Víctor Elías se sincera como nunca sobre las adicciones de su madre: "Cuando la veía mal se convertía en el mayor diablo"

Víctor Elías (34 años) se ha sentado en El Chester de Risto Mejide. Una charla sincera en la que ha hablado como nunca de su infancia y adolescencia, marcada por las adicciones de su madre, Meli del Valle.

"Mi madre era muy buena persona, pero tenía un gran problema de adicciones que le hacían convertirse en otra totalmente", ha confesado el actor de Los Serrano. "Cuando la veías bien era generosa, divertida, te lo daba todo... Pero cuando la veía mal podía convertirse en el mayor diablo del mundo. Cuando bebía la culpa era de todo el mundo y para ella era complicado seguir viviendo", ha relatado Víctor Elías.

La adicción al alcohol de Meli del Valle afectó profundamente al marido de Ana Guerra (31). Siendo un adolescente, Víctor Elías no sabía cómo manejarlo: "Al principio, cuando veía a mi madre en esos estados, pensaba que era por culpa de su pareja. No sabía si era normal o no, no tienes comparación. Sabía que podía tener un problema, pero no de esa magnitud, piensas que son cosas que se podían solucionar o que simplemente es lo que te ha tocado vivir".

Víctor Elías, Guille de 'Los Serrano': "El alcohol destroza más vidas que la cocaína y todo el mundo lo normaliza. Mi madre fue adicta a lo primero y yo a lo segundo"

Una dolorosa situación que durante muchos años el actor evitó compartir con terceros: "Me lo guardaba para mí porque me daba vergüenza". En este punto, Víctor ha contado a Risto cómo se atrevió a denunciar a su propia madre para intentar frenar sus adicciones.

"Cuando veía a mi madre ebria recuerdo que era un poco aguantar que dijera que todo el mundo tenía la culpa de todo. Mi abuela, mi padre…hasta que no la denuncié no iba contra mí", ha recordado. El motivo de la denuncia no fue otro que el cansancio por la situación: "Era una sensación extraña, no aguantaba escucharla en ese estado".

Entonces, Víctor Elías no consiguió controlar la situación. "Me acuerdo que me descoloqué mucho, le pegué una patada a una pared y vino la policía para preguntarme si quería denunciar", se ha sincerado ante Risto Mejide (50).

Para el actor de Los Serrano, la denuncia era una solución al problema. Sin embargo, no fue así. "En todo momento mi cabeza de adolescente pensaba que ‘si la denuncio, mi madre se asusta, mejorará y todo ira bien’; con 13 años no puedes ver la magnitud de la situación. La denuncié para que reaccionase, pero no lo hizo. Con los años no la culpo, entiendo que le costara trabajo entender lo que pasaba", ha confesado.

Víctor Elías, en la presentación de su libro en Madrid el pasado diciembre. Gtres

A lo largo de la conversación, Víctor Elías también ha hablado de su padre: "Siempre he tenido la sensación de que yo no le vine bien a mis padres, por eso entiendo que para ella no le viniese bien tener un hijo". El actor, de hecho, terminó viviendo con sus tíos.

Víctor lamenta no haberse sentado "nunca" a hablar con su madre. Pero Meli, ha insistido, "siguió enferma". La también actriz perdió la vida en julio de 2022. Un día después de que él le enviara un mensaje a través de WhatsApp que, sin imaginarlo, le sirvió de despedida.

"No me despedí muy bien... físicamente no me dio tiempo. En las últimas semanas de su vida yo estaba harto y cansado. Ninguna de las últimas conversaciones la recuerdo bonita. Recuerdo que le mandé un WhatsApp donde le decía que estaba cansado, que entendía que hiciera su vida y que la quería muchísimo. Creo que esto le dio paz, de hecho, al día siguiente se fue", ha recordado Víctor Elías.

No es la primera vez que el intérprete habla de los duros momentos que ha vivido a causa de las adicciones. El alcohol en el caso de su madre y la cocaína en el suyo. El pasado diciembre, cabe recordar, presentó su libro, Yo sostenido, en el que también hace referencia a estos episodios.

En la presentación del texto, que tuvo lugar el pasado diciembre, Víctor Elías dejó claro que había perdonado a sus padres. Pese a las duras vivencias de su infancia y adolescencia, no les guarda rencor.

"Queda un recuerdo de perdón, de auto perdón, de perdón hacia ellos y de aprendizaje y de conexión con ellos. Y de que muchas veces la vida no te lo pone fácil, pero no por ello significa que para mí no fueran los mejores padres que pudiera tener. Y por tanto, lo único que queda es, he tenido los mejores padres que podría tener, que lo han hecho lo mejor que han sabido", expresó entonces.