Un bloque de mantequilla.

Un bloque de mantequilla. iStock

Nutrición Prevención

El beneficio inesperado de comer grasas saturadas

Aunque todas las guías dietéticas aconsejan reducir el consumo de grasas saturadas, podría tener algún que otro beneficio en determinados casos.

8 febrero, 2021 00:46

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Las grasas saturadas siguen siendo uno de los grandes problemas de la dieta occidental, ya normalizada tanto en España como en el resto de los países. El azúcar añadido, el exceso de consumo de sodio y las grasas saturadas son los tres problemas a desterrar dentro de la mala alimentación actual.

Sin embargo, no todo serían malas noticias y perjuicios cuando se consumen grasas saturadas, y se sabe que existen algunas relaciones paradójicas dentro del ámbito de la nutrición. En este caso, y como corrobora un nuevo trabajo publicado en Science Advances, el consumo de grasas saturadas puede actuar como un factor protector ante determinadas enfermedades.

Como ya comentamos en su momento en EL ESPAÑOL, las grasas saturadas no son "grasas malas" como siempre se han visto. De hecho, diversos estudios sugieren que su consumo tendría más beneficios de los que se suele hablar, aunque no por ello habría que abusar de su consumo.

Un beneficio paradójico

En este nuevo trabajo, los investigadores de la Clínica Mayo, de la Facultad de Medicina de la Universidad de Saint Louis y de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington habrían llegado a la conclusión de que las grasas saturadas tendrían potencial para reducir los síntomas de la pancreatitis. Se trataría de un hallazgo paradójico, ya que una de las causas conocidas de la pancreatitis es, precisamente, una dieta excesivamente rica en grasas.

Anteriormente, ya se conocía la llamada paradoja de la obesidad; y es que algunos pacientes obesos parecen tener mejores resultados al recibir determinados tratamientos en comparación a pacientes no obesos. Así pues, los investigadores quisieron ir más allá, centrándose en la pancreatitis.

Esta patología, la pancreatitis, implica una inflamación del páncreas por diversas causas: alcoholismo, fármacos, haber sufrido una cirugía abdominal o niveles elevados de triglicéridos o grasas en sangre. De hecho, incluso sufrir obesidad aumenta las probabilidades de sufrir pancreatitis, aunque se desconoce la causa de dicha relación.

Ventajas de la grasa 'mala'

En este estudio, los investigadores indagaron sobre la relación entre la pancreatitis y el consumo de grasas en especial, ya fuesen saturadas o insaturadas. Recordemos que las primeras, las grasas saturadas, son las características de alimentos como carne, mantequillas o margarinas, quesos y algunos aceites vegetales. Por su parte, las grasas insaturadas son características de pescados, frutos secos, semillas y aceites como el aceite de girasol o aceite de oliva.

Múltiples estudios sugieren que aumentar el consumo de grasas insaturadas y reducir el de grasas saturadas también reduciría el riesgo de enfermedades cardiovasculares y la obesidad. Pero, como es el caso de hoy, hay excepciones a la regla.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores analizaron datos de 20 informes clínicos de 11 países diferentes donde se monitoreó el consumo de grasas en pacientes obesos, concretamente fijándose en aquellos que sufrieron pancreatitis. Y, según sus hallazgos, aquellos pacientes con una dieta rica en grasas saturadas sufrieron síntomas más leves que los que consumían una dieta rica en grasas insaturadas.

Grasas que no compensan

Para confirmar sus hallazgos, dada la paradoja de los mismos, el equipo de investigadores llevó a cabo experimentos en ratones: alimentaron a algunos de ellos con una dieta rica en grasas saturadas, y a otros con una dieta rica en grasas insaturadas y, posteriormente, les provocaron pancreatitis a todos de forma artificial. De nuevo, se observó que los ratones alimentados con grasas saturadas desarrollaron síntomas menos graves.

La explicación estaría en una enzima pancreática: la lipasa pancreática no interactuaría muy bien con las grasas saturadas, dando lugar a una menor producción de ácidos grasos no esterificados de cadena larga, y reduciendo así los síntomas de pancreatitis. Aunque, de todas formas, será necesario continuar estudiando al respecto para clarificar esta paradoja nutricional.

Aún así, dado que también se sabe que las dietas ricas en grasa y la obesidad son dos causas conocidas de pancreatitis, no sería aconsejable enriquecer la dieta en grasas saturadas a propósito para reducir los síntomas de una pancreatitis: lo ideal es no llegar a sufrir pancreatitis, y eso se consigue evitando el abuso de grasas saturadas, el consumo de alcohol y la obesidad, entre otros factores causantes conocidos.