Los protagonistas de la mítica serie 'Urgencias'

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Salud Salud pública

Epidemia de gripe : así sufre un médico de Urgencias el colapso del sistema

Un colaborador de EL ESPAÑOL denuncia el mal uso de estos servicios por parte de la sociedad: se acude sin motivo y más de lo necesario. 

14 enero, 2018 01:48

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Ha vuelto a pasar. No, no ha "llegado el invierno", al menos no sólo eso. Lo que ha vuelto a pasar es que la gripe se ha extendido como la pólvora, y por lo visto este año no solo ha afectado a muchos más individuos, sino que las consultas médicas se han multiplicado exponencialmente y no de forma proporcional a la afectación por gripe, sino más.

¿Qué intento decir con esto? Lo que digo es que, si bien es cierto que normalmente la epidemia de gripe suele retrasarse algunas semanas más, no es un motivo imprescindible de consulta, ni todas las consultas que se están viendo actualmente en los servicios de atención continuada (urgencias de centro de salud) o en las urgencias hospitalarias son por esta causa.

Se está abusando, y mucho, del Sistema Nacional de Salud de España, en todo el país y, para rizar el rizo, los diferentes gobiernos comunitarios no están sustituyendo a aquellos médicos que (como todo el mundo) han querido disfrutar de sus merecidos días libres en estas fechas. Se ha producido un cúmulo de problemas que, por lo visto, está lejos de finalizar.

Se está abusando, y mucho, del Sistema Nacional de Salud de España.

Por ello, hoy repasaré desde otra perspectiva la epidemia de gripe. No desde el punto de vista del paciente, sino desde el del médico, para contar cómo se están viviendo los terribles días de guardia en unas urgencias hospitalarias. Yo trabajo en el citado departamento del Hospital Universitario La Plana, en Villarreal, Castellón.

La gripe, algunos datos de la epidemia

La epidemia de gripe en España ha acabado con la vida de 86 individuos en todo el país. En total, según los datos de los que disponemos hasta ahora, hay una afectación de 212,8 individuos por cada 100.000 habitantes y ya se ha declarado la situación de "epidemia" en la mayoría de las comunidades autónomas. Asimismo, se han notificado 912 casos "graves", que han requerido ser hospitalizados.

¿Son estos unos datos alarmantes? La realidad es que no. Estos datos son muy similares a los de otros años, simplemente se han adelantado unas dos semanas de media a la temporada habitual. Además, 3 de cada 4 individuos fallecidos tenían más de 65 años, y en la mayoría de estos casos (por no decir todos) la gripe solo empeora alguna enfermedad grave de base.

Generalmente, una gripe en un individuo sano sin antecedentes de ninguna otra enfermedad se comporta como una especie de resfriado más intenso, sin más. En otras palabras, la gripe no es una enfermedad grave por sí misma, y tampoco tiene cura, ya que sus síntomas se tratan con antiinflamatorios (como el ibuprofeno, para controlar los dolores articulares y musculares típicos de la enfermedad) y antitérmicos (como el paracetamol o el metamizol, con el fin de mejorar el estado general y controlar la fiebre). Por tanto, no es descabellado afirmar que se está produciendo una alarma innecesaria frente a esta epidemia.

 Una gripe en un individuo sano sin antecedentes de ninguna otra enfermedad se comporta como una especie de resfriado más intenso, sin más.

Eso sí, cabe destacar que si se sufre alguna enfermedad grave de base (sobre todo una enfermedad pulmonar o cardiovascular), es necesario acudir al centro sanitario de referencia más cercano ante la sospecha de una gripe.

¿Qué ha sucedido con la gripe este año?

Como hemos podido observar, la gripe de este año tan solo se ha adelantado dos semanas respecto a lo esperado, lo que ha conllevado la saturación de centros de salud y hospitales justo en las peores fechas del año: Navidad.

¿Por qué digo que son las peores fechas? Pues porque, como sucedería en cualquier otra profesión, en el ámbito sanitario no son pocos los profesionales que suelen intentar aprovechar los días libres que les corresponden por contrato para estas fechas. Esto implica que hay menos médicos a nivel de atención primaria (hay menos médicos de cabecera), y los que no tienen estos días libres acaban siendo saturados por pacientes de otros, como bien comentaba el conocido médico Salvador Casado en su cuenta de Twitter personal hace unos días.

Pero, además, lo que sucede en muchas ocasiones es que el paciente no puede ser visitado por su médico de referencia ni por otro compañero hasta al menos dos semanas después (y no exagero, dos semanas); por lo que, con toda la lógica del mundo, deciden acudir o bien al centro de salud de referencia o incluso a urgencias hospitalarias con síntomas que en muchos casos tan solo son resfriados comunes y corrientes o, en caso de ser realmente gripes, se producen en personas que no tienen ninguna enfermedad de base.

A todo esto hay que añadir que, como bien comentó hace unos días el médico Fernando Fabiani en su Twitter, resulta que el tipo de gripe que está causando la mayor parte de las infecciones este año no se encontraba dentro de las cepas que podían otorgar protección mediante la vacuna. En otras palabras, la vacuna no ha sido demasiado útil esta vez.

Por qué los médicos estamos hartos y saturados

Como podemos observar, se han juntado varios factores para que todo esto sea un caos. Un caos que, en última instancia, está quemando sobremanera al personal sanitario, como los médicos.

Ciertamente, como también señaló el médico Miguel Díaz en su Twitter, vivimos en una sociedad socialmente enferma  que no sabe usar el sistema sanitario como debe ya que "es gratis" y cree que todos el mundo tiene el mismo derecho a usarlo. Esto es cierto, todos tenemos el mismo derecho a usarlo, pero no a abusar de él.

