora, Joaquín Torres deberá enfrentarse también al vacío que deja la figura de su progenitor tras su fallecimiento.