Michael I. Jordan, Premio Fronteras de Comunicación.

Michael I. Jordan, Premio Fronteras de Comunicación. Fundación BBVA

Investigación

Michael I. Jordan, pionero de la inteligencia artificial: "La IA escribirá novelas para leer en el metro, pero nunca 'El Quijote'"

"Tenemos que ajustar la IA para que los ricos no sean más ricos y los pobres, más pobres" / "La IA produce mucha información falsa que no podemos distinguir" / "Las empresas esperan que siempre estemos conectados, y eso es malo para la Humanidad" / "En mi vida ya hay demasiada tecnología y estoy harto. Pero es difícil apagarlo todo".

Más información: La inteligencia artificial irrumpe en la psicoterapia: "Es muy peligroso si tienes pensamientos destructivos"

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La inteligencia artificial (IA) no para de ganar terreno en las tecnologías que utilizamos todos los días y las consecuencias que tendrá siguen en el aire. Sin embargo, mientras debatimos sobre estas predicciones, la IA se está haciendo también indispensable.

Ante los retos que plantea, el científico Michael I. Jordan —no el jugador de baloncesto— explica que sólo nos queda confiar en que el ser humano utilizará de manera responsable esta potente herramienta y en favor de la democracia.

Jordan ha recibido en Bilbao el Premio Fundación BBVA Fronteras del Conocimiento en la categoría de Tecnologías de la Información y de la Comunicación por sus contribuciones al aprendizaje automático que han sido la base de tecnologías tan populares como Chat GPT.

El galardonado, que pertenece a la Universidad de California en Berkeley, Estados Unidos, comparte el premio con Anil Jain, de la Universidad de Michigan State, y que ha contribuido a la aplicación de la biometría en la tecnología del día a día.

¿En qué aspectos de la IA se centran sus investigaciones?

A mí me interesa sobre todo lo que se llama la IA colectiva, que combina economía con estadística y ciencias de la información. Me gusta ver estos sistemas como algo que genera conexiones entre humanos.

Y, también, nuevas formas de cambiar bienes valiosos. Yo he trabajado para United Masters, una empresa que hace música para otras empresas que la necesitan, por ejemplo, la Federación Internacional de Fútbol Asociación (FIFA).

FIFA necesita música para poner de fondo en los partidos y hay que crearla. Para ello, antes pagaban mucho dinero a músicos muy famosos, pero ahora la empresa en la que he trabajado aporta música de músicos jóvenes y muy buenos.

Utilizamos la IA para seleccionar las mejores canciones para FIFA y vemos si la música ha gustado a la gente. Juntamos a productores, compradores y marcas. El sistema tiene mucho análisis de datos, recomendaciones que se apoyan en la IA.

Si metes el punto de vista económico y el pensamiento de la IA el éxito de las empresas es tremendo. United Masters funciona y tiene a miles de músicos haciendo dinero, me interesa el mundo de la IA colectiva en la economía, en el mundo real.

¿Hará la IA más accesible el mercado a los emprendedores jóvenes?

Para mí la IA no es una única cosa, es una herramienta que se puede utilizar de muchas formas diferentes. Ahora mismo, los grandes modelos de lenguaje (LLM) son súper motores de búsqueda que hablan contigo.

Pero tenemos que tener en cuenta que los LLM emanan de millones de contribuciones humanas. Al interactuar con ellos, interactúas con millones de humanos que sabían algo. No estás hablando con una única entidad.

Es como una empresa colectiva, con muchas interacciones. Los LLM predicen la siguiente palabra con lo que los hemos alimentado, estos sistemas operan con la incertidumbre y las empresas necesitan datos para hacer previsiones.

Tenemos que pensar en tener datos granulares a gran escala y luego sistemas que hacen predicciones con esos datos. Esto, dentro de un modelo de negocio, genera muchas oportunidades.

Ya llevamos los chats con IA hasta en el bolsillo, ¿esperaba que esta tecnología fuera a popularizarse tanto?

Soy lo suficientemente mayor para haber visto el machine learning usándose en la industria. Los sistemas de recomendación de música, libros y películas llevan mucho tiempo y eso al final es IA, es aprendizaje automático.

He colaborado desarrollando sistemas de pago, predicciones de transacciones fraudulentas, y todo eso es machine learning. Estoy interesado en cómo la IA puede mejorar la medicina, hacerla personalizada. Pienso en cómo puede prolongar nuestras vidas.

Cada vez va a ser más poderosa esta tecnología, pero hay mucho ruido ahora mismo y gente que no entiende bien cómo utilizar o cómo adaptarse a esta IA. Hay demasiada confusión.

¿Hasta dónde llegará la IA? ¿Es cierto que no la diferenciaremos del resto de humanos?

Es una pregunta difícil y una cuestión de confianza. Yo creo que tenemos que ser realistas: la IA produce mucha información falsa que no podemos distinguir. Hay algunas tecnologías como las marcas de agua que nos pueden ayudar.

Y creo que habrá nuevas tecnologías que repasen el origen de la información, en sectores como la banca o el arte, por ejemplo. Y eso nos ayudará de cara a tomar algunas decisiones para las imágenes o los textos que vemos en internet.

Nos va a presentar resultados falsos y es triste porque no vamos a poder saber que lo son. La Humanidad se va a adaptar. Ya veo a mis hijos que saben cuándo una imagen es falsa y, si les interesa, lo pueden investigar. Si no, no se centran en ello.

