Ejercicio físico a partir de los 60.

Ejercicio físico a partir de los 60.

Salud Hábitos saludables

Éste es el ejercicio que debes empezar a practicar sin falta si vas a cumplir los 60

Con la edad, muchos son reticentes a aumentar su actividad física por miedo a sufrir lesiones. Sin embargo, los estudios solo le ven beneficios.

22 noviembre, 2019 03:01

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Si nos marcamos el objetivo de mejorar la salud cardio y cerebrovascular tras cumplir 60 años, además de la salud general, el ejercicio físico y las mejoras en la dieta son claves. La realización de ejercicio físico puede prevenir tanto las enfermedades cardíacas como los accidentes cerebrovasculares. Por el contrario, si se reduce la actividad, el riesgo cardiovascular aumenta significativamente.

Así lo asegura un nuevo estudio publicado en la European Heart Journal tras analizar datos de 1.1 millones de personas durante 4 años: hacer ejercicio de forma continuada mejora la salud, pero reducirla empeora la condición física.

Para llevar a cabo este trabajo, un grupo de investigadores de Corea del Sur dirigidos por Kyuwoong Kim, doctorando de Ciencias Biomédicas de la Escuela de Graduados de la Universidad Nacional de Seúl analizó a 1.119.925 hombres y mujeres de 60 años o más, los cuales se sometieron a dos controles de salud consecutivos por parte del Servicio Nacional de Salud de Corea (NIHS) de 2009 a 2010 y de 2011 a 2012. Pero, además, los participantes recibieron seguimiento hasta diciembre del año 2016.

En cada control, los participantes respondían a preguntas sobre su actividad física y estilo de vida. Se calculó la cantidad de ejercicio, dividiéndola en ejercicio moderado (30 minutos diarios o más dedicados a caminar rápido, bailar, o realizar labores de jardinería) y ejercicio intenso (20 minutos o más de carrera al día, ciclismo, o ejercicio aeróbico en general) a la semana, tanto en el primer control de salud como en el segundo.

Así mismo, se recopilaron datos sobre enfermedades cardíacas y cerebrovasculares desde enero de 2013 a diciembre de 2016, teniendo en cuenta factores socioeconómicos, edad, sexo, otras enfermedades médicas, fármacos consumidos, estilo de vida general, y consumo de tóxicos como alcohol o tabaco.

Alrededor de dos tercios de los participantes afirmaban que eran físicamente inactivos en ambas encuestas nacionales, siendo las mujeres más inactivas que los hombres (78% y 77% en el primer y segundo control, en comparación al 67% y 66% de los hombres).

Solo el 22% de las personas inactivas aumentaron su actividad física en el momento del segundo control, y el 54% de los que habían afirmado que eran activos en el primer control (realizando ejercicio cinco veces o más a la semana) se volvieron inactivos para cuando tocó el segundo. Finalmente, 114.856 personas sufrieron enfermedades cardíacas o cerebrovasculares durante el seguimiento del estudio.

Según los datos de los investigadores, aquellos individuos que pasaron de estar inactivos en el control de 2009-2010 a ser activos de forma moderada o intensa (ejercicio 3-4 veces a la semana) en el siguiente control de 2011-2012 lograron reducir hasta un 11% su riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.

Por su lado, aquellos que ya realizaban ejercicio físico moderado o intenso una o dos veces a la semana y lo aumentaron a cinco veces o más a la semana entre ambos controles, lograron reducir su riesgo de enfermedad cardiovascular hasta un 10%.

Por su parte, en la otra cara de la moneda, aquellos que eran previamente activos hasta cinco veces a la semana durante el primer control, y posteriormente se volvieron inactivos, aumentaron hasta un 27% su riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.

Finalmente, aquellos que ya sufrían enfermedades crónicas, como diabetes o hipertensión, lograban reducir entre un 4-7% su riesgo si pasaban de estar inactivos a una actividad moderada o intensa. Además, los individuos con discapacidades podían reducir hasta un 16% su riesgo al aumentar la actividad física.

Para Kim y sus colegas, existe un mensaje claro respecto a las conclusiones del estudio: tras los 60 años, debe aumentarse o al menos mantenerse la actividad física moderada o intensa, tanto en frecuencia como en intensidad, con el objetivo de prevenir las enfermedades cardio y cerebrovasculares. Se espera que para el año 2050 existan hasta 2.000 millones de individuos mayores de 60 años, por lo que estos datos tienen una importancia clave a nivel de salud pública.

Sin embargo, aunque se trata de un estudio numeroso en participación, no carece de limitaciones. Se llevó a cabo única y exclusivamente en población coreana, por lo que no se sabe si podrían extrapolarse los datos a otras poblaciones.

Además, la actividad física de los participantes se evaluó mediante una encuesta, pudiendo ser proclive a los sesgos de información, además de pecar de falta de datos sobre otros tipos de actividad física como tareas domesticas o ejercicios de musculación, entre otros. Finalmente, tampoco fue posible evaluar las razones por las que muchos individuos aumentaron o disminuyeron sus niveles de actividad física.

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