La Agencia Europea del Medicamento (EMA, por sus siglas en inglés) se ha tomado su tiempo, pero finalmente, tras semanas de incertidumbre, se ha pronunciado: el fármaco Vaxzevria, anteriormente conocido como la vacuna Covid-19 de Astrazeneca, está vinculado a la aparición de efectos secundarios raros, particularmente de la trombosis de senos venosos. Sin embargo, el dictamen es que los beneficios compensan los riesgos, por lo que sigue recomendando su uso en una decisión que seguirá resultando confusa para muchos.

La aparición de coágulos en el sistema venoso cerebral es un incidente muy raro, del orden de 1-1,3 casos/100.000 habitantes al año según confirmaba la Sociedad Española de Neurología (SEN), por lo que su incidencia tras la vacunación llamó la atención de las autoridades sanitarias. Esta se situaría en un caso por cada millón de vacunados, un efecto secundario que habría que categorizar como "muy raro" y que palidece ante los beneficios de salud pública asociados a la consecución de la inmunidad grupal ante la Covid-19 lo antes posible.

Por otro lado, hay que diferenciar los 'efectos secundarios' de los 'efectos adversos' relacionados con un 'episodio sanitario'. Esto implica, según explicaba a EL ESPAÑOL Joan Carles Reverter, presidente de la Sociedad Española de Trombosis y Hemostasia (SETH) que solo se puede establecer una asociación temporal entre la administración del fármaco y la aparición de estos trombos, pero no una relación de causa-efecto.

Aunque la EMA señala a los menores de 60 años, motivo por el que España se plantea excluirles de la vacunación con este fármaco, la aparición de estos accidentes puede responder sencillamente a que se trata del tramo de edad que más dosis de AstraZeneca ha recibido, al ser la reservada a colectivos como policías y profesores. Por otro lado, insisten los profesionales sanitarios, todos los medicamentos, incluso los de uso común, acarrean un umbral mínimo de riesgo que viene especificado en el prospecto y que el consumidor acepta, muchas veces sin saber que se está llevando a la boca algo más 'peligroso' que la vacuna injustamente denostada.

Aspirina

Sin duda es uno de los medicamentos orales más famosos y usados, y de hecho ha llegado a recomendarse una toma diaria para prevenir enfermedades tan prevalentes como el cáncer y la hipertensión. Las evidencias científicas, sin embargo, matizan la relación riesgo-beneficio y la recomiendan solo en casos muy específicos porque este consumo habitual puede hacer más daño que bien.

Un estudio publicado en The Lancet en 2017 señalaba que  solo en Reino Unido se contabilizan unas 20.000 hemorragias y alrededor de 3.000 muertes al año asociadas a la práctica de tomar una aspirina cada día.

Anticonceptivos orales

La famosa 'píldora' anticonceptiva está desaconsejada a mujeres mayores de 35 años, con obesidad y fumadoras, precisamente por un pequeño riesgo de tromboembolismo. El director del Centro de Farmacovigilancia de Castilla y León y del Centro de Estudios de la Seguridad de los Medicamentos, el doctor Luis Martín Arias, lamentaba la interrupción del uso de la vacuna en su comunidad subrayando que en ambos casos el riesgo es mínimo en comparación al de contraer la Covid-19

Así, el especialista ha destacado que entre el 10 y el 15 por ciento de las personas que padecen la covid sufren trombos, mientras esto ocurre sólo con el 0,1% de las mujeres que usan anticonceptivo oral y le pasa a sólo una de cada 300.000 personas que son vacunadas con AstraZeneca.

Corticoides 

Fármacos como la prednisona también pueden causar este efecto de trombo o embolia, explicaba en El Periódico Maria Perelló, responsable del centro de información del medicamento del Col·legi Oficial de Farmacèutics de Barcelona (COFB). El uso de corticoides orales presentaría así un "cierto riesgo" de trombosis, destacaba la Sociedad Española de Hematología y Hemoterapia (SEHH).

Los corticoides, paradójicamente, constituyen un tratamiento precoz que ha demostrado eficacia en pacientes con Covid-19 en unidades de Cuidados Intensivos (UCI). Según un registro elaborado durante la pandemia por los Servicios de Anestesiología y Reanimación en España, reducen la tasa de mortalidad hasta en 14 puntos.

Inmunosupresores 

Fármacos como el tofacitinib, para los casos de artritis reumatoide, colitis ulcerosa o enfermedades inmunitarias, son otros de los citados por su posible riesgo trombótico. Se ha descrito riesgo de coágulos sanguíneos en las piernas (trombosis venosa profunda) o pulmones (tromboembolismo pulmonar) cuando se dan factores de riesgo (tabaquismo, antecedentes previos de trombosis, tratamiento hormonal, edad, sedentarismo).

Diuréticos

Incluso los medicamentos diuréticos, en aquellas personas que tienen hipertensión y que los consumen en exceso, pueden provocar una trombosis, declaraba a El Periódico la médica adjunta del Servicio de Obstetricia y Ginecología del Hospital Vall d'Hebron (Barcelona), Itzíar García Ruiz. Más allá del tipo de medicamento, hay un "grupo de pacientes" con más riesgo de sufrir tromboembolismo: las personas mayores, sedentarias, con alguna patología de base y con colesterol alto.

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