España bate en enero más de 150 récords de calor: "Es un despropósito que traerá consecuencias"

Plantear que puntos de España pudieran alcanzar temperaturas de pleno verano en el corazón del invierno habría sido tachado de alarmismo 'climático' hasta hace muy poco. Enero de 2024 ha fulminado sin embargo la previsión más pesimista, con más de 150 récords de temperaturas desde que comenzó el mes registrados por las estaciones de la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet). Y si ya se preveía rebasar para este año el umbral crítico de los 1,5ºC de calentamiento global, nuestro país se adelanta de nuevo, sufriendo un calor anómalo mientras el resto de Europa se ve azotada por temporales invernales.

Aunque las estampas más llamativas de este episodio se han dado en la costa mediterránea, con días de playa en Valencia, Alicante o Almería, el mayor contraste se ha podido observar a mayor altura. Roberto Granda, meteorólogo de eltiempo.es, destaca la temperatura máxima registrada el 25 de enero en el puerto de Navacerrada: una máxima de 18,3ºC y una temperatura media de 14,1ºC. En este punto de referencia para el centro peninsular, la media diaria según el promedio del periodo 1991-2020 debería de haber sido de -1ºC: una anomalía por exceso de más de 15 grados centígrados.

"Hay datos que apuntan a que este enero va a ser uno de los más cálidos o el más cálido desde que hay registros en muchas zonas, especialmente del este del país", explica el meteorólogo a EL ESPAÑOL. Los episodios calurosos en invierno han dejado de ser inusuales, subraya. "Sin ir más lejos, en la Navidad del 2022-2023 tuvimos un episodio cálido justo entre el 30 de diciembre y el 2 de enero, aproximadamente". No obstante, "este reciente episodio de enero de 2024 sí ha sido excepcionalmente intenso, tal y como atestiguan los numerosos récords que se han batido".

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Los récords han sido notables también en varias ciudades españoles. Aemet destaca las subidas en Ávila, que registró el 24 de enero 20,8ºC de máxima. No solo ha batido por más de un grado el récord anterior de 19,6ºC marcado en 2007, sino que supuso un contraste extraordinario en cuestión de días tras las nevadas que dejó la borrasca. Otros nuevos récords han sido los de Valdezcaray, con un récord de 17,3 ºC frente al de 13,9ºC en 2013; Haro con 20,5ºC frente a los 18,8ºC de 2016; y Cádiz con 24,1ºC frente a los 22,5ºC de 2007.

Récords de temperatura en enero de 2024. Roberto Granda / ElTiempo.es

Las consecuencias han sido fulminantes y visibles al levantar la vista: las primeras nieves del invierno, que llegaron tardíamente con la borrasca Juan, han desaparecido por fusión nívea de un día para otro. Además de provocar alertas por crecidas de ríos, han agotado las reservas que podrían haber contribuido a aliviar la sequía hidrológica de haberse producido un deshielo más pausado. Con el anticiclón predominando sobre España y sin visos de lluvias próximas, estos fenómenos adversos merecerían el planteamiento de un nuevo concepto en opinión de Granda: la 'ola de calor invernal'.

El concepto de 'Ola de calor' que maneja Aemet, explica, implica superar el percentil 95 de las máximas de julio-agosto para 1971-2000 en al menos el 10% del territorio y durante al menos 3 días. Es imposible que las anomalías cálidas lleguen a tanto en invierno, por lo que aboga por crear una nueva figura que recoja esta realidad. "El problema partiría de la definición que se usa actualmente: es limitada y no se adapta a la realidad de cada momento, a la aclimatación en el caso humano y a cuestiones ambientales. ¿Acaso 25ºC en enero no son un despropósito con consecuencias?".

Evidentemente, esos 25ºC en invierno no suponen un problema para la salud humana comparable a los días y noches de calor extremo en verano. Sin embargo, declarar las 'olas de calor invernal' ayudaría a concienciar de que no se trata de un agradable 'veranillo' sino de un problema de impacto. "En el medio natural y en sectores como el agrícola sí que se nota, especialmente si estos días extremadamente cálidos para las fechas tienen una persistencia y reiteración marcadas. A eso se suman factores como el deshielo, que tiene implicaciones en la gestión hídrica", sostiene Granda.

¿Por qué ha ocurrido?

Los anticiclones en invierno no son una novedad, explica Aemet, pero este episodio ha tenido rasgos excepcionales: de un lado, la potencia de la dorsal atmosférica en altura, y del otro, la masa de aire cálida que penetró por el suroeste. Los inviernos en España y el resto del Mediterráneo, recoge la agencia, han venido suavizándose desde "principios de los años 80" y la tendencia, que "no parece sencillo revertir", se ha acelerado "casi sin discontinuidades a partir de 2012".

Bañistas y personas vestidas de largo en la Malvarrosa a 25 de enero de 2024 Rober Solsona/EP

"Hay estudios y análisis que apuntan a que los cambios experimentados en los patrones atmosféricos durante las últimas décadas tendrían relación con estos episodios de calor intenso", corrobora Granda. "El debilitamiento de la corriente en chorro y su desplazamiento hacia el norte favorecería que las masas de aire subtropicales, más cálidas y estables, pudieran alcanzar latitudes más septentrionales".

Además, la "espectacular anomalía" de temperaturas elevadas en las aguas del Atlántico todavía está en marcha, por motivos que todavía no están del todo claros. Y hay que sumar el calentamiento del Pacífico por El Niño, un fenómeno natural, precisa el meteorólogo, "aunque los estudios pueden analizar si el cambio climático podría estar intensificándolo". Finalmente, y de cara a los próximos meses, El Niño desaparecerá y las condiciones pasarán a ser neutras, concluye, o incluso propias de su contrapartida fría: 'La Niña'.