Lolita Flores, 67 años

Lolita Flores, 67 años

Corazón

Lolita Flores, 67 años, sin rodeos sobre cómo mantiene su figura: "No vivo pendiente de la báscula y hasta las 3 no me duermo"

La conocida cantante relata sus mejores consejos para estar siempre en forma a su edad.

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Lolita Flores no es solo un icono de la música y la interpretación en España, sino un símbolo de vitalidad, autenticidad y saber vivir. A sus 67 años, la artista irradia energía en cada escenario, pero también en la cotidianidad.

Su rutina de autocuidado, marcada por el realismo y el cariño hacia sí misma, es un ejemplo de cómo envejecer disfrutando del camino, sin perder nunca la sonrisa ni la coherencia.

Reconocida tanto por su arrolladora presencia como por sus inolvidables actuaciones, Lolita confiesa que su ritmo vital no encaja con los cánones clásicos.

"Yo soy pájaro de noche y, aunque me meta en la cama a las diez, hasta las dos o las tres no me quedo dormida", relata la artista.

Esta confesión resume su forma de ser: vivir a su manera, sin perder la autenticidad ni resignarse a lo que "se espera" a cierta edad.

Quienes siguen a Lolita pueden ver cómo, incluso cuando sus días terminan tarde tras una función o un rodaje, el autocuidado nunca queda relegado.

Lolita Flores ha encontrado el equilibrio entre la disciplina y el goce, sin perder naturalidad. Su rutina cosmética es sencilla, pero constante.

"Siempre encuentro un rato para desmaquillarme, ponerme el suero, el tónico, el elixir, la crema de día, la de noche...", explica con simpatía.

Fiel a la medicina antiaging, apuesta por tratamientos a medida de la mano de profesionales: "He recurrido a Carmen para realizarme este tratamiento antiaging para mejorar la calidad de mi vida y de mi piel".

Lolita habla abiertamente sobre estos cuidados, rechazando los tabúes y dejando claro que la salud y el bienestar están por encima de modas.

Sin embargo, no es amiga de los bisturís ni de las transformaciones radicales: "Todavía no me he hecho ningún lifting, ni soy amiga de los quirófanos".

La artista también se ha desmarcado de las dietas milagro y promueve un mensaje de autoaceptación corporal.

Para ella, la báscula no tiene el poder de condicionar su día: "Me gusta cuidarme, aunque no vivo pendiente de la báscula". Uno de los hábitos que mantiene a diario es el de desayunar bien y con consciencia.

"Ahora no como carnes ni lácteos, sino leche vegetal, pollo, pavo, huevo...", cuenta la también tertuliana de televisión, remarcando que su primera comida nunca es pesada, pero sí nutritiva.

Lolita cree en el equilibrio y prioriza escuchar sus propias necesidades sin caer en la presión social ni en la autocrítica destructiva.

El bienestar de Lolita

Además, Lolita encuentra su mejor refugio en la familia y, especialmente, en la llegada de su nieto Noah, a quien define como "la alegría más grande que nos ha podido mandar el universo".

Para ella, el bienestar es inseparable del afecto, el disfrute de lo cotidiano y la pasión por el trabajo: "Miedo a la edad es mejor no tener, ¡sobre todo con lo que hay que trabajar!".

En definitiva, la rutina de la cantante es un testimonio de sencillez, autoestima y disfrute consciente de la vida, ingredientes inmejorables para contagiar entusiasmo.