Vero Alonso, terapeuta ocupacional.

Vero Alonso, terapeuta ocupacional.

Ciencia

Alonso, terapeuta, sobre los 4 signos de las altas capacidades en niños: "Lenguaje, memoria, sensibilidad y concentración"

Estos niños van adelantados al resto en el aprendizaje incluso antes de acudir al colegio y necesitan más estímulos.

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J. Rodríguez
Publicada

Las claves

Entre el 2% y el 10% de la población puede tener altas capacidades, pero la mayoría de estos niños quedan sin identificar.

Según la terapeuta Vero Alonso, los signos de altas capacidades antes de los tres años son: lenguaje muy precoz, gran sensibilidad, memoria prodigiosa y alta concentración en actividades de interés.

Los niños con altas capacidades suelen destacar por un desarrollo del lenguaje avanzado, sensibilidad sensorial y emocional, y la capacidad de concentrarse intensamente en lo que les interesa.

La detección temprana de estos rasgos es clave para su correcta estimulación y desarrollo.

La mayoría de los niños que tienen altas capacidades suelen quedar sin identificar. Cuesta encontrar a alguien con estas características, pero, en realidad, se estima que las personas con altas capacidades pueden llegar a representar entre el 2% y el 10% de la población.

Estas personas se caracterizan por tener una habilidad superior a la media para aprender e, incluso, para encontrar vínculos entre conceptos que el resto no vemos relacionados. Son personas, además, que puntúan más alto en los test para calcular el coeficiente intelectual.

¿Cómo se puede reconocer que un niño tiene altas capacidades y no es, simplemente, avispado? Según la terapeuta ocupacional Vero Alonso, antes de cumplir sólo los tres años de edad se pueden detectar hasta cuatro rasgos que pueden indicar altas capacidades.

La primera de ellas es que el niño en cuestión sea "muy precoz en el lenguaje". Ahora bien, la experta subraya que "cuando digo muy precoz, es muy precoz. Se puede tener una conversación fácilmente con un niño de dos años que se entienda perfectamente", explica.

A los 24 meses de vida los niños suelen utilizar frases simples, según la Clínica Mayo. Es posible que hagan preguntas de una o dos palabras y comprendan las más sencillas. Usan unas 50 palabras, lo suficiente para empezar a hacerse entender con sus cuidadores.

Es a partir de esa edad cuando el desarrollo del lenguaje se acelera y los niños empiezan con frases más complejas. Un niño con altas capacidades, en cambio, puede mostrar el rasgo de comunicarse de una manera excelente para ese entonces.

El siguiente rasgo que puede indicarnos que un niño pequeño tiene altas capacidades es que es "muy sensible" tanto a nivel sensorial como emocional, explica Alonso. "Son niños que se desbordan rapidísimo. Los describen muchas veces como bebés de alta demanda".

Sensibles y con buena memoria

A veces, simplemente, como "un niño muy intenso" al que, dice Alonso, "le molestan las etiquetas, le molesta que le toques el pelo, le molestan los ruidos". Es decir, resume Alonso que son niños "sensibles". Y es posible que tengan que aprender a regular sus emociones.

El tercer rasgo que puede identificar a uno de estos niños es una memoria prodigiosa. "Tienen muchísima memoria", asegura Alonso. "Se aprenden las canciones enseguida, recuerdan a personas, lugares y claro, con ese vocabulario tan extenso te lo hacen saber".

La memoria tiene mucho que ver con el desarrollo del lenguaje y, por lo tanto, es a partir de los dos años, y no antes, cuando se pueden ver los mayores avances en el desarrollo de la memoria. Es a partir de los tres años, sin embargo, cuando se observa una mejor memoria.

Por último, Alonso señala que el último rasgo que define a los niños con altas capacidades antes de los tres años es la capacidad "de concentrarse mucho en aquello que les interesa". La atención antes de los tres años siempre depende mucho del interés del niño.

En cualquier caso, la experta señala que en estos casos llama la atención ver que son tan pequeños y que aguantan tanto una actividad. "Las familias describen muchas veces a estos peques muy enfocados en un puzle, en una construcción o en un dibujo", explica.

A partir de los tres años es cuando, en dosis de tiempo muy cortas, los niños aumentan la capacidad de prestar atención de manera voluntaria. Sin embargo, la mejor manera de mantenerles atentos es a través del juego, que suele interesarles más.

Si un niño es muy precoz con el lenguaje, es sensible, hace gala de una gran memoria y es capaz de mantenerse atento a una actividad que le interesa, es probable que estemos ante unas altas capacidades. Y, a partir de entonces, la estimulación para ellos es fundamental.