El doctor Miguel Enrique del Valle Soto.

El doctor Miguel Enrique del Valle Soto.

Salud

Doctor Del Valle: "Las carreras populares de los domingos son un arma de doble filo para la salud"

"El crossfit no es la actividad más recomendable" / "He tratado a deportistas que participaron lesionados en Juegos Olímpicos" / "Para mí los 10.000 pasos diarios se quedan cortos".

12 marzo, 2023 01:45

Si llega a casa tras un duro día de trabajo y vive en un séptimo piso, lo más probable es que coja el ascensor. Miguel Enrique del Valle Soto (Villaviciosa, 1955) no es de éstos, él -y, de hecho, lo hace- sube por las escaleras pese a vivir precisamente en un séptimo. En la Universidad de Oviedo, donde tiene su despacho en la novena planta, también predica con el ejemplo, sube por las escaleras. No es para menos tratándose de un especialista en Medicina de la Educación Física y Deporte.

Quienes lo conocen ven en este investigador de élite y pionero de la Medicina Deportiva en España a un verdadero taumaturgo del aparato locomotor y un ser prodigioso. Del Valle se muestra humilde en sus palabras pese a haber tratado a deportistas de talla internacional que han participado lesionados en Juegos Olímpicos. "Lo único que quería era competir, incluso sufriendo", rememora acerca de una fondista olímpica de la que prefiere no dar nombre pese a que pueda intuirse.

Sin embargo, las lesiones no se limitan al deporte de élite. La salud de los domingueros, crossfiteros y corredores de carreras populares también está en riesgo si no se toman las medidas preventivas necesarias. En este sentido, el director de la Sociedad Española de Medicina del Deporte (SEMED) insiste en varias ocasiones en que la primera recomendación que les daría a estos deportistas no profesionales es que se realicen un reconocimiento médico para descartar cualquier tipo de patología.

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Del Valle atiende a EL ESPAÑOL después de toda una vida dedicada a la Medicina Deportiva. Como el padre que ha visto crecer a su hijo (la especialidad nació en España justo cuando él terminaba la carrera), este especialista lamenta que en un futuro su profesión pueda desaparecer si la Medicina Preventiva no vuelve a ser una especialidad.

¿Cómo surge su interés por la Medicina Deportiva?

Llevo en la Medicina Deportiva toda mi vida. Terminé la carrera de Medicina en 1981 y empecé a trabajar. Aunque mi interés era incorporarme a la universidad como docente, así que comencé a preparar mi tesis doctoral. Sin embargo, me faltaba la parte clínica. Por aquel momento hacía mucho deporte y precisamente en aquellos años apareció la Medicina Deportiva como especialidad universitaria. Uno de los lugares en los que se impartía era la Universidad de Oviedo, que fue donde hice los tres años de formación. Al finalizarlos, pasé a dar clases en la universidad.

También impartí docencia en la Escuela Profesional de Medicina de la Educación Física y el Deporte, donde teníamos una clínica dentro del propio centro que era muy importante. Llegué a dirigirla hasta que por normativa europea la especialidad de Medicina Deportiva desapareció porque todas las especialidades debían ser hospitalarias. Algunas sí que pasaron a ser hospitalarias en su momento, pero otras -como la nuestra- se encuentran atascadas.

¿No está reconocida la Medicina Deportiva en España?

Está reconocida, pero ya no entra dentro del catálogo MIR. Estuvo a punto de reaparecer como especialidad hospitalaria en varias ocasiones. Por ejemplo, en 2011 la ministra Leire Pajín tenía el decreto encima de la mesa pero José Luis Rodríguez Zapatero dimitió. Con Mariano Rajoy también reapareció el tema en 2014, pero nada. Ahora estamos peleando otra vez por ello, con la nueva Ley de Formación Médica Especializada.

Hemos ido hacia atrás. Porque sí que existen profesionales de la Medicina Deportiva, yo soy un ejemplo. Pero no hay formación. Y eso es un problema.

¿Considera también un problema el sedentarismo en España?

