Joaquín Torres, llegando al tanatorio, junto a Raúl Prieto en un fotomontaje de EL ESPAÑOL. Gtres
Joaquín Torres, destrozado y arropado por su exmarido, Raúl Prieto, llega al tanatorio para despedir a su padre
Juan Torres Piñón ha perdido la vida a los 89 años. Se le ha dado el último adiós este lunes, día 24, en el Tanatorio Municipal de Pozuelo de Alarcón.
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Joaquín Torres (55 años) atraviesa uno de los momentos más difíciles de su vida. Apenas seis meses después de anunciar su separación de Raúl Prieto (49), ha tenido que enfrentarse a un nuevo golpe: la muerte de su padre, Juan Torres Piñón, a los 89 años.
El propio Joaquín ha sido quien ha comunicado la noticia a través de sus redes sociales. En un mensaje, breve pero cargado de emoción, escribe: "Acaba de fallecer mi padre, Juan Torres Piñón. Descansa en paz, papá".
Ha acompañado sus palabras con un boceto en blanco y negro de dos manos entrelazadas, una imagen que refleja la unión y el cariño que siempre sintió hacia uno de sus grandes pilares.
Joaquín Torres, llegando al tanatorio, este lunes, día 24. Gtres
Juan Torres Piñón deja tras de sí una trayectoria marcada por la relevancia en el ámbito empresarial y cultural de España. Fue fundador de la constructora ACS junto a Florentino Pérez (78), presidió Metro de Madrid y se convirtió en propietario de una de las colecciones de arte más valiosas del país.
Además, formó parte del patronato de instituciones de prestigio como el Museo Reina Sofía y el Guggenheim, consolidando su papel como mecenas y referente en el mundo del arte.
Los restos mortales de Juan Torres Piñón están siendo velados en el Tanatorio Municipal de Pozuelo de Alarcón, donde se ha visto llegar a un Joaquín Torres visiblemente abatido.
Vestido de riguroso luto y ocultando su tristeza tras unas grandes gafas de sol, el arquitecto ha acudido, arropado por grandes amigos, para dar su último adiós a su padre.
Raúl Prieto se despide de Joaquín con un beso en la mejilla. Gtres
Especial mención merece entre los asistentes a este último adiós la figura de Raúl Prieto. El director de televisión, pese al quiebre sentimental y el difícil trance emocional que supuso para ambos, ha querido estar presente en este día tan duro y ser apoyo y consuelo para Torres.
Entre la exdupla existiría cordialidad. De ahí, el cariñoso beso que le da Prieto a Torres en la mejilla al fin de la misa funeral.
En otro orden de cosas, incapaz de articular palabra ante los medios, Joaquín se ha mostrado sobrecogido por la magnitud de la pérdida, que se suma a un cúmulo de experiencias aciagas que han marcado su vida en los últimos meses.
El fallecimiento de su padre llega en un contexto personal complicado. Joaquín Torres sufrió a finales de 2023 un grave accidente de tráfico que le obligó a pasar por quirófano en varias ocasiones y que estuvo a punto de costarle la vida.
Las secuelas físicas y emocionales derivaron en una depresión de la que todavía se está recuperando.
Raúl Prieto, llegando a darle el último adiós al que fue su suegro. Gtres
A ello se sumó la ruptura con Raúl Prieto, al que siempre definió como el gran amor de su vida. En agosto, el arquitecto confesaba con crudeza a EL ESPAÑOL: "Me ha dejado. (...) Él dejó la relación hace poco más de tres meses".
Este cúmulo de circunstancias ha convertido el último año en un auténtico annus horribilis para Joaquín, que ahora se enfrenta al vacío irreparable de perder a su progenitor.
La muerte de su madre y guerra
La madre de Joaquín Torres, Joaquina Verez Vivanco, falleció en marzo de 2024 tras una larga enfermedad.
El arquitecto, muy unido a ella, compartió un emotivo mensaje en redes sociales: "Mi madre se ha ido esta mañana rodeada de amor y una parte de mí se ha ido junto a ella. Mamá se fue como ha vivido, discretamente, sin lamentos y dando amor".
La pérdida supuso un duro golpe personal, que se sumaba a otros momentos complicados de su vida, como el accidente de tráfico que había sufrido meses antes.
Joaquín junto a Florentino Pérez, este lunes, a las puertas del tanatorio. Gtres
El fallecimiento desencadenó una intensa guerra familiar entre Joaquín y su hermano Julio Torres.
El arquitecto denunció públicamente que su hermano había cometido "mala praxis en la gestión de las empresas familiares", lo que habría dejado importantes deudas y afectado al patrimonio de sus padres.
En la misa funeral, Joaquín llegó a declarar que "mi hermano Julio para mí está muerto", reflejando la gravedad del enfrentamiento. La disputa por la herencia y el control de las compañías familiares convirtió el duelo en un conflicto mediático que expuso las tensiones internas de los Torres