El coco, una fruta tradicionalmente exótica para España, es básica para la dieta de aproximadamente un tercio del planeta. Y desde que la nutriología ha puesto el ojo en los beneficios de los productos naturales consumidos generación tras generación pero pocos estudiados por la ciencia, uno de sus subproductos se ha colocado entre los denominados 'superalimentos'. Se trata del agua de coco, un jugo cargado de electrolitos, minerales excelentes para la rehidratación y de sales, tanto que se ha llegado a promocionar como 'bebida isotónica' vegetal. Sus propiedades, sin embargo, deben matizarse.

Pero, ¿qué es el agua de coco? El fruto es lo que se conoce como una 'drupa', como la aceituna o el melocotón. Pero en lugar de la carne comestible rodeando a la semilla dura o 'hueso', el coco está rodeado de un mesocarpo fibroso incomible, el famoso 'coco verde' que veríamos colgar de las palmeras Arecaceae. Lo que consumimos es únicamente el interior de la semilla, de lo que forma parte el "agua", el líquido que se va transformando en la pulpa a medida que madura. El momento idóneo para abrir el fruto, como se hace en muchos lugares, de un certero golpe de machete, y extraerla para servirla es cuando tiene entre 5 y 6 meses.

Es importante distinguir también el agua de coco de otro subproducto, la 'leche de coco', una cremosa bebida vegetal que se obtiene al calentar y licuar la pulpa del coco, y que se usa como sustitutivo de la leche animal en recetas veganas. Tampoco tiene que ver con el aceite de coco, extraído de las abundantes grasas saturadas que contiene el fruto al natural. Hay que recordar que el coco es de los productos más calóricos que podemos encontrar en la frutería: por cada 100 gramos aporta 345 calorías, motivo por el cual es una fuente de energía básica en lugares del mundo que no pueden acceder a otras gamas de alimentos. 

¿Es igual de calórico tomar agua de coco? Según la Clínica Mayo, un 'brick' de 226 g. aportaría de 45 a 60 calorías, una concentración mucho menor que los zumos de frutas, cargados de azúcares libres. Los minerales involucrados en la rehidratación, que se aconseja desde los episodios de diarrea a la resaca, son el potasio, el sodio y el manganeso, a lo que se suman vitaminas y fibra alimentaria. Hay que resaltar, sin embargo, que las cantidades son pequeñas, por lo que sirve de complemento y no de aporte principal.

Un abuso del consumo de agua de coco implica niveles no recomendables de sodio y riesgo de hiperalcalemia por exceso de potasio en sangrePor otro lado, no hay evidencias de que cumpla una función cardioprotectora o antiséptica más allá de la que comporta de por sí una dieta rica en alimentos vegetales. Por último, el agua de coco tiene naturalmente un sabor salado, por lo que algunos productos conservados podrían añadir azúcar para dulcificarla, lo que anularía sus ventajas. Es importante, por tanto, prestar atención a los ingredientes de lo que adquirimos.

Valor nutricional del agua de coco

El valor nutricional por 100 g de agua de coco puro es el siguiente: 

- Calorías: 19 kcal

- Grasas totales: 0,2 g 

- Colesterol: 0 mg

- Sodio: 105 mg

- Potasio: 250 mg

- Hidratos de carbono: 3,7 g

- Proteínas: 0,7 g

Variedades de cocos para agua

Los cocoteros se clasifican en tres grandes familias, los gigantes, enanos e híbridos, con distintas subespecies para cada una. Los enanos son los empleados con mayor asiduidad para elaborar bebidas debido al buen sabor de su agua. Las variedades más cultivadas son el Amarillo de Malasia (AAM), el Verde de Brasil (AVEB) y el Naranja Enano de la India.

Cómo preparar el agua de coco

El mejor truco para abrir un coco fácilmente es congelarlo, según explican en Cocinillas. "Guardamos el coco en el congelador y esperamos una noche entera para que se congele por completo. Golpeamos el coco con golpes secos y contundentes usando la parte no afilada de un cuchillo largo. Vamos rotando el coco e irá apareciendo una grieta a lo largo del ecuador de este, hasta que finalmente podremos separarlo en dos mitades de forma muy sencilla. Además podemos quedarnos solo con el agua de coco congelada y la carne del coco".

1. Tarta de queso vegana con agua de coco. Sin azúcar, sin lactosa y sin gluten, es la "cheesecake" para todos los públicos. 

Tarta de queso vegana.

2. Tarta de melocotón y té matcha vegana con agua de coco. Un capricho saludable con aire tropical.

Tarta de melocotón

Historia del agua de coco

Cuando los españoles y portugueses llegaron al sureste asiático buscando mercancías, con la ruta a la India trazada por Vasco de Gama en 1499, descubrieron un extraño fruto duro y redondo, recubierto de algo parecido a pelo y con tres hendiduras que, vistas desde cierto ángulo, podían recordar a un rostro. Les dieron el nombre de cocos, según la etimología, de 'crouca', cabeza o cráneo, que también está en origen en el nombre del monstruo popular con el que se asusta a los niños.

Con este origen tan marcadamente ibérico, el coco llegó a occidente. Un truco que tuvieron que aprender los europeos es que recoger un coco caído es más sencillo que trepar a por uno, con el riesgo de ser golpeados por un fruto que cae, una causa de lesiones y muerte nada infrecuente en zonas de cultivo. Sin embargo, hay que agitarlo si los hemos recogido del suelo: si no escuchamos el agua agitándose en su interior, significa que se ha secado o podrido, y no es apto para el consumo. 

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