En España hay muchos sedentarios, pero también hay muchos deportistas. Tenemos cerca de cuatro millones de deportistas federados. Aun así, los hábitos deportivos tienen que mejorar mucho. La cifra no es mala, pero si la especialidad desaparece, tendremos una serie de problemas relacionados con la salud y el rendimiento deportivo.

En caso de que alguien a los 40 años vaya a retomar la actividad física después de unos años sin ella, ¿qué recomendaciones le daría antes de hacer ejercicio?

Pese a que esté muy mal que lo haya dejado, también está muy bien que haya decidido retomar la actividad. Cualquier momento es bueno para hacer actividad física. Aunque a los 40 años puede ser un buen momento para la prevención de muchas enfermedades puesto que en esa edad empieza a atacar desde la hipertensión o el colesterol hasta la glucemia y la obesidad.

La primera recomendación que le daría es que se haga un reconocimiento médico deportivo para ver si está capacitado para poder hacer ejercicio sin riesgos aparentes. Además de esto, habría que realizar una planificación para la reincorporación a la práctica deportiva que debería ser individualizada. Porque el problema de empezar y querer hacerlo todo en la primera semana es que en la segunda pueda aparecer una lesión.

El doctor Miguel Enrique del Valle Soto.

El doctor Miguel Enrique del Valle Soto.

Algunos de sus compañeros han denunciado que España es de los países que menos regula los reconocimientos médicos. ¿Comparte esta opinión?

No, los reconocimientos médicos se hacen. Pero claro, si ahora estamos en una situación en la que tenemos pocos especialistas en Medicina Deportiva, ¿quién va a hacer los reconocimientos médicos deportivos? A una determinada edad se recomienda, además del reconocimiento, una prueba de esfuerzo, que no puede realizar ni interpretar cualquiera. Requiere de unos conocimientos previos.

Esto demuestra que todo camina en la misma dirección: al haber desaparecido la formación de especialistas, el problema cada año es peor. Los especialistas que estamos ejercitando ahora tenemos una edad. Y nos terminaremos jubilando todos.

Hay quienes deciden, después de una sedentaria semana en la oficina, salir a correr el domingo. ¿Esto puede llegar a ser contraproducente para su salud?

Claro, esto no está bien. Es por ese motivo por el que los especialistas en Medicina Deportiva recomendamos que antes de hacer deporte se realice un reconocimiento médico. Aunque no se produce en un alto porcentaje, sí que encontramos algunos casos en los que se detectan patologías cardíacas que restringen la práctica deportiva. En otros casos incluso impiden el ejercicio por completo debido al riesgo que se corre de, por ejemplo, una muerte súbita, que es uno de los mayores problemas que existen en este sentido.

Otra de las prácticas deportivas que más se ha puesto de moda ha sido el CrossFit. ¿Cree que esta práctica es peligrosa, teniendo en cuenta que implica ejercicios de alta intensidad?

Hay una serie de deportes que están muy en auge, como es el caso del CrossFit. Pero diría que es el más benévolo. Existen otros deportes que se conocen de riesgo porque no están regulados y se practican en zonas que tienen un difícil acceso para el rescate. Luego también hay otros en los que se realizan sobrecargas que pueden terminar en lesiones.

Volviendo al crossfit, creo que depende de quién lo realice. Eso sí, tendrá que estar en un buen estado de forma y tener una formación básica como para practicarlo. Aunque desde el punto de vista de la salud, no es la práctica deportiva más recomendable, pese a que esté en aumento.

Las carreras populares también están en aumento en nuestro país. Sin embargo, ¿las considera que son un arma de doble filo?

Sí, claro que sí. De hecho, en las carreras populares tenemos casos de muerte súbita. Sobre todo en aquellas en las que no se pide nada más allá de la inscripción y el pago. En las que son de una intensidad más alta sí que se exige un certificado médico. En este caso depende del médico, pero yo no firmo un certificado médico si no hago las pruebas necesarias como para poder verificar que esa persona está preparada para hacer la prueba.

¿Debería pedirse el certificado en todas las carreras populares entonces?

