Christopher Norman es enfermero geriátrico.

Christopher Norman es enfermero geriátrico.

Nutrición

Soy experto en longevidad y esta es la vitamina habitual en España que los mayores de 50 deberían dejar de tomar ya

Aunque estas vitaminas son importantes para el correcto funcionamiento de nuestro organismo, los suplementos no son la forma más adecuada de tomarlas.

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La toma indiscriminada de suplementos vitamínicos, especialmente entre los adultos mayores, está bajo la lupa de los especialistas en geriatría.

La promesa de una salud óptima en formato cápsula resulta tentadora, pero esta vía rápida hacia el bienestar no siempre es la más segura. Algunos suplementos, advierten los expertos, pueden incluso resultar contraproducentes con la edad.

Christopher Norman, enfermero practicante geriátrico del National Council on Aging (NCOA) de Estados Unidos, ha alertado sobre este fenómeno en unas declaraciones recogidas por Parade.

Según explica, "es útil comprender los beneficios y riesgos de tomar vitaminas y suplementos porque, a pesar de que pueden obtenerse sin receta, pueden seguir teniendo algunos riesgos".

Norman señala especialmente a la vitamina A, un nutriente esencial para la visión, la piel y el sistema inmunitario, pero potencialmente peligroso si se toma en exceso.

"Estudios han demostrado que una dieta saludable y diversa te proporcionará suficiente vitamina A, y las fuentes alimentarias son las mejores fuentes de vitaminas en general", afirma el experto.

Además, el exceso de vitamina A puede ser tóxico. En adultos, las dosis diarias recomendadas son de 900 microgramos para los hombres y 700 para las mujeres, pero superar los 10.000 microgramos al día puede causar problemas graves.

"Los adultos mayores deberían tener cuidado con la vitamina A porque puede potencialmente reducir la densidad ósea, causar daño hepático o dolor en las articulaciones", advierte Norman.

Estas consecuencias no son menores. El deterioro óseo aumenta el riesgo de fracturas, mientras que la toxicidad hepática y los dolores articulares pueden afectar la movilidad y el equilibrio, factores críticos en la madurez.

Un exceso de precaución con los suplementos puede convertirse, paradójicamente, en un riesgo para la salud.

Las advertencias de Norman cuentan con el respaldo de instituciones médicas de referencia. Según la Clínica Mayo, "una cantidad excesiva de vitamina A puede ser perjudicial".

La organización vincula el consumo oral prolongado de más de 10.000 microgramos diarios con daño hepático, problemas de equilibrio y aumento del riesgo de caídas, especialmente en personas mayores.

Norman tampoco es partidario de suplementar con vitamina B6 sin control médico. "La vitamina B6 es necesaria para formar glóbulos rojos, que transportan oxígeno y nutrientes por todo el cuerpo, pero un exceso puede contribuir a problemas neurológicos como la pérdida de equilibrio —que podría provocar caídas— y el daño nervioso", explica.

Prudencia con los suplementos

El Office of Dietary Supplements (ODS) respalda esta advertencia y advierte que el consumo prolongado de dosis elevadas puede causar neuropatías periféricas, hormigueo en las extremidades y dificultades motoras.

Los especialistas recomiendan obtener la B6 a través de la dieta, con alimentos como pescado, pollo, patatas, legumbres o frutas no cítricas, suficientes para cubrir las necesidades diarias.

En el caso de la vitamina B6, según la Clínica Mayo, "en dosis altas, de más de 100 miligramos", puede causar daños nerviosos con el transcurso del tiempo. En su sitio web, hace referencia a un estudio de la Universidad de Iowa, según el cual la vitamina B6 pareció aumentar el riesgo de muerte prematura en 4,1 por ciento.

En España, la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) coincide en la necesidad de prudencia.

En su manual sobre la Dieta ideal para el anciano. Alimentos, suplementos y nutrición enteral, identifica la vitamina A, junto al calcio, la vitamina D y el ácido fólico, como micronutrientes con riesgo de déficit, pero recuerda que la suplementación debe hacerse únicamente bajo control médico.

El consenso médico es unánime: los alimentos son la fuente más segura y eficaz de vitaminas. Norman lo resume con claridad: "Nuestro cuerpo sabe cómo obtener lo que necesitamos de la comida. Mientras que puede haber valor en las vitaminas o suplementos cuando tenemos un déficit real, nuestro cuerpo procesa la comida mejor que las píldoras".

Para mantener un aporte adecuado, los especialistas recomiendan priorizar alimentos naturales ricos en vitamina A y B6: zanahorias, batatas, espinacas, pescados grasos como el salmón o el atún, legumbres y productos lácteos.

En la mayoría de los casos, una dieta equilibrada y variada cubre todas las necesidades sin recurrir a la suplementación.

Antes de comprar un frasco de suplementos, los expertos aconsejan informarse. Norman lo deja claro: "Si se encuentra con un anuncio de una vitamina o suplemento que podría ser ‘la cosa perfecta’ para cualquier condición con la que esté luchando, pregunte a un profesional de la salud de confianza y calificado antes de simplemente empezar a tomarlo".