En el caso de Díaz, el motivo que provocó su estallido en la famosa red social fue un aviso a domicilio porque un joven de 24 años "tenía fiebre y dolor de garganta". Esto no sólo es un abuso del sistema, es una broma de muy mal gusto. Los avisos domiciliarios no son como hacer un pedido al restaurante de comida rápida de turno, se trata de una opción creada para individuos muy graves que no pueden acudir al centro sanitario de referencia y necesitan atención inmediata (individuos ancianos, con enfermedades graves o incapacitantes), no para cualquier persona que sufra "malestar general", pues dicha sintomatología, que provoca un resfriado común y corriente, hasta lo que yo sé no impide caminar.

Los avisos domiciliarios no son como hacer un pedido al restaurante de comida rápida de turno

Mi motivo para escribir todo esto hoy es repasar cómo han sido las guardias médicas durante esta época.

Empezando por el centro de salud, os contaré la guardia más reciente a la que tuve el dudoso honor de acudir: 24 horas durante un día festivo, donde entre tres médicos atendimos a casi 200 pacientes en las primeras 12 horas de la misma, de las cuales habría entre 100 y 150 que acudían por síntomas de un resfriado común y corriente (y ellos mismos nos lo decían). Esto, queridos lectores, es un abuso del sistema.

El resfriado común ni tiene cura, ni es una urgencia médica para acudir ni al centro de salud ni a las urgencias de un hospital; es una enfermedad benigna que se cura sola sin tratamiento alguno. El único "tratamiento" es la prevención, intentando lavarnos las manos todo lo posible como bien recomienda en su blog el médico especialista en Medicina Familiar y Comunitaria Salvador Casado. Acudir a un centro sanitario porque  (ejemplos reales) motivos como :"La tos no me deja dormir" o "Así no puedo ir a trabajar" no es excusa para saturar un sistema sanitario que ya se está tambaleando y que sí requieren muchos pacientes graves de verdad (que también se ven tanto en un centro de salud como en un hospital, por supuesto). 

Por otro lado, recordando guardias en urgencias hospitalarias, no puedo dejar de pensar en las más que dudosas urgencias que he tenido la oportunidad de atender estos días, y algunos otros (que os contaré también para que no cometáis el error de acudir así): recientemente, ya en plena epidemia de gripe, atendí a un paciente de 30-40 años cuya queja era, literalmente, que "se le había puesto el ojo rojo y le picaba mucho tras haber pelado una cebolla", y el picor fue tan intenso que se asustó y vino al hospital, aunque ya estaba bien y no tenía síntoma alguno.

 Atendí a un paciente de 30-40 años cuya queja era, literalmente, que 'se le había puesto el ojo rojo y le picaba mucho tras haber pelado una cebolla.

Si esto no parece una broma de mal gusto, hubo otro aún peor, pues por la noche una ambulancia trajo a un bebé de 5 meses cuyo motivo de consulta era "estar llorando durante una hora"; los familiares del bebé exigieron la ambulancia y la atención hospitalaria, y no sé cómo ni quién cedió pero se lo concedió a pesar de que el bebé estaba perfectamente tras ser explorado (dos veces, antes de acudir al hospital y también en el centro sanitario). Esto último no solo es un abuso de atención que puede que requiriese otro niño con alguna dolencia real, sino que movilizar una ambulancia no es nada barato, y no es un taxi de libre uso como muchos suelen creer; las ambulancias existen para aquellos individuos con una dolencia grave de verdad que requieren atención urgente, no para dar un paseo.

A todo esto hay que añadir algunos otros casos de abuso que he tenido la dudosa suerte de presenciar, como un hombre de mediana edad que acudió a urgencias porque "creía que tenía piojos" (y su hija los tenía, pero le compró un champú y sin más, por lo visto no se le ocurrió tener autocuidado de sí mismo y comprárselo también); o los múltiples casos de pacientes que ya han sido atendidos por especialistas médicos y están pendientes de pruebas médicas y que, a pesar de no tener ningún síntoma nuevo, deciden que es buena idea acudir a urgencias para adelantar pruebas médicas.

Como ya comenté en su día, existen razones para acudir a urgencias y razones para no acudir. Está claro que existe un enorme problema de base en nuestra sociedad, porque todos estos casos no son aislados de una zona, sino que suceden en todo el país. No os equivoquéis, nos gusta nuestro trabajo, y si hay que atender a 50 pacientes graves, se hace, y siempre con el objetivo de mejorar, curar e incluso salvar a quien sea necesario y gastando el tiempo que sea necesario. Lo que no nos gusta es que se consulte por motivos que no requieren atención médica, sino que pueden solucionarse mediante el sentido común y el autocuidado de uno mismo.

No os equivoquéis, nos gusta nuestro trabajo, y si hay que atender a 50 pacientes graves, se hace

Dicho esto, para finalizar, creo que es factible recordar de nuevo cuándo sí y cuándo no se debe consultar por síntomas respiratorios o por sospecha de gripe:

  1. Siempre que se sufra una enfermedad grave de base o alguna otra condiciónl
  2. Si eres una persona sana, es normal sufrir fiebre y malestar tanto en un resfriado común como en una gripe. Se trata de enfermedades causadas por virus, no requieren tratamiento médico, y se solucionan con el paso del tiempo.
  3. Si no tienes ningún antecedente médico y sufres cualquiera de estos cuadros, por favor, lávate mucho las manos e intenta prevenir el contagio de otros; evita saturar los servicios sanitarios, ya que habrá otros muchos individuos con enfermedades graves o edad avanzada que sí nos necesitarán. Gracias.