Sí, deberían pedirse. Es normal que no se pongan restricciones porque así se puede apuntar todo el mundo. Además, cuanta más gente, mejor. Pero es un problema que se haga sin ningún tipo de control.

¿Considera que somos conscientes de que al hacer deporte a una determinada intensidad aumenta la posibilidad de tener un infarto?

Sí, creo que está claro. Por eso es bueno no sólo hacer un reconocimiento médico sino también marcar unas pautas en función de los factores de riesgo. Tampoco es necesario ir con un pulsómetro para ver las frecuencias cardíacas constantemente.

¿Ser joven, hacer deporte y llevar una dieta saludable no le exime a uno de sufrir un infarto?

No, las patologías cardíacas afectan tanto a los más jóvenes como a la población adulta. Es cierto que en este último caso existe más riesgo. Aun así, los jóvenes también pueden tener otro tipo de riesgos, que muchas veces se producen por una cuestión congénita. De hecho, ahí tenemos las muertes súbitas que aparecen -por suerte, de vez en cuando- en los campos de fútbol o en deportistas que están federados.

¿Cómo se puede explicar esto?

Primero, habría que partir de que se ha hecho el reconocimiento médico. Porque hay algunas federaciones en las que esto no es obligatorio. Aun así, nunca se va a cubrir el 100% del riesgo porque algunas patologías no se pueden detectar con un reconocimiento médico, ni con una prueba de esfuerzo o un ecocardiograma.

¿Hay algún deportista de élite al que haya tratado y que le haya marcado por encima de todos?

Me han marcado bastantes. Algunos de una talla internacional muy alta.

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¿Puede dar nombres?

Pues mira, junto con mi equipo estuvimos llevando al saltador de longitud Yago Lamela. Falleció joven por motivos que nada tienen que ver con la práctica deportiva. Pero era un deportista extraordinario. Cada día que le veías aumentaba su masa muscular. Y eso que físicamente no tenía las condiciones como para hacer esos saltos tan enormes.

Podría citar a muchos más. Los deportistas son unas personas que tienen un nivel de recuperación muy alto, por eso llegan a esos niveles. Al final, es gente capaz de sufrir mientras practica deporte tan sólo para alcanzar el éxito.

¿Son peores pacientes por esa exigencia?

No, no considero que sea así. Lo único es que un deportista lo que quiere es no perder ni un día de entrenamiento. Por ejemplo, conocí a una fondista que participó en los Juegos Olímpicos en Los Ángeles (Estados Unidos) estando lesionada. La preparábamos para fortalecer su musculatura, pero ella lo que quería era competir. Incluso sufriendo. Están preparados para ese sufrimiento.

¿Pero ese sufrimiento es peligroso para la salud?

Claro. El deporte de élite no es saludable. Y quien diga lo contrario, está muy equivocado. El deporte de alto nivel implica trabajar casi siempre por encima de los niveles fisiológicos. Por eso, la jubilación del deportista de alto nivel no es peor que la de un sedentario, pero sí que la de una persona que haya hecho ejercicio diario durante toda su vida.

Nunca parece existir consenso en la cifra. ¿De verdad los 10.000 pasos es la número exacto de pasos diarios que deberíamos dar?

Es un objetivo que está bien. Aunque para mí se quedan cortos. Siempre digo que mejor será hacer algo más que nada. Independientemente de la actividad que sea. Yo, por ejemplo, vivo en un séptimo e intento subir por las escaleras cuando llego a casa.

No sólo lo recomienda, sino que también lo pone en práctica.

Sí, trato de practicar ejercicio. De hecho, a veces por devoción y también por obligación salgo todos los días antes de que amanezca y hago una caminata con el perro que es muy intensa, de hora y media o dos horas. Con eso me siento muy bien.

Además, no es lo mismo pasear que caminar para hacer ejercicio. Para que surta efecto tienes que caminar a un ritmo con el que te cueste trabajo ir hablando con el compañero que lleves al lado. Esa es la intensidad a la que debes de ir.