Rafa Nadal durante el torneo de Wimbledon.

Rafa Nadal durante el torneo de Wimbledon.

Salud

Así es la lesión de Rafa Nadal en el abdomen que le ha obligado a retirarse en Wimbledon

El tenista balear padece una rotura de siete milímetros en el recto abdominal que le impide realizar el saque con normalidad. 

7 julio, 2022 21:50

Rafa Nadal no ha podido más. El tenista balear ha anunciado este jueves su retirada del torneo de Wimbledon debido a una rotura abdominal de siete milímetros que arrastra desde hace una semana y que le ha obligado a decir adiós definitivamente al torneo. Se trata de una lesión dolorosa, que el tenista conoce perfectamente ya que la padeció por primera vez en 2009, durante el transcurso del US Open, y que ha vuelto a tener al menos en tres ocasiones más a lo largo de su carrera. 

"La tengo [la rotura] desde la semana pasada y he tenido momentos de todo", ha dicho Nadal en rueda de prensa. "Ayer, sacando con 3-1, noté que las cosas empezaban a ir peor, y sirviendo con 4-3 empezó a ponerse aún peor. Tuve que reducir la velocidad de saque y los movimientos para que no empeorara mucho", ha reconocido el balear. 

El tenista ha explicado que la lesión lo dejará fuera de las pistas de tenis entre dos y tres semanas y que, tras ello, intentará seguir con su calendario normal —siempre y cuando la lesión que sufre en el pie también se lo permiita—. "No puedo seguir jugando. No ahora. Puedo jugar de pie, pero sin poder servir, será imposible".

El recto abdominal es uno de los músculos más grandes de nuestro cuerpo ya que se extiende desde la línea media del pubis hasta el borde inferior de la caja torácica. Es el encargado de flexionar la columna vertebral y el tronco, gracias también a las costillas, y además mantiene las vísceras en su sitio. Sin embargo, es la primera función la que resulta vital para los tenistas o para los jugadores de voleibol, que utilizan el brazo y el abdomen para imprimir fuerza a la pelota al golpearla durante el saque.

La rotura que sufre Nadal en la pared abdominal es similar a la rotura muscular que pueden sufrir otros deportistas en cualquier otro músculo del cuerpo, ya sea el gemelo, el cuádriceps, o los aductores. La gravedad de esta lesión depende de lo amplia que sea la rotura, tal y como ha reconocido el propio jugador. "Mi experiencia en este tipo de lesiones es ya muy larga. Ya me pasó en 2009 en el US Open y en otras ocasiones. La tenía al comienzo del torneno de un tamaño y la terminé multiplicando por ocho, que fue cuando perdí en semifinales con Del Potro". 

[Rafa Nadal se retira antes de la semifinal de Wimbledon por la lesión en el abdomen]

Pese a que la lesión ha obligado al abandono, lo cierto es que se trata de una patología leve, que "no tiene ninguna trascendencia" ni a largo ni a medio plazo, según explican fuentes médicas a EL ESPAÑOL. El recto abdominal forma parte de una musculatura implicada a la hora de hacer un movimiento antinatural como es el saque. De hecho, Nadal ha combatido la lesión en muchas ocasiones con vendajes y hielo, que le han permitido paliar los dolores y jugar cuando se trataba de una rotura más leve.

Por lo tanto, no se trata de una lesión "temible" que pueda dejar en el aire el futuro del deportista como sí lo hace actualmente el síndrome de Müller-Weiss, la patología degenerativa que sufre en el hueso escafoides de su pie. A diferencia de la segunda, el tratamiento para la rotura del recto abdominal no pasa, en primera instancia, por la infiltración de corticoides, sino que requiere de reposo durante dos o tres semanas y analgesia. 

"Un tratamiento adecuado proporciona una recuperación rápida (tres semanas)", explican en un artículo científico publicado en la revista Apunts Sport Medicine. "No obstante, la experiencia demuestra que es un tipo de lesión que tiende a cronificarse debido a que no siempre obliga al cese absoluto de la actividad y a la poca relevancia que entrenadores y jugadores le dan al problema", añaden. 

La lesión no suele ir a peor siempre y cuando no se fuerce la flexión de tronco. De ahí que Nadal y su equipo hayan decidido, con buen criterio, retirarse para no comprometer el resto de la temporada. Si el tratamiento es el adecuado, el tenista balear podrá volver a entrenar en dos o tres semanas como máximo.