Lo sabemos: tener mucho estrés no es bueno. Y si ese nivel de estrés se mantiene durante días, semanas o meses lo es todavía menos. Maldito e inoportuno estrés, que dirían o diríamos muchos: hasta 4 de cada 10 personas ha sufrido estrés en España de forma frecuente y continuada. No sólo es negativo para la salud en general sino también y, muy en particular, para la salud cardiovascular. Por ello, es fundamental saber manejarlo y controlarlo para disminuir el riesgo, en un futuro, de sufrir enfermedades cardiovaculares.  Pero casi nunca es demasiado tarde para cuidarse, así que aprende a manejar los momentos de estrés porque ello puede ser un salvavidas para tu corazón.

Sin embargo, la relación entre el estrés y el corazón es bastaste reciente. El estrés se considera un factor de riesgo cardiovascular más desde el 2012, año cuando fue incluido y reconocido por los expertos en la Guía Europea de Prevención Cardiovascular. Desde entonces, los médicos y los cardiólogos le dan cada vez más importancia y aconsejan manejar y prevenir este reciente e importante factor de riesgo.

"Se sabe que las personas que tienen estrés crónico y mantenido en el tiempo pueden tener más riesgo cardiovascular, ya que el estrés hace aumentar la tensión arterial. Sin embargo, el problema es que el estrés es muy complicado de medir", afirma a EL ESPAÑOL la doctora Petra Sanz, miembro del Consejo de Expertos de la Fundación Española del Corazón (FEC). Es decir, "sabemos que tener la tensión por encima de 13,5 o el azúcar por encima de 110 son valores altos, pero el estrés es complicado de medir, eso lo hacen los psicólogos", añade.

Bien es cierto que "los médicos y los cardiólogos a veces no le damos demasiada importancia al estrés porque no le preguntamos de forma habitual a nuestros pacientes si están o no estresados. Pero cada vez más, se tiene más cuenta este factor", añade esta profesional. Además, añade que existen estudios serios e importantes que "observan que los pacientes con estrés, a la larga pueden tener más riesgo cardiovascular".

En España, según la encuesta Percepción y hábitos de la población española en torno al estrés de CinfaSalud y avalado por la Sociedad Española para el Estudio de la Ansiedad y el Estrés (SEAS), publicada en 2017, "9 de cada 10 españoles han sentido estrés en el último año y 4 de cada 10 lo han sentido de manera frecuente o continuada".

Las técnicas de relajación, aliadas para combatir el estrés

Una publicación de este pasado mes de agosto en la página oficial de la FEC, señala que una forma de manejar el estrés es a través de técnicas de relajación como por ejemplo, la meditación. Hace alusión a algunos estudios publicados en esta última década que muestran cómo la meditación, "logra reducir la presión arterial y también disminuir el estrés, además de que fomenta un mejor control de otros factores de riesgo cardiovascular".

Así, un trabajo publicado en la revista científica Circulation en noviembre de 2012, sostiene que la meditación "puede reducir en un 48% el riesgo de mortalidad, infarto de miocardio y accidente cerebrovascular en pacientes con enfermedad coronaria". La razón es, según señalan, que "la meditación reduce la activación del sistema simpático y la liberación de hormonas como cortisol y adrenalina, contrarrestando los efectos desfavorables del estrés crónico sobre la frecuencia cardiaca y la presión arterial".

Otro estudio expone las bondades del yoga para pacientes con episodios de fibrilación auricular. En este caso se trata de un trabajo realizado en el Centro Médico de la Universidad de Kansas (University of Kansas Medical Center) y publicado en la revista Journal of the American College of Cardiology. Éste expone que los pacientes que sufren episodios recurrentes de fibrilación auricular podrían reducir estos eventos cardíacos con la práctica del yoga.

Prevención que incluya el manejo del estrés

La mayoría de los pacientes que han tenido una problema cardiovascular agudo como por ejemplo, un infarto o una angina de pecho, se apuntan a los programas de Rehabilitación Cardiaca, que cada vez están más extendidos en los hospitales españoles. Se trata de un programa multidisciplinar en el que además de enseñarte a mantener una alimentación cardiosaludable, a hacer ejercicio físico en base a tus capacidades, a abandonar el tabaco si el paciente fuma, te enseñan también a manejar el estrés. "En estos programas hay psicólogos que te enseñan entre otras cosas importantes a nivel personal, a combatir el estrés", apunta Sanz.

Las personas que después de un evento cardiovascular llevan a cabo estos programas de rehabilitación cardiaca, según datos expuestos por la FEC, "tienen tasas de mortalidad menores (21-34%) que aquellos pacientes que no realizan estos programas de rehabilitación".

"El manejo del estrés es muy importante en personas que han tenido ya un episodio cardiovascular, pero también es importante en las personas que nunca han tenido un episodio de este tipo. Lo más importante es la prevención", afirma la doctora. Por ello, "es fundamental que si uno no sabe manejar sus niveles de estrés pida ayuda a los profesionales, porque eso le va a venir bien para prevenir la probabilidad de hipertensión y de, a la larga, sufrir, enfermedades cardiovasculares".

El estrés aumenta la tensión arterial, explica Sanz, y éste es sin duda el riesgo mayor: "El estrés aumenta la tensión y la frecuencia cardiaca y esas dos cosas en pacientes que ya tienen una enfermedad coronaria es fatal, pero también es muy negativo para las personas que no han tenido ningún episodio ya que pueden aumentar el riesgo de tener, en un futuro, una enfermedad cardiovascular".

Sin embargo, no sólo es clave prevenir el estrés sino todos los factores de riesgos cardiovasculares. Algunos de los principales factores de riesgo cardiovascular, además del estrés, son: hipertensión; colesterol alto; obesidad y sobrepeso; tabaquismo y sedentarismo. Por ello, es importante mantener una alimentación sana, hacer ejercicio físico, dejar de fumar, etc. "De nada vale si uno sabe manejar su estrés pero es una persona sedentaria o que no come sano, por ejemplo. Por ello, se deben atender a todos los factores de riesgo. La prevención tiene que ser global y completa" concluye Sanz.

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