Las pizzas tienen mala fama, probablemente, por estar vinculadas a la comida rápida y es cierto que algunos de sus ingredientes no terminan del todo de ser saludables. No obstante, que una pizza sea sana o no lo determinan el tipo de corteza o base que se emplee, a parte de los ingredientes. Incluso las más sanas, pueden aportar demasiado sodio a través, por ejemplo, de la salsa de tomate.

Los puntos a favor de este preparado están en el calcio que puede aportar el queso y el licopeno de los tomates, un poderoso antioxidantes que protege del daño celular, protegiendo además de problemas cardiovasculares, según atestigua una revisión llevada a cabo en la Universidad de Cambridge, Reino Unido.

Es cierto que algunas pizzas de restaurantes de comida rápida pueden llegar a tener entre 480 y 240 calorías, entre diez y cuatro gramos de grasa saturada y entre 1.180 y 700 miligramos de sal. Así pues, para controlar el valor nutricional final de la pizza preparada, lo mejor es hacerla en casa.

En cuanto a la base, existen distintas alternativas a la de masa clásica de harina de trigo refinada, las cuales pueden lograr que una comida que no está vista con muy buenos ojos termine por ser una opción nada desdeñable en nuestros menús. Estas son las cuatro bases saludables para pizzas que puedes encontrar en el súper:

Base harina de trigo integral

La base de harina de trigo integra ofrece granos enteros y se digiere más lentamente, lo que reduce el pico glucémico. Si se opta por una base más saludable, evitar ingredientes que afecten negativamente al valor nutricional del preparado sería lo adecuado, por ejemplo las salchichas, el queso extra o el pepperoni, que aumentaría el nivel de grasas saturadas del conjunto.

Base de quinoa

En Alcampo venden pizza a base de quinoa, chia, trigo sarraceno, amapola y espelta. Por cada 100 gramos, tiene 258 kilocalorías, 4,3 gramos de grasa, 46 gramos de hidratos de carbono, 0,7 gramos de azúcares, 8,7 de proteínas y 1,5 de sal. La quinoa es una semilla con características únicas, ya que puede consumirse como un cereal. La mayor parte de las calorías las aporta a través de hidratos complejos, proveyendo alrededor de 16 gramos de proteína por cada 100 gramos de producto.

La quinoa, en comparación con otros cereales, contiene muchas más proteínas y grasas, siendo la gran mayoría de estas insaturadas, destacando la presencia de ácidos omega 6 y omega 3. También es rica en fibra insoluble, llegando a aportar 15 gramos de cada 100; además de potasio, magnesio, calcio, fósforo, hierro, zinc y vitaminas de tipo B y E. Este pseudocereal también puede ayudar a controlar los niveles de colesterol en sangre gracias a su fibra y lípidos insaturados y combatir el estreñimiento,  

Coliflor

En algunos supermercados y tiendas especializadas, también se puede encontrar base para pizza realizada a partir de coliflor. Esta base, de cada 100 gramos, aporta 162 kilocalorías, 4 gramos de grasa, 27 de carbohidratos, 0,6 de azúcares, 3 de fibra alimentaria, 6 de proteínas y 0,6 de sal.

La coliflor es un alimento con un perfil nutricional muy completo, con pocas calorías y muchas vitaminas de tipo C y K, ácido fólico y pantoténico, potasio, manganeso, magnesio y fósforo. La fibra que contiene sirve de alimento a las bacterias beneficiosas que habitan en el intestino grueso, ayudando a prevenir inflamaciones y mejorando la digestión. También es buena para combatir diarreas, la diverticulitis o la inflamación crónica del intestino, según revela un estudio llevado a cabo por la Universidad de Minnesoa, en EEUU. También se relaciona con una posible disminución del riesgo de padecer enfermedades coronarias y cáncer, de acuerdo a los datos de una investigación de la Universidad de Oxford, en Reino Unido.

"Esta fibra también juega un papel fundamental a la hora de prevenir la obesidad, pues genera sensación de saciedad y esto hace que se reduzca la cantidad ingerida", explica José Gallardo, nutricionista especializado en obesidad y sobrepeso.

Este alimento también es una fuente de antioxidantes, como glucosinolatos e isotiocianatos, dos antioxidantes que podrían ayudar a detener el crecimiento de las células cancerígenas, según la Universidad de Kansas, además de carotenoides y flavonoides, que podrían tener efectos anticancerígenos, reduciendo el riesgo de otras enfermedades, como revela un estudio de la Universidad de Polonia.

Brócoli

Por último, la base de brócoli, cúrcuma y jengibre también es una muy buena opción de base de pizza saludable. Está elaborada con harina de trigo sarraceno, libre de alérgenos y sin transgénicos, destinada para personas celíacas y aquellos que en su dieta quieren eliminar el gluten. Cada 100 gramos, contiene 4,3 de grasas, 58,8 de hidratos de carbono, 299 kilocalorías, 1,3 de azúcares, 2,8 de fibra, 4,8 de proteínas y 2,3 de sal.

El brócoli es otro de los alimentos más completos que hay, con 200 gramos, un adulto tiene cubierta su necesidad diaria de vitamina C, además de ácido fólico y vitamina A. También es una fuente de hierro para luchar contra la anemia, protege el corazón, ayudando a eliminar el colesterol malo y sus nutrientes; zeaxantina, beta-caroteno y vitamina A, lo que convierte al brócoli en un protector de la salud ocular.

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