Sorpresa inesperada en la hoja de ruta del rey emérito Juan Carlos I (84 años) durante su estancia en Sanxenxo este sábado 21 de mayo de 2022. Tras abandonar el Club Náutico de la localidad, en su segundo día de regatas, el monarca ha protagonizado un emotivo reencuentro familiar con su nieto Pablo Urdangarin (21).

Los compromisos profesionales como baloncestista del hijo de la infanta Cristina (56) e Iñaki Urdangarin (54) -jugador del Barça B de balonmano- han procurado que este sábado el joven dispute un partido en Pontevedra. 

Es decir, a escasos 20 kilómetros de la localidad de Sanxenxo, donde se encuentra el rey emérito este fin de semana en el marco de la celebración de las regatas de vela, una de sus actividades preferidas.

El emotivo momento en que Pablo Urdangarin ha abrazado a su abuelo tras el partido. Gtres

Ante esta coincidencia geográfica, han sido muchos los que se han preguntado si se produciría un reencuentro entre abuelo y nieto. Finalmente, éste ha tenido lugar y Juan Carlos se ha convertido en un espectador de lujo en el pabellón municipal de la capital de la provincia.

Quizás aprovechando el tiempo libre que le ha dejado en su agenda privada la cancelación de la competición del Trofeo InteRías -en la que tenía intención de participar al mando del Bribón 500-, el monarca ha decidido estar presente en el partido que Pablo Urdangarin disputa. 

El monarca comentando, muy animado, con un amigo la jugada de su nieto Pablo. Gtres

El joven se ha enfrentado, junto a su equipo, al Club Cisne Colegio Los Sauces. Un partido que estaba fechado a las 19 horas de la tarde de este 21 de mayo. El encuentro forma parte de la penúltima jornada de la fase de ascenso a la Liga Asobal de balonmano, máxima competición a nivel nacional. Así, el Rey ha puesto rumbo a Pontevedra para animar a su nieto desde la grada y poder abrazarlo, charlar y ponerse al día.

El rey emérito se ha fundido este sábado en Pontevedra, al término del partido, en un cálido abrazo con su nieto Pablo. 

Pablo segundos antes de abrazar a su abuelo Juan Carlos I. Gtres

La vivida esta tarde en Pontevedra no ha sido una jornada deportiva convencional. Lo trascendental de la cita en lo deportivo se ha visto eclipsado por el aluvión de cámaras que ha acompañado la llegada de Juan Carlos I al pabellón, en el que hizo entrada en el minuto 13, con el encuentro ya comenzado.

Con su amigo y anfitrión, el empresario Pedro Campos, a un lado, y flanqueado por su familiar Pedro de Borbón y Dos Sicilias al otro, Juan Carlos ha visto el partido en primera fila, en un lugar reservado detrás de la mesa arbitral.

Al descanso, la megafonía de la cancha le ha dado la bienvenida en nombre del club, saludada por la grada con unos aplausos tímidos de una afición centrada en una cita determinante para su equipo.

Tras unos instantes de espera, ante la atenta mirada de los medios, el nieto se ha acercado a su abuelo y se han dado un cariñoso abrazo, aplaudido por muchos aficionados, han charlado durante cerca de un minuto y se han despedido después de que el jugador besase la mano del rey emérito.

Hay que recordar que la última vez que Juan Carlos I y Pablo Urdangarin se vieron fue el pasado mes de abril, en Abu Dabi, cuando Pablo viajó a Emiratos Árabes junto a su madre, Cristina de Borbón, la infanta Elena (58), Victoria Federica (21), Juan Valentín (22), Miguel (19) e Irene (16).

Juan Carlos I viendo jugar a su nieto este sábado en el pabellón municipal de Pontevedra. Gtres

Un viaje -en el que se destacó la marcada ausencia de Felipe Juan Froilán (23)- que la familia realizó para ver a Juan Carlos I, y que tanto dio que hablar en los medios de comunicación. Ahora, ha sido el abuelo Juan Carlos quien le ha devuelto la visita a su nieto Pablo.

Hasta donde se conocía, de forma oficiosa, antes de este giro inesperado en sus planes, Juan Carlos tenía intención este sábado de realizar una barbacoa entre amigos en la casa del empresario Pedro Campos, donde está pernoctando. 

Primeras palabras del Rey

En su segundo día de regatas en Sanxenxo, el rey emérito ha asegurado que la experiencia de su regreso a España, tras cerca de dos años residiendo en Abu Dabi, está "siendo muy buena".

"Muy buena. Ya lo veis, ya lo veis", ha declarado brevemente Juan Carlos I a los periodistas tras ser preguntado en el puerto de Sanxenxo.

Juan Carlos I saliendo del Club Náutico de Sanxenxo este sábado 21 de mayo de 2022. Gtres

El rey emérito ha abandonado la zona portuaria a bordo del coche conducido por su amigo, Pedro Campos, después de que, finalmente, quedase cancelada la regata en la que tenía previsto participar esta tarde a causa de las condiciones meteorológicas. A su salida, decenas de personas le han vitoreado e incluso alguna de ellas le ha pedido que se quede en Galicia.

Su viaje a España 

Entre vítores, aplausos y algunos insultos como "sinvergüenza". Así ha sido el primer día del rey Juan Carlos en Sanxenxo, uno de sus lugares favoritos en el mundo, este pasado viernes 20 de mayo. 

Medios de comunicación de todo el mundo acreditados y un enorme despliegue de seguridad a lo largo y ancho del municipio pontevedrés han celebrado la llegada del Emérito, que ha reaparecido en el Real Club Náutico con un ambiente más parecido al del Festival de cine de Cannes, con photocall incluido, que de barcos y regatas.

El rey emérito Juan Carlos llegando este sábado a las regatas en el Club Náutico de Sanxenxo. Gtres

"Estoy muy bien", respondía con cierta contundencia este viernes cuando los numerosos medios de comunicación congregados en el Puerto Deportivo Juan Carlos I le han preguntado cómo se encuentra tras haber pasado 21 meses fuera del país donde reinó casi cuatro décadas. Sus palabras no se ajustan al cien por cien con la realidad de sus imágenes en movimiento

El baño de masas que se ha dado con las banderas, los vítores ante su ilustre visita y los "viva el Rey" de los vecinos de Sanxenxo le han inyectado energía como para sonreír y sentirse arropado, pero no la suficiente como para ocultar los evidentes y preocupantes problemas de movilidad que se han apreciado al descender del coche y al caminar.

A sus 84 años, el rey Juan Carlos ha pasado hasta 17 veces por quirófano: lleva una prótesis en la rodilla de derecha desde 2011 -la cual tuvo que ser sustituida en una nueva intervención en la primavera de 2018- y también lleva prótesis en la cadera izquierda y en la derecha, la solución a la caída que tuvo en Botsuana el 14 de abril de 2012, mientras cazaba elefantes acompañado de su entrañable amiga, Corinna Larsen (58). 

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