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    Los inconvenientes de las opciones veganas

    La salud del planeta tiene mucho que ver con lo que comemos. Por eso, cada vez más consumidores concienciados se decantan por una alimentación sostenible. Las claves: priorizar la compra de vegetales frente a alimentos de origen animal, elegir productos locales y de temporada. Pero no en pocas ocasiones, por ejemplo a la hora de elegir la leche menos mala para el medio ambiente, la cuestión se complica. Lo que está claro es que todas las leches vegetales, como la de almendras o la de soja, son mucho mejores para el planeta que los lácteos, pero también tienen sus desventajas. 

    Según reporta el diario The Guardian, un estudio de 2018 realizado por investigadores de la Universidad de Oxford concluye que fabricar un vaso de leche láctea produce casi tres veces más emisiones de gases de efecto invernadero y consume nueve veces más tierra que cualquiera de las leches vegetales. (Se requiere tierra para que pasten las vacas y hacer crecer su alimento, que después los animales expulsan en forma de metano).

    Sin embargo, las leches vegetales también tienen un lado oscuro, como cualquier cultivo que se produce en grandes cantidades. No hay que tener solo tener en cuenta si se han cultivado con métodos orgánicos. Hay otros factores a valorar, cómo la huella de carbono, el uso del agua o cómo afectan las cosechas a las personas y los hábitats nativos en países en desarrollo. Con todo esto, algunas leches vegetales son más sostenibles que otras.

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    Coco

    El coco tiene reputación de exótico y saludable, pero para las regiones pobres de Filipinas, Indonesia e India, donde a los recolectores a menudo se les paga menos de un dólar al día, este fruto no es un paraíso. Los cocoteros solo crecen en climas tropicales y la presión para satisfacer la demanda mundial ha conducido a la explotación de los trabajadores y la destrucción de las selvas tropicales.

    "El coco es una tragedia absoluta", explica al diario británico Isaac Emery, consultor de sostenibilidad alimentaria. "Me encanta cocinar con leche de coco, pero no me siento bien comprando productos a base de coco. Los agricultores en Indonesia deberían cultivar alimentos para sus familias en lugar de satisfacer las demandas internacionales ”. Para evitar prácticas insostenibles, el consejo es elegir productos de coco certificados como Comercio Justo.

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    Almendras

    Para producir un vaso de leche de almendras son necesarios 62 litros de agua, según el citado estudio de Oxford, por lo que requieren más agua que cualquier otra leche vegetal. 

    Satisfacer la demanda mundial ejerce una presión insostenible sobre los apicultores estadounidenses. Casi el 70% de las abejas comerciales del país son reclutadas cada primavera para polinizar los almendros. El año pasado, más de un tercio de ellas, murió al final de la temporada como resultado de estas presiones y otras amenazas ambientales.

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    Arroz

    Aunque la leche de arroz es una alternativa económica tiene pocos beneficios nutricionales o ambientales en comparación con otras opciones. Además, el arroz, según el análisis citado, produce más emisiones de gases de efecto invernadero que cualquier otra leche vegetal. Por otro lado, las bacterias que se reproducen en los arrozales bombean metano a la atmósfera y grandes cantidades de fertilizantes utilizados para su producción acaban contaminando las vías fluviales.

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    Avellanas

    Para los consumidores que buscan la calidad nutricional y el sabor de una leche de nuez pero sin los impactos ambientales del cultivo de almendras, la avellana es una alternativa en ascenso.

    Como todas las nueces, las avellanas crecen en los árboles que extraen carbono de la atmósfera y ayudan a reducir las emisiones de efecto invernadero en lugar de aumentarlas. Pero la ventaja ambiental de los avellanos es que son polinizados por el viento y crecen en climas húmedos, como el noroeste del Pacífico, donde el agua es un problema menor.

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    Soja

    Según el estudio de Oxford, la leche de soja es la mejor parada en cuanto a sostenibilidad. Además, es la única leche vegetal que tiene un contenido de proteínas comparable al de los lácteos. 

    Su principal inconveniente ambiental es que la soja se cultiva en grandes cantidades en todo el mundo para alimentar al ganado para la producción de carne y lácteos. Grandes extensiones de selva tropical en el Amazonas se han quemado para dar paso a las granjas de soja. La solución pasa por investigar un poco y comprar producto fabricados con soja orgánica cultivada en Estados Unidos o Canadá.

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    Avena

    La avena se cultiva en climas más fríos, como el norte de EEUU y Canadá, y, por lo tanto, no está asociada con la deforestación en países en desarrollo. El único inconveniente de esta opción es que la mayoría de la avena proviene de monocultivos producidos en masa que se rocían con el pesticida Roundup justo antes de la cosecha.

    Un estudio realizado por el Environmental Working Group halló glifosato, un posible carcinógeno, en todos los alimentos que probó que contienen avena cultivada convencionalmente e incluso en un tercio de los productos elaborados con avena orgánica. Sin embargo, Oatly, la popular compañía de leche de avena,  asegura que su producto está libre de glifosato.

A.M.