“¡Vamos a ese bar que tienen un café buenísimo!”. “Ah, pues un día probé este café en casa y no sabía igual”. 

¡Exacto! De esto hablamos hoy: de las diferencias que notamos cuando pedimos un tipo de café que tiene un origen específico y que nos sabe muy diferente en casa, en el bar o en esa cafetería tan buena de la esquina. 

Igual que las verduras al horno o a la brasa no saben igual porque utilizamos técnicas y utensilios diferentes, al café le pasa lo mismo. 

El proceso de preparación de un café y el sabor resultante se ve afectado por un tipo de cafetera o por otro. Y aunque todo va muy ligado al tipo de molienda que hagamos, al nivel de intensidad que tenga la materia prima, al tipo de variedad que vayamos a consumir, a la temperatura que la cafetera trabaje… hay cambios sutiles en el sabor del café según el tipo de cafetera que uses. ¡Y hoy te los contamos!

Eso sí, antes de empezar debes saber una cosa. Lo ideal para obtener un buen café es que tengas un molinillo en casa y compres los granos de café enteros -recién tostados-, para que puedas molerlos al instante en casa. De esta forma, el sabor del café será fresco y conservará todos sus aromas. 

En el caso de que no tengas un molinillo, lo mejor es que vayas a una tienda especializada, detalles qué tipo cafetera tienes y compres el tipo y la cantidad justa para que te dure unos cuantos días (¡no para todo el mes! De esta forma siempre podrás saborear su frescura). En el caso de que no tengas una tienda cerca, es muy recomendable que compres café de especialidad a alguna marca que lo venda online

Entonces, ¿qué características tiene cada cafetera?

Cafeteras italianas o cafeteras moka

La cafetera italiana es una de las cafeteras que más abunda en las casas y que mejor conserva los aromas del café cuando lo vertemos en la taza. 

La mejor fórmula para obtener un buen café es que viertas agua de mineralización débil en el cazo y pongas la cantidad justa de café para que no quede ni muy prensado ni muy suelto. Y justo cuando tan solo haga unos segundos que ha empezado a hervir el agua, apagues el fuego para que el café no se queme y siga subiendo en la parte superior. 

El resultado será un café con cuerpo y un sabor bastante intenso. Pero, ¿por qué? Pues porque el agua va a presión y asume altas temperaturas -superiores a los 100ºC-, de manera que consigue extraer con más éxito las propiedades de este néctar oscuro.  

Cafeteras americanas o de goteo

Es otro de los modelos más típicos que hay en nuestros hogares. El funcionamiento es simple: depositamos el café envuelto con un filtro que deja traspasar el agua y cuando el agua que está en el depósito se calienta, traspasa este filtro hasta desembocar el café en el recipiente. 

El sabor resultante con este tipo de cafetera es un café más suave y acuoso. Por eso, a los cafés americanos se los llama así. Porque el agua también es protagonista en esta receta. 

Cafeteras francesas

El resultado con esta cafetera es sabroso y además, ¡con cuerpo! Es recomendable que la molienda de café sea un poco más gruesa que con la cafetera italiana o la americana, porque el sabor será más intenso y así el mismo café no se cuela por el filtro. 

Lo interesante de este modelo es que infusiona el café porque seguimos el mismo proceso que cuando nos hacemos un té. Primero colocamos el café en el recipiente y cuando el agua que hemos puesto en otro cazo está hirviendo, la vertemos en el recipiente y dejamos que surja la magia durante unos 4 o 5 minutos. Luego, se comprime el café (¡sin pasarse!) colocándolo en la parte inferior del recipiente y se sirve en la taza. ¡Delicioso!

Cafeteras V60

Esta cafetera es de las más llama su atención por su aspecto: es estética, es para subirla en las redes sociales, es cool

La gracia de esta cafetera es que al tener un filtro con forma de cono, permite que el café y el agua caliente estén en contacto un buen rato antes de que el agua filtre en el recipiente. 

Gota a gota se va obteniendo este elixir que tanto nos gusta, un proceso que requiere un poco más de paciencia pero que consigue obtener un café con un sabor sutil, un cuerpo ligero… aunque un poco más sabroso que con una cafetera americana. 

Cafeteras AeroPress

Esta es de las cafeteras más jóvenes que hay hoy en el mercado. ¡Se inventó en 2005! Y aunque parece que el proceso es complejo porque tiene muchas piezas, en realidad es simple. 

Aunque a menudo se la compara con la cafetera francesa, tiene algunas diferencias. Lo más importante y que más nos concibe hoy es que el agua y el café necesitan estar menos tiempo en contacto, de manera que se reduce mucho la acidez del propio café. 

El mismo inventor de este aparato, Alan Adler, afirma que el café que se obtiene tiene un PH más alto que el que se consigue por goteo (por lo tanto y como decíamos, tiene menos acidez) y llega a tener la misma concentración de café que el espresso. 

Cafeteras Chemex

Cafetera Chemex

Esta es otra de las cafeteras que más fotos se lleva cuando vas en alguna cafetería y utilizan este método. Y también es una de las preferidas para los baristas. No solo porque mantiene muy bien los aromas del café, sino porque se obtiene una bebida con un sabor claro, pero intenso. 

Con este tipo de cafetera, si se quiere obtener un buen resultado, también requiere un poco de paciencia. No solo porque pide lavar primero el filtro con agua caliente, sino porque tienes que ir tirando chorritos de agua en el filtro con café poco a poco. Las cosas de palacio van despacio. 

Lo mejor para las cafeteras Chemex es que el café tenga una molienda de un tamaño medio. Así evitamos que se cuele cualquier pedacito de café y de esta forma conseguimos este sabor tan sutil de nuestra bebida favorita. 

Estos son los principales tipos de cafeteras que existen hoy en el mercado. Y después de leer esto, ¿con cuál te quedas?