Enriquecer la dieta en fibra y proteínas es uno de los objetivos actuales para mejorar la salud de la población general, dado que en muchas ocasiones se carece de uno o ambos nutrientes en la dieta basal. Sin embargo, a pesar de que determinado componente alimenticio sea saludable, los excesos pueden llegar a ser perjudiciales en cualquier ámbito.

Así lo sugiere un nuevo estudio llevado a cabo por la Escuela de Salud Pública Bloomberg de la Universidad Johns Hopkins. Y es que, según este reciente trabajo, aquellos individuos que llevan a cabo una dieta alta en fibra y rica en proteínas tendrían más probabilidades de sufrir hinchazón abdominal, respecto a una dieta rica en carbohidratos. Aunque, a pesar de estos hallazgos, las dietas altas en fibra en general siguen siendo más saludables por sí solas.

Cabe destacar que, según los datos actuales, llegar a consumir una dieta excesivamente rica en fibra y proteínas no es algo común entre la población general. Sin embargo, si esto sucede, puede ser problemático, según el nuevo ensayo clínico publicado en Clinical & Translational Gastroenterology.

Diseño del estudio

Para dicho trabajo, los investigadores analizaron los efectos de llevar a cabo dietas altas en fibra en 164 participantes, todos ellos voluntarios en un ensayo realizado en 2003 y 2005 por parte de la Unidad de Investigación Clínica ProHealth de la Universidad Johns Hopkins en Baltimore y en el Hospital Brigham and Women's de Boston. 

Todos los participantes sufrían hipertensión o tensión arterial elevada, y fueron asignados a tres tipos de dietas durante periodos consecutivos de seis semanas, separados por dos semanas de lavado, durante los cuales los participantes volvían a sus hábitos alimenticios habituales.

Todas las dietas utilizadas eran DASH, ricas en fibra y bajas en sodio, con las mismas calorías, pero con diferencias en el porcentaje de macronutrientes:

- Una versión de la dieta era rica en carbohidratos (58%), con un 15% de proteínas y un 27% de grasas.

- Otra versión era rica en proteínas vegetales (25%), con un 48% de carbohidratos y un 27% de grasas.

- La última versión era rica en grasas (37%), con un 48% de carbohidratos y un 15% de proteínas.

Según los primeros resultados del estudio, cuyo objetivo inicial era determinar la protección cardiovascular de estas dietas, aquellas que eran ricas en proteínas y grasas eran más efectivas para reducir la hipertensión y el colesterol sanguíneo.

Sin embargo, en un nuevo análisis de todos los datos recogidos, el coautor del estudio Noel Mueller y sus colegas del Departamento de Epidemiología de la Escuela Bloomberg se centraron en la hinchazón provocada por este tipo de dietas. Y en este caso los resultados eran diferentes.

La hinchazón abdominal

Según los datos dispuestos en los informes de cada uno de los participantes, la sensación de hinchazón abdominal aumentó desde el 18% antes de las dietas hasta el 24%, 33% y 30%, respectivamente, en las dietas ricas en carbohidratos, proteínas y grasas. Por tanto, en general, aumentar la fibra dietética parece aumentar el hinchazón abdominal en general, pero aquellas ricas en proteínas serían las que más colaborarían en ello, según los investigadores.

Además, los investigadores analizaron los cambios relativos entre dietas, y llegaron a determinar que había una relación entre las dietas ricas en proteínas y la hinchazón, siendo tal riesgo hasta un 40% mayor en estos casos, en comparación a una dieta rica en carbohidratos.

Una solución polémica

Por otro lado, según los investigadores, la situación tendría solución: sustituir las calorías de las proteínas por carbohidratos de alta calidad, como granos integrales, con el objetivo de reducir la hinchazón en aquellos individuos que llevan a cabo una dieta alta en fibra, con el objetivo de hacer la dieta más tolerable.

Aún así, los mismos investigadores son reacios a llevar a cabo tal "solución", dado que realizar dicha sustitución en las dietas altas en fibra las haría menos saludables, pues aquellas dietas ricas en proteínas vegetales, o bien ricas en grasas, a pesar de producir más hinchazón, también mejoraban de forma significativa los parámetros cardiovasculares respecto a las dietas ricas en carbohidratos.

Asimismo, también sospechan que la hinchazón sería tan solo un efecto secundario a las mejoras subyacentes: los efectos saludables de este tipo de dietas ricas en fibra, en última instancia, provendrían de mejoras en el microbioma intestinal, donde se produciría una mayor producción microbiana de moléculas promotoras de la salud o metabolitos.

Por ello, Mueller y sus colegas sospechan que tanto la fibra como las mismas proteínas vegetales causarían tal hinchazón de forma secundaria a este aumento de actividad del microbioma intestinal, siendo dicho hinchazón un "mal colateral", que si se soporta a largo plazo puede acarrear multitud de beneficios.

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