Harry de Inglaterra y Meghan Markle en una fotografía tomada en 2022, en Dusseldorf.

Harry de Inglaterra y Meghan Markle en una fotografía tomada en 2022, en Dusseldorf. Gtres

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El príncipe Harry y Meghan Markle, en su peor crisis de comunicación: pierden a su undécima publicista en 5 años

Antes de presentar su dimisión, Meredith Maines trató de solventar el malestar que supuso la visita de los Sussex a la fiesta de cumpleaños de Kris Jenner. 

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La Navidad vuelve a ser un periodo convulso para el príncipe Harry (41 años) y Meghan Markle (44). La pareja afronta una nueva baja en su equipo de confianza: Meredith Maines, su directora de comunicaciones, ha presentado su dimisión tras apenas unos meses en el cargo.

Maines asumió el puesto el pasado marzo y se convierte en la undécima responsable de comunicación que abandona a los duques de Sussex en los últimos cinco años, desde que decidieron dejar Reino Unido y desligarse de la Familia Real británica para iniciar una vida independiente en EEUU. 

La salida de Maines se conoció el pasado viernes, 26 de diciembre, aunque, según fuentes citadas por Page Six, la renuncia se produjo antes de Navidad.

Meghan posando con Kim Kardashian. Harry aparece detrás.

Meghan posando con Kim Kardashian. Harry aparece detrás.

Aun así, permanecerá un tiempo junto a los Sussex para facilitar la transición y evitar un vacío en un área especialmente sensible para la pareja, marcada por la exposición mediática y la necesidad constante de gestionar crisis de imagen.

El motivo de la dimisión apunta directamente a un episodio reciente que ha generado incomodidad en varios frentes. El pasado 8 de noviembre, Harry y Meghan asistieron en Beverly Hills a la fiesta por el 70 cumpleaños de Kris Jenner, matriarca del clan Kardashian.

El evento reunió a figuras de primer nivel como Kim Kardashian (45), Jay‑Z (56), Beyoncé (44), Bill Gates (70), Paris Hilton (44), Tyler Perry (56) o Mark Zuckerberg (41), entre otros.

Tras la celebración, Kim Kardashian y su madre compartieron en redes sociales varias fotografías con algunos de los invitados, entre ellos los duques de Sussex. Hasta ese momento, la presencia de Harry y Meghan en la fiesta no había generado polémica.

Los duques de Sussex en una fotografía de archivo.

Los duques de Sussex en una fotografía de archivo. Gtres

Sin embargo, el conflicto estalló cuando ambas borraron las imágenes en las que aparecían con la pareja.

Según Page Six, la decisión de eliminar las fotos habría respondido a presiones procedentes de la Familia Real británica.

A los Windsor les habría parecido "de muy mal gusto" que Harry y Meghan posaran en un evento de este tipo, especialmente en un momento en el que se especula con un posible acercamiento entre ambas partes tras años de tensiones.

Para evitar un nuevo choque, habrían pedido a la anfitriona que retirara las imágenes.

Otras versiones, en cambio, apuntan a un malestar dentro del propio clan Kardashian. Algunas fuentes sostienen que la presencia de los Sussex habría "eclipsado" la celebración de Kris Jenner, generando incomodidad entre los organizadores.

La gestión de este episodio recayó directamente en Meredith Maines, cuya labor consistía en controlar la narrativa pública de la pareja y evitar que situaciones como esta se convirtieran en un problema mayor.

La presión derivada del incidente habría sido determinante en su decisión de abandonar el cargo.

La salida de Maines se suma a una larga lista de dimisiones en el área de comunicación de los Sussex. Antes que ella, Emily Robinson ocupó el puesto entre junio y octubre de 2025.

Harry y Meghan, en un acto público.

Harry y Meghan, en un acto público. Gtres

También pasaron por el equipo Josh Kettler, Ashley Hansen, Kyle Boulia, Charlie Gipson, Toya Holness, Christine Schirmer, Miranda Barbot y Deesha Tank.

La rotación constante refleja la dificultad de gestionar la imagen pública de una pareja que vive en el centro de la atención mediática y cuya relación con la prensa y la Casa Real británica continúa siendo compleja.

Desde su salida de la institución en 2020, Harry y Meghan han intentado construir una marca propia basada en proyectos audiovisuales, iniciativas solidarias y acuerdos comerciales.

Sin embargo, cada movimiento se analiza con lupa y cualquier aparición pública puede desencadenar reacciones tanto en Reino Unido como en Estados Unidos. En este contexto, el papel de un director de comunicaciones se convierte en una tarea de alta exigencia.

Grave crisis 

La dimisión de Maines llega en un momento en el que los Sussex intentan recuperar cierta estabilidad tras varios meses de discreción pública.

La pareja ha reducido sus apariciones y ha tratado de rebajar el tono de confrontación con la Familia Real, especialmente después de la publicación de las memorias de Harry y de los documentales producidos para plataformas de streaming.

Sin embargo, episodios como el de la fiesta de Kris Jenner demuestran que su imagen sigue siendo un terreno delicado. La presencia de Harry y Meghan en eventos de alto perfil continúa generando interpretaciones cruzadas y tensiones.

La retirada de las fotografías, independientemente de quién la solicitara, evidencia que su figura sigue siendo incómoda para algunos sectores.

La salida de Maines obliga ahora a los Sussex a buscar un nuevo responsable de comunicación capaz de manejar un entorno mediático cambiante y, en ocasiones, hostil.

La continuidad de la pareja en proyectos públicos y su relación con Hollywood hacen imprescindible un equipo sólido, pero la sucesión de dimisiones plantea dudas sobre la capacidad de mantener una estructura estable.