Tampoco puedes confiar en todos los humanos cuando operan a gran escala. Como cuando vas al mercado. Es una forma saludable de interactuar entre humanos, pero también es un entorno difícil en el que todos persiguen sus propios objetivos.

Es posible que ahí alguien me diga algo que no sea cierto y tengo que decidir si creerle o investigar. Eso hacemos los humanos cuando vamos al mercado y al final evolucionamos para detectar a los mentirosos.

Tendremos que desarrollar la capacidad de dilucidar y un pensamiento basado en la economía. Pensar en cómo interactúan los humanos, no tenemos que confiar ciegamente en el resultado que nos da un sistema.

Estos sistemas de IA, que son tan poderosos, los usuarios medios los usamos muchas veces para pedirles tonterías, ¿qué nos recomendaría para mejorar nuestra relación con ellos y sacarles mejor provecho?

No hay un único uso de esta tecnología y no tiene nada de malo utilizarla para entretenerse, pero tenemos que saber que nos puede ayudar a tomar decisiones importantes, como dónde invertir. Es un motor de búsqueda muy poderoso.

Los motores de búsqueda también se usan para buscar cosas tontas o estúpidas. Una preocupación que tengo es que los artistas se sientan amenazados por esta tecnología, pero no creo que lo supere la IA.

Los humanos van a ser mejores que la IA durante muchísimo tiempo en la creación de arte, pero esta herramienta les puede ayudar a ser mejores. Hay escritores que escriben novelas pésimas para leer en el metro. Igual a estos si los reemplaza.

Pero es imposible que la IA escriba 'El Quijote'. No tiene la riqueza, ni la experiencia, ni la profundidad. Y durante mucho tiempo no va a ser posible. Pero sí me gustaría que esos buenos escritores estuvieran bien pagados.

Por eso, estudio la dimensión económica de esta tecnología, para mejorar las condiciones de esos artistas.

Las redes sociales han cambiado la manera en la que comunicamos la política, ¿la IA nos va a llevar a un lugar mejor o peor?

Ni lo uno ni lo otro. Las cosas van a cambiar y las personas se tendrán que adaptar. La información falsa es un gran problema que puede hacer mucho daño, pero no existe una solución fácil a este problema.

Es casi imposible de regular y las personas tendrán que crear nuevas instituciones, nuevas formas de verificación de datos, pruebas y garantías. Se está trabajando en ello. La vida política y la democracia pueden ser frágiles.

Ahora bien, las democracias fuertes tienen buenas instituciones judiciales, universidades y sistemas comerciales que le dan estabilidad. Y tendremos que ajustar la IA para que no sirva para que los ricos sean cada vez más ricos y los pobres, más pobres.

La IA no nos salvará, ni nos destruirá. Dependerá todo de los humanos.

¿Qué profesiones desaparecerán y cuáles se quedarán?

La IA va a ayudar a trabajar más rápido, pero también habrá trabajos que podrá hacer sola. Creo que en la descripción de ofertas de trabajo se empezará a requerir que ciertas tareas se realicen apoyándose en la IA.

Por ejemplo, si eres abogado y te dedicas a leer una gran cantidad de pruebas que puedan ser relevantes para un caso o, por ejemplo, tener que leer miles de patentes y te pagan por eso, igual tienes que plantearte cambiar de carrera.

Ese barrido de información lo va a poder hacer la IA, pero también va a haber nuevas profesiones, pero es difícil predecir cuáles. Con la venta online, por ejemplo, desaparecieron muchas agencias de viajes.

Pero en las últimas décadas hemos visto surgir nuevas necesidades, como los wedding planners [planificadores de bodas]. Siempre habrá evolución en los trabajos.

¿Y piensa que podría volver a interesarnos lo analógico, lo artesanal?

Es una buena pregunta. Yo diría que sí, pienso que en mi vida ya hay demasiada tecnología y estoy harto. Pero es difícil apagarlo todo, tenemos que cambiar nuestras convenciones sociales.

Las empresas ahora esperan que estemos conectados todo el tiempo y eso es malo para la Humanidad. Igual eso cambia porque se dan cuenta de que no es bueno, necesitamos una pequeña revolución en ese sentido.

Internet ha aportado mucho conocimiento, pero ya hemos llegado a un momento en el que nos ha vuelto un poco locos y quizás en el futuro la gente ya no lo quiera usar de la misma manera. Igual aumenta el interés por lo artesanal, sí.

¿Somos una generación experimental?

Sí, se podría describir así. Estamos haciendo un gran experimento en la Humanidad ahora con internet, la IA y las redes sociales. Y ya estamos viendo éxitos y fracasos. Pero la tecnología no tomará sus propias decisiones.

Somos los humanos quienes tendremos que decidir y las instituciones no deberán estar sólo al servicio de los ricos. Necesitamos instituciones fuertes para mantener nuestras democracias.

¿Qué tecnología punta llevaremos en el bolsillo en los próximos años?

Pues espero que sea menos obvia en nuestras vidas. No creo que queramos ponernos las gafas de Mark Zuckerberg, sería algo desagradable para la mayoría de los humanos. De hecho, creo que habrá una tendencia a ocultar la tecnología.

En diez años seguramente habrá más robótica en nuestras casas. Nos ayudará a doblar la ropa o a sacar los platos del lavavajillas, por ejemplo. Lo hará cuando no estés en casa, no tendrás que interactuar con ese robot y pienso que eso no